Sr. Director:
En relación con el caso publicado recientemente en esta Revista1, describimos el caso de un paciente en hemodiálisis que presentó shock séptico secundario a endocarditis por Klebsiella oxytoca y Staphylococcus aureus.
Klebsiella spp. es un agente atípico de endocarditis infecciosa, alcanzando en las series <1,2% sobre válvula nativa y el 4,1% sobre válvula protésica2. El agente etiológico más frecuente es K. pneumoniae, y sólo se han encontrado 4 casos publicados de infección por K. oxytoca3.
Describimos un caso de un paciente de 58 años de edad con enfermedad renal crónica en estadio V secundario a nefropatía lúpica en tratamiento con hemodiálisis, mediante catéter permanente yugular derecho. Entre sus antecedentes personales destacamos: cardiopatía isquémica crónica, HTA y tratamiento corticoideo. Encontrándose previamente asintomático, comienza con fiebre de >39 ºC y malestar general. En la exploración se objetivan hipotensión, taquicardia, soplo panfocal de grado III/VI y fiebre. En la analítica de sangre destacan: leucocitos: 25.900 (N: 90%, L: 4%, M: 6%), Hb: 9 mg/dl, anisopoiquilocitosis con esferocitos y macrocitos, neutrófilos hipersegmentados, Coombs directo positivo, perfiles hepático y pancreático dentro de la normalidad. La ecografía abdominal y la radiografía de tórax no mostraron datos patológicos de interés, lo cual, sumado a un urocultivo negativo, descartó foco infeccioso en dichas localizaciones. En los hemocultivos de catéter y sangre periférica se aislaron S. aureus y K. oxytoca, motivo por el cual se realizó ecocardiograma transtorácico, objetivándose una verruga de 2,5 X 1,5 cm en el velo posterior de la válvula mitral y otra de menor tamaño en el velo anterior de la válvula tricúspide. Tras estos hallazgos se inicia tratamiento con vancomicina y gentamicina según antibiograma, presentando en días posteriores un embolismo esplénico y shock cardiogénico con fallecimiento del paciente.
K. oxytoca representa el 0,5-0,6% de los aislamientos en las bacteriemias, en más de la tercera parte se trata de infecciones polimicrobianas y entre el 37 y el 52% son nosocomiales. La mayor parte son debidas a patología biliopancreática o urinaria y las endocarditis infecciosas son extremadamente raras, siendo la mortalidad muy elevada (49%) pese a un tratamiento antibiótico adecuado4,5.
Dada la inmunosupresión de nuestros pacientes en tratamiento sustitutivo, su comorbilidad asociada y su riesgo de adquirir infecciones nosocomiales, es necesaria una rápida detección de la endocarditis infecciosa porque el tratamiento antibiótico precoz disminuye el elevado riesgo de morbimortalidad.