En México el 11% de la población general padece algún grado de enfermedad renal crónica, los principales detonantes son la diabetes mellitus e hipertensión arterial, no existe un programa de salud renal y el ingreso de pacientes a diálisis observa un 6% anual1. En los últimos 10 años el comportamiento de las terapias dialíticas incrementa a expensas de hemodiálisis, de manera contraria a lo referenciado en la evidencia vigente2. El Instituto Mexicano del Seguro Social tiene cobertura para atender 65 millones de usuarios en sus diferentes regímenes administrativos que oferta su seguridad social y contiene al 50% de pacientes en terapias dialíticas3.
Se realizó un retrospectivo de 10 años (junio de 2008 a junio de 2018) basados en el registro institucional de pacientes adultos y pediátricos con diálisis crónica, no incluyó terapias lentas. 73.730 pacientes, 70.158 (95%) atendidos en segundo nivel, se encontraron 57,5% masculinos, edad promedio 63 años (rng: 1 a 90), con mayor prevalencia el grupo de 60 a 69 (24,5%); y 27.399 (37%) fueron sujetos pensionados. La distribución de pacientes por terapia dialítica encontró 40.968 (56%) con diálisis peritoneal y 32.762 (44%) con hemodiálisis (fig. 1). La DP mostró disminución de 10% en el período de estudio, 1% anual de manera sostenida, el análisis de regresión lineal estima contar con más de 110 mil pacientes prevalentes para el año 2027 y para el año 2022 tener 50% de los pacientes en cada modalidad (fig. 2). Lo cual traerá como consecuencia una alta inversión financiera en un programa que ya vulnera la estabilidad económica del Instituto. Las principales causas de insuficiencia renal fueron diabetes 53,3% e hipertensión arterial 35,2%. Se estimó una prevalencia de 1.134 derechohabientes/millón e incidencia en 474 derechohabientes/millón. Se refirieron 18.330 pacientes a estudio de trasplante renal (3.055 prom/año), 87% con donador vivo, 9% de prediálisis, 54% masculinos y 46% femeninos, con edad promedio 39,2 años (rango: 5 a 65). Las complicaciones más frecuentes fueron peritonitis 29,8%, complicación mecánica del catéter peritoneal 8% y disfunción del acceso vascular 5,9%; y las salidas definitivas de programa (1.181 promedio/mes) muerte por infarto miocárdico 24,6%, choque séptico 16,5%, falla orgánica múltiple 8% y trasplante renal 3,4%.
DiscusiónLos hallazgos exigen implementar estrategias efectivas en primer nivel de atención que permitan frenar la incidencia de enfermedad renal crónica, mejorar en los procesos de atención al enfermo renal crónico en todas sus etapas, realizar más trasplantes, propiciar y mejorar las competencias profesionales e incidir en factores relacionados con falta de insumos y falta de apego a recomendaciones internacionales de manejo4. Actualmente, el costo directo de las terapias dialíticas en el IMSS es de unos 5.5 mil millones de pesos, y se estima por lo menos la misma cantidad invertida en gastos indirectos; lo cual vulnera la estabilidad financiera del instituto, ya que un porcentaje mínimo de pacientes con ERC en diálisis 0,1% supera el gasto de otros programas de salud, como son cáncer de mama, cáncer cérvicouterino, cáncer prostático y la atención de paciente con VIH-SIDA5. Esta problemática de salud pública es de difícil control al incidir específicamente en la educación y en cambios conductuales que obstaculizan el desarrollo del ser humano y limitan la expresión de la salud en su totalidad, no solo la renal. La institución y el Sistema Nacional de Salud han demorado en instalar un programa de salud renal con estrategias específicas para contener «la enfermedad de las grandes dimensiones», la enfermedad renal crónica6.
AgradecimientosA Pedro Jiménez Aranda por su valioso apoyo en el análisis y presentación de los datos.