El pronóstico del síndrome hemolítico urémico atípico (SHUa) tras el trasplante es inferior al de la población trasplantada, debido a un alto grado de recidiva, asociada o no con alteraciones genéticas en proteínas reguladoras del complemento.
Estudiamos 5 pacientes (2 hombres), edad media 40,5años. Mutaciones: 3 factor H. Polimorfismos: 1 en factor H y 1 en MCP y factor H. Dosis eculizumab: 1.200mg pretrasplante o el día previo al trasplante (donante vivo) seguido de 4 dosis de 900mg semanales y posteriormente 1.200mg cada 2semanas. Se realizó previamente vacunación antimeningocócica, antineumococo y Haemophilus y profilaxis con penicilina oral. Inmunosupresión: tacrolimus, derivados del ácido micofenólico y prednisona. Inducción con timoglobulina (n=2) y basiliximab (n=3). Monitorización: función renal, C3, CH50, haptoglobina y biopsia a la semana y al sexto mes.
Seguimiento: 19,8±4,9 meses. Función retrasada del injerto: 2 (40%). Rechazo borderline: 1 (20%). Creatinina al último seguimiento: 1±0,2mg/dl; Hb: 13,2±2g/dl: plaquetas: 166.000±29.000; LDH: 346±57mg/dl; C3: 92±36mg/dl; CH50:10,2±0,5%; haptoglobina 114±64mg/dl. Biopsia a la primera semana y al sexto mes sin recidiva de SHUa. No se suspendió el tratamiento a ningún paciente. La supervivencia de paciente e injerto fue del 100%.
Conclusiones: El pronóstico de los pacientes trasplantados renales con SHUa bajo profilaxis con eculizumab es excelente a corto-medio plazo. Mantenemos tratamiento de forma indefinida y profilaxis antibiótica.