La deficiencia androgénica es una alteración endocrina, frecuente en pacientes varones con enfermedad renal crónica, y afecta al 50-75% de los enfermos tratados con hemodiálisis1,2. Su relevancia clínica es poco conocida, aunque diversos estudios transversales han relacionado los bajos niveles de testosterona con disfunción sexual, anemia, pérdida de masa muscular, aumento del riesgo cardiovascular y una mayor mortalidad2–5.
Los andrógenos en dosis farmacológicas tienen efectos sobre la anemia y parámetros nutricionales en los enfermos tratados con hemodiálisis periódica6. Sin embargo, hay pocos estudios que analicen el efecto del tratamiento del hipogonadismo de la insuficiencia renal con dosis fisiológicas de testosterona, y los resultados son controvertidos7,8.
En el presente trabajo presentamos los datos preliminares de los resultados obtenidos tras la corrección del déficit androgénico en enfermos tratados con hemodiálisis.
Definimos la deficiencia androgénica cuando la concentración sérica de testosterona total es inferior a 300ng/dl y la concentración de testosterona libre es inferior a 225pMol/l. La testosterona circula en el plasma unida a las proteínas (especialmente a la albúmina y a una globulina transportadora [SHBG]); solo entre el 1-3% circula libre. La concentración de SHBG puede estar alterada en el enfermo urémico9. Por este motivo, en los pacientes con enfermedad renal crónica es conveniente confirmar el déficit de testosterona mediante la determinación de la concentración de testosterona libre, sobre todo en los casos con un nivel bajo de testosterona total, pero próximo al límite inferior del rango normal. La testosterona libre fue calculada según los niveles de testosterona total, SHBG y albúmina10.
El estudio se hizo en enfermos varones tratados con hemodiálisis periódica durante más de 6 meses, en situación clínica estable y sin haber precisado ingreso en los 3 meses previos. Todas las extracciones analíticas fueron realizadas inmediatamente antes de la primera sesión de hemodiálisis de la semana.
De los 39 enfermos analizados, 20 (51%) tenían una concentración de testosterona total inferior a 300ng/dl, en todos ellos la concentración de testosterona libre era inferior a 225pMol/l, y fueron diagnosticados de déficit androgénico. Doce de estos 20 enfermos accedieron a participar en el estudio y dieron su consentimiento por escrito. De forma aleatorizada, los enfermos fueron distribuidos en el grupo tratado (6 enfermos que recibieron testosterona por vía transdérmica: un sobre diario de 5g de gel que contiene 50mg de testosterona, durante 3 meses) y el grupo control constituido por los 6 enfermos restantes. La dosis de testosterona administrada al grupo tratado era la dosis mínima inicial recomendada en la ficha técnica del medicamento.
Los enfermos del grupo tratado tenían menos edad (67±4 vs. 75±9 años; p=0,182), y en el momento basal no había diferencias entre ambos grupos en el resto de los parámetros analizados. En la tabla 1 se representa la evolución de dichos parámetros. La concentración sérica de testosterona libre y total aumentó en todos los enfermos tratados, pero solo en 4 alcanzó el rango normal (fig. 1). En ninguno de los 2 grupos de enfermos se objetivó una modificación de las concentraciones de colesterol total, colesterol-HDL, colesterol-LDL o de triglicéridos (datos no mostrados).
Efecto del tratamiento sustitutivo con testosterona
Grupo tratado | Grupo control | |||||
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Basal | 3 meses | p | Basal | 3 meses | p | |
Testosterona total [300-900ng/dl] | 188 (54) | 335 (113) | 0,005 | 174 (75) | 189 (77) | 0,105 |
Testosterona libre [>225pMol/l] | 147 (48) | 279 (109) | 0,034 | 102 (49) | 114 (71) | 0,310 |
FSH [1-12mUI/l] | 10,4 (12,7) | 7,4 (10,7) | 0,035 | 13,1 (7,8) | 13,9 (9,3) | 0,746 |
LH [1,1-8,8mUI/l] | 14,9 (15,9) | 7,5 (10,6) | 0,026 | 14,6 (8,2) | 15,3 (8,5) | 0,324 |
Hemoglobina [g/dl] | 11,4 (1) | 11,2 (0,8) | 0,562 | 11,6 (1,8) | 10,6 (0,4) | 0,180 |
EPO alfa [UI/kg/semana] | 103 (82) | 69 (76) | 0,044 | 124 (104) | 121 (114) | 0,889 |
Albúmina [g/dl] | 4 (0,3) | 4,5 (0,4) | 0,011 | 3,9 (0,4) | 4,1 (0,5) | 0,242 |
Entre corchetes se indica el valor normal; entre paréntesis se expresa la desviación standard.
La prevalencia del déficit androgénico en los enfermos varones de la unidad de hemodiálisis fue del 51%, cifra similar a la observada en otros estudios. La administración transdérmica de testosterona, en la dosis mínima recomendada en la ficha técnica, aumentó el nivel sérico de la hormona y tuvo un efecto inhibitorio sobre el eje hipotálamo-hipofisario. En 4 de los 6 enfermos tratados la concentración de testosterona total llegó a superar el límite inferior del rango considerado normal, pero la dosis administrada fue insuficiente para alcanzar los niveles medios de dicho rango (entre 300-900ng/ml).
Los incrementos de la concentración de testosterona conseguidos, aunque fueran pequeños, se asociaron a una reducción de las necesidades de eritropoyetina alfa y a un aumento discreto pero significativo de la concentración de albúmina.
Se trata de un estudio preliminar, realizado en un pequeño número de enfermos durante un corto periodo de seguimiento, pero los resultados sugieren que el déficit androgénico de los pacientes con enfermedad renal crónica puede tener relevancia clínica, con repercusión sobre la anemia y la nutrición, tal como sugieren algunos estudios transversales y que el tratamiento sustitutivo puede tener efectos beneficiosos sobre estas complicaciones.