Sr. Director:
Es conocido que tanto los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC) como los pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) presentan un aumento del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. El porcentaje del ancho de distribución eritrocitario (ADE) es un marcador de mortalidad en pacientes que ya tienen enfermedad cardiovascular establecida, habiéndose descrito que, por cada aumento del 1% en el ADE, el riesgo de muerte aumenta un 14%1. El aumento de los niveles de propéptido natriurético cerebral N-terminal (NT-proBNP) se asocia a un aumento de la morbimortalidad cardiovascular en la población general2. Por todo ello, el objetivo de este trabajo fue valorar el porcentaje de ADE y los niveles de NT-proBNP en pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) con o sin IRC.
Se realizó un estudio transversal de diseño clínico observacional de 40 pacientes con EAP (todos en estadios III o IV de Fontaine), sin datos clínicos de insuficiencia cardíaca, 17 con IRC y 23 sin IRC, 33 hombres y 7 mujeres, con una edad media de 68,03 ± 11,10 años, que fueron valorados a su ingreso en el Servicio de Cirugía Vascular. Tras la firma del consentimiento informado (Estudio aprobado por el Comité de Ética), se recogieron los datos clínicos y farmacológicos y se solicitó analítica. El NT-ProBNP se midió mediante inmunoensayo de partición radial en fase sólida (Acute Care® para Stratus® CS de Siemens). Los estudios estadísticos se realizaron con el SPSS 15.0.
Como grupo, los 40 pacientes con EAP presentaban: índice de masa corporal: 26,32 ± 4,71 kg/m2; presión arterial sistólica: 133,82 ± 19,10 mmHg; presión arterial diastólica: 75,78 ± 11,30 mmHg; frecuencia cardíaca: 78,18 ± 10,95 latidos/min. El 50% de los pacientes eran fumadores activos y el 82,5%, ex fumadores, 27 eran diabéticos y 27 hipertensos. Al subdividir a los pacientes según si presentaban o no IRC, se encontró que, respecto a los pacientes con MDRD4 > 60 ml/min (81,54 ± 20,90 ml/min), los pacientes con MDRD4 < 60 ml/min (41,57 ± 11,38 ml/min) eran de mayor edad (73,75 ± 10,84 ± 63,87 ± 9,51 años, p = 0,007), eran más frecuentemente hipertensos (88,23 vs. 57,14%, p = 0,02) y estaban más frecuentemente tratados con betabloqueantes (52,94 vs. 21,74%, p = 0,041) y antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARAII) (35,29 vs. 21,74%, p = 0,038), no existiendo diferencias en el resto de los fármacos analizados. Tampoco existían diferencias en la distribución por sexos, en la frecuencia de diabetes o en el hábito tabáquico entre ambos subgrupos. Respecto a los objetivos de este trabajo, se encontró que los pacientes con IRC presentaban niveles mayores de NT-proBNP (2561,18 ± 2526,95 vs. 805,48 ± 1036,02 mg/dl, p = 0,01) y un mayor porcentaje de ADE (15,54 ± 2,27 vs. 14,74 ± 2,11%, p = 0,044) que los pacientes con EAP sin IRC. El porcentaje de ADE se correlacionaba positivamente con los niveles de NT-proBNP (r = 0,56; p = 0,001).
A tenor de estos resultados, y a pesar del escaso número de pacientes estudiados, se podría afirmar que los pacientes con EAP e IRC asociada presentan niveles de biomarcadores de morbimortalidad superiores a los de los pacientes con EAP sin IRC, lo que nos sugeriría un mayor riesgo cardiovascular asociado y un mayor riesgo perioperatorio3 que en los pacientes sin IRC. El hallazgo de una correlación positiva entre el ADE y el NT-proBNP en este tipo de pacientes podría poner de manifiesto su posible asociación con el síndrome cardiorrenal. Serían necesarios estudios con mayor número de pacientes para poder afirmar que los pacientes con EAP tratados con betabloqueantes o ARAII presentan con mayor frecuencia IRC.
Conflictos de interés
Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.