Sr Director:
En las Guías Clínicas de la SEN sobre Centros de Hemodiálisis, en el capitulo 7 referente a la Normalización de criterios para la atención de los pacientes de forma transitoria, se hace constar que las Unidades de Diálisis deben disponer de un procedimiento elaborado de admisión y remisión de los pacientes, que establezca, entre otros “la definición de las características de los pacientes aceptables y no aceptables por la organización y los criterios de idoneidad para la admisión”.1
Uno de los aspectos más importantes a vigilar en los pacientes que se desplazan como transeúntes de unos centros a otros es la serología vírica de los mismos. Si bien este aspecto es de máxima importancia, muchos centros en un “exceso de celo” solicitan que la serología vírica de los pacientes que se desplazan a sus centros tenga una antigüedad máxima de un mes, incluyendo en ella VHC, VHB y VIH.
Esta actitud tiene varias consecuencias. Por una parte un perjuicio tanto para los centros emisores, ya que un elevado porcentaje de estos son centros extrahospitalarios de hemodiálisis que no tienen facilidad para realizar estas determinaciones de manera urgente, como para los propios pacientes puesto que algunos de ellos han visto impedida su posibilidad de viajar al no ser admitidos por este motivo, aparte de incurrir en un gasto innecesario.
Las guías de centros recomiendan una antigüedad máxima de tres meses a la serología vírica de los pacientes que se desplazan de un centro a otro1. En nuestra opinión, la antigüedad que se debe exigir es la antigüedad habitual de monitorización de las diferentes serologías víricas de un paciente de diálisis recomendadas en las guías de virus de la SEN2 y en las guías de centros para pacientes estables en hemodiálisis3.
Ambas guías recomiendan la determinación de Ac-VHC semestral (recomendable) o trimestral (deseable); la determinación de AgHBs anualmente en pacientes con Ac HBs negativos y HIV anual.
Respecto al virus HIV las guías de actuación ante enfermedades víricas dicen textualmente: “Todo enfermo que comienza tratamiento con hemodiálisis debe tener un estudio serológico del VIH, con la finalidad de ser filiado frente a dicho virus. Asimismo, cuando un paciente sea transferido definitivamente desde otra unidad, debe ser estudiado frente a este virus. No son exigibles estudios serológicos posteriores, aunque en pacientes de riesgo puede considerarse la repetición semestral o anual”. Puede que la confusión provenga de la recomendación de que todo paciente que inicie hemodiálisis y cualquier paciente que sea transferido a otra unidad deben tener una determinación de VIH realizada. Una cosa es un paciente nuevo, no conocido , que inicia diálisis por primera vez en cualquier centro, y otra muy distinta es un paciente en programa de hemodiálisis de crónicos en una unidad con una monitorización adecuada de serología, y probablemente con aislamiento, que se desplaza a otro centro de forma transitoria. Probablemente, en el caso del VIH, debería ser suficiente la última determinación de VIH realizada en el año. Por otra parte, este virus es de baja infectividad, y no es exigible el aislamiento del paciente, por lo que, en teoría bastaría la estricta observación de las medidas universales de prevención de obligatorio cumplimiento en cualquier unidad de diálisis4,5,6, y la verdadera causa de las infecciones nosocomiales.
En cuanto a la determinación del AgHBs, las guías recomiendan la determinación anual a todo paciente en hemodiálisis (especialmente en no respondedores a la vacuna frente al VHB) y a todo paciente que venga remitido de otra unidad, con especial referencia a los periodos de vacaciones y unidad de agudos. Parece razonable admitir un paciente procedente de otra unidad estable con Ag HBs realizado en los 3 meses previos, o con AcHBs aunque no disponga de AgHBs. En estos casos es vital conocer la serología porque requiere aislamiento estricto en unidades independientes. Lo mismo sucede con los Ac frente al VHC, cuya periodicidad de determinación recomendada en las guías es, al menos, semestral, y deseable cada 3 meses.
En conclusión, en nuestra opinión las determinaciones víricas que se deben exigir a los pacientes estables en hemodiálisis que se trasladan a otro centro en vacaciones no deberían superar las recomendaciones estipuladas por las guías en cuanto a monitorización de virus. Disponer de una analítica de serología vírica del último mes no garantiza que se anule la posibilidad de transmisión nosocomial, ya que los pacientes pueden encontrarse en periodo ventana, el cual puede ser de hasta 6 meses desde el momento del contagio. La verdadera prevención de las infecciones víricas en las unidades de hemodiálisis se consigue asegurando que se cumplen estrictamente las precauciones universales ante cualquier paciente, sea positivo o negativo, que se dialice en la unidad.