Sr. Director
El acceso vascular es algo muy importante para los pacientes que inician hemodiálisis periódica (HDP) y sin embargo, pese a los avances logrados en muchos campos, aún sigue siendo un tema deficiente y un número muy importante de pacientes no llegan a diálisis con un acceso vascular adecuado. Datos recientes demuestran que, pese a las recomendaciones de las guías, el uso de fístulas arterio-venosas (FAV) está incluso disminuyendo1,2. Por tanto es un tema en el que es preciso seguir insistiendo.
En nuestro Hospital realizamos un estudio retrospectivo de todos los pacientes que iniciaron programa de HDP entre el 1 de Enero de 2002 y el 31 de Diciembre de 2003. Se recogieron, entre otros datos, el tipo de acceso vascular por el que iniciaron diálisis, el que se utilizaba al finalizar el estudio, las dosis de eritropoyetina administradas durante todo el período del estudio a cada paciente (se calculó la dosis anual que habría recibido cada uno), los ingresos hospitalarios, en números absolutos y contabilizados en días totales, y la patología asociada con el índice de comorbilidad de Charlson3, calculándose para el inicio y el final del estudio.
Durante el período del estudio iniciaron HDP 63 pacientes, de ellos 41 (65%) eran hombres. La edad media era de 60±16 años sin diferencias por sexo. El 51 % de los pacientes tenía 65 o más años. La media de permanencia en el estudio fue de 9,3±6,3 meses. De los 63 pacientes completaron el estudio 40, siendo las causas de salida del estudio: exitus (4 pacientes), traslado de centro (4 pacientes) y trasplante (15 pacientes). Los pacientes diabéticos (19%) eran mayores (66±10 vs 59±17 años), más obesos (IMC: 28±7 vs 25±3) y tenían un índice de comorbilidad mayor que el resto de los enfermos.
Comenzaron diálisis a través de FAV 39 pacientes (62%) y con catéter 24 pacientes (38%). Al final del estudio 6 pacientes se dializaban mediante catéter. No hubo diferencias en el acceso vascular por edad, separando diabéticos frente al resto, ni en el índice de comorbilidad. Sin embargo sí hubo diferencias, estadísticamente significativas, en la albúmina, en la eritropoyetina recibida y en los ingresos hospitalarios (Tabla I). Las dosis anuales medias de eritropoyetina fueron prácticamente el doble en aquellos pacientes que iniciaron diálisis con catéter que aquellos que lo hicieron con FAV. No hubo diferencias si se consideraba el acceso vascular al final del estudio. No hubo diferencias en el Kt/V al final del estudio entre los pacientes que se dializaban a través de un catéter o a través de una FAV. 17 pacientes (27% de los pacientes) no ingresaron ninguna vez, 22 (35%) lo hicieron una vez y el resto, 24 pacientes (38%), más de una. Sólo el 8% de los que empezaron con catéter no ingresaron ninguna vez.
Tener una FAV a tiempo no sólo supone mejoría en la calidad de de vida percibida por los pacientes4, sino que también se vincula con menores morbimortalidad y gasto sanitario5,6,7. Nuestro estudio confirma que los pacientes que empiezan HDP a través de un catéter tienen un mayor número de ingresos, están más días ingresados y precisan unas dosis más altas de eritropoyetina para unos niveles similares de hemoglobina. Por ello, aunque la situación en España afortunadamente es mejor5,6,8que en otros países4, se debe seguir insistiendo en que el acceso vascular para hemodiálisis sea la FAV tal y como recogen las guías de practica clínica9,10.
Agradecimientos: MJ Ourens ha sido becaria del Proyecto de Investigación del Instituto de Salud Carlos III, expediente número 03/10069.