Sr. Director:
Hemos leído con interés el reciente artículo publicado en su revista por los Dres. Hervás Sánchez et al. sobre la efectividad del tratamiento con paricalcitol en pacientes con enfermedad renal crónica en etapas anteriores a la diálisis1, y nos gustaría tener la oportunidad de comentar algunos aspectos.
En este estudio se describen correctamente los resultados obtenidos en el control del hiperparatiroidismo y el cumplimiento de los objetivos para calcio, fósforo y paratohormona (PTH) de acuerdo con las recomendaciones de las guías de la SEN y K/DOQI2. El estudio se ha realizado en condiciones de práctica clínica habitual mediante un análisis retrospectivo de 92 pacientes en estadios 3 y 4 de la insuficiencia renal crónica, concluyendo que el tratamiento con paricalcitol presenta una buena efectividad para la consecución de estos objetivos.
Sin embargo, en el análisis de los datos se incluye una información a la que los autores no dedican ninguna atención ni comentario. Los niveles de 25(OH) vitamina D de su población, como ocurre habitualmente en todos las series3, es francamente deficitaria. Sus niveles medios son de 16,2 ± 8 ng/ml y el 75% presentan niveles inferiores a 21 ng/ml.
En este sentido, nos gustaría recordar que tanto las guías K/DOQI como las SEN 2011 recomiendan iniciar tratamiento mediante vitamina D nativa si los valores plasmáticos de 25(OH)-D son inferiores a 30 ng/ml, y sólo indican el tratamiento con vitamina D activa en el caso de que los valores de PTH superen los objetivos establecidos una vez se ha conseguido normalizar los valores de 25(OH)-D.
Este aspecto es relevante por dos motivos:
1. Desde el punto de vista clínico, es importante disponer de unos niveles plasmáticos adecuados de 25(OH)-D, con lo que, entre otros muchos efectos que no procede comentar en esta corta discusión, conseguiremos un mejor control del hiperparatiroidismo, también en estadio 5 de la insuficiencia renal crónica4, pero muy especialmente en estadios más precoces, como es el caso que nos ocupa. Esto no significa que paricalcitol no pueda tener sus indicaciones en el tratamiento de las alteraciones del metabolismo óseo-mineral, pero no como primera opción.
2. Las repercusiones económicas de esta decisión son considerables. El coste aproximado del tratamiento con vitamina D nativa es de unos 20-30 euros por paciente y año, mientras que la utilización de paricalcitol puede sobrepasar los 1700 euros anuales. Por cierto, dentro de las opciones de activadores del receptor de la vitamina D, existen formas mucho más económicas que se han mostrado igualmente eficaces3. Esta reflexión tiene especial sentido en la situación actual, en la que la sostenibilidad del sistema sanitario es preocupante y ha dado lugar a múltiples comentarios editoriales tanto a nivel nacional como internacional5.
Por descontado, lo más importante es pensar en el beneficio del paciente; para ello, insistimos, nos remitimos a las recomendaciones de las guías.
Conflictos de interés
Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.