La enfermedad renal crónica terminal (ERCT) representa un importante problema de salud pública, tanto por su elevada incidencia y prevalencia como por su importante morbimortalidad y costo socioeconómico1.
No existe una estadística confiable en África sobre la incidencia de ERCT, y en el Registro de Diálisis y Trasplante sudafricano sólo se reflejan los pacientes que son elegibles para trasplante, resultando muy variable la disponibilidad de diálisis y trasplante, con una tasa de tratamiento que fluctúa en el norte entre 30 y 186,5 por millón de población, dependiendo los programas en el resto de los países, de la disponibilidad de fondos y de donantes2.
En octubre de 2006 se inició en Gambia el tratamiento hemodialítico en pacientes con ERCT por donativos recibidos de otros países, así como por el apoyo ofrecido por Cuba con recursos humanos, lo cual constituyó un paso de avance en los servicios de salud al brindar la posibilidad a algunos pacientes de recibir esta modalidad terapéutica, pues con anterioridad tenían que trasladarse a Senegal.
El presente trabajo muestra por primera vez datos estadísticos de los nuevos casos diagnosticados con ERCT en Gambia a partir de la cooperación médica cubana. Se realizó un estudio descriptivo transversal de 69 pacientes con ERCT que necesitaron tratamiento sustitutivo de la función renal en el Hospital Royal Victoria de Banjul en el año 2009. Las características de los enfermos se recogen en la tabla 1.
Los autores consideran que la incidencia de la enfermedad en Gambia es mucho mayor, pues en el presente trabajo sólo se recogieron los pacientes diagnosticados en el Hospital Royal Victoria de la capital, que atiende únicamente a una parte de la población, quedando muchos otros enfermos en el resto del país, con o sin diagnóstico confirmado, que no entraron en la estadística de la investigación pero que sin duda incrementarían considerablemente el verdadero número de incidentes con ERCT en el país.
Es, sin embargo, una situación particular la gambiana, pues los servicios de hemodiálisis son gratuitos, con acceso para todos independientemente de la situación económica, pero sólo se cuenta con cinco riñones artificiales que no satisfacen la demanda, lo cual justifica que únicamente el 31,8% de los pacientes recibió tratamiento sustitutivo. Esta limitante en recursos materiales obliga a que sea necesaria una selección para incluir los pacientes en hemodiálisis, excluyéndose a los enfermos con pobre expectativa de vida, los ancianos, los que no pueden trasladarse al hospital al menos dos veces por semana para recibir el tratamiento y los que son positivos al virus de la hepatitis B o al virus de inmunodeficiencia humana.
El promedio de edad fue relativamente bajo si se tiene en cuenta que en la actualidad existe una tendencia mundial al incremento en la edad de los pacientes en tratamiento dialítico, pero consideramos que eso se debe a la baja expectativa de vida que tiene la población gambiana, que es de 56 años.
Resultó llamativo que no se encontrara entre los pacientes ningún caso de diabetes mellitus, cuando constituye la primera causa de ERCT a nivel mundial3-5. Esto pudiera explicarse por el bajo promedio de edad de los enfermos, pues la diabetes mellitus tipo 2, por demás muy frecuente en este país, conduce a la ERCT después de largo tiempo de iniciada aquélla. Consideramos que debe existir una elevada prevalencia de enfermedad renal crónica de etiología diabética pero que no se ha diagnosticado adecuadamente debido a la precariedad del sistema sanitario.
El cuadro descrito en el presente trabajo es el típico de los países pobres que no pueden mantener un programa de diálisis y trasplante, muy frecuente por demás en el África subsahariana, donde se incluye precisamente Gambia.
Conflictos de interés
Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.
Tabla 1. Características de los enfermos