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Pruebas no corregidas. Disponible online el 28 de junio de 2024
Desafíos ambientales en hemodiálisis: explorando la ruta hacia la sostenibilidad
Environmental challenges in hemodialysis: Exploring the road to sustainability
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Marta Arias-Guilléna, Rodrigo Martínez Cadenasb,c, Miquel Gómeza, Natalia Martín Vaquerob, Gerard Peredaa, Julia Audije-Gilb, Jesús Portillob, Marta Quintelaa, Itziar Castañob, Antonio Luquea, Francesc Maduella, Alberto Ortizd, Brett Duanee, M. Dolores Arenasb,
Autor para correspondencia
lola@olemiswebs.net
mdarenas@friat.es

Autor para correspondencia.
, en representación del Grupo de Trabajo de Hemodiálisis en Centro de la Sociedad Española de Nefrología y del Grupo de Trabajo de Sostenibilidad en Nefrología
a Hospital Clínic de Barcelona
b Fundación renal
c Hospital Pamplona
d Fundación Jiménez Díaz
e Trinity College Dublin
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Tabla 1. Posibles acciones a llevar a cabo según escala y ámbito de actuación
Resumen

La hemodiálisis es un tratamiento con gran impacto en el medio ambiente. Un ciclo de diálisis equivale al consumo diario 3,5-4 personas y el consumo anual medio de electricidad de un centro se equipara al de aproximadamente 2,5 a 3 hogares (9 kWh/día por hogar). La huella de carbono (kg CO2 equivalente) es la medida de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero y está influida por la producción de los distintos materiales utilizados y el transporte de estos, de los pacientes y el personal sanitario. En este contexto se hace necesario conocer el impacto real de cada centro en el mediomabiente y actuar de una manera sostenible. El objetivo de esta revisión es analizar la huella medioambiental que genera la diálisis, repensar los procesos y plantear estrategias de gestión con el fin de aportar herramientas aplicables a cualquier unidad para reducir el impacto negativo de esta actividad. Cada centro debe medir y hacer seguimiento de indicadores, fijar su estándar, diseñar planes de mejora y realizar seguimiento anual de manera multidiciplinar.

Palabras clave:
Cambio climático
Huella de carbono
Consumo energético
Consumo de agua
Residuos
Nefrología
Abstract

Hemodialysis is a treatment with a significant environmental impact. One dialysis cycle is equivalent to the daily consumption of 3.5-4 people, and the average annual electricity consumption of a center is equivalent to that of approximately 2.5 to 3 households (9 kWh/day per household). The carbon footprint (kg CO2 equivalent) measures direct and indirect greenhouse gas emissions and is influenced by the production of the various materials used, their transport, patients, and healthcare personnel. In this context, it is necessary to understand the real impact of each center on the environment and act sustainably. The aim of this review is to analyze the environmental footprint generated by dialysis, rethink processes, and propose management strategies to provide tools applicable to any unit to reduce the negative impact of this activity. Each center must measure and monitor indicators, set its own standards, design improvement plans, and carry out annual monitoring in a multidisciplinary manner.

Keywords:
Climate change
Carbon footprint
Energy consumption
Water consumption
Waste
Nephrology
Texto completo
Introducción

«Nunca sabremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco», Thomas Fuller, historiador.

El cambio climático representa la amenaza más importante para la salud y el bienestar humanos de este siglo. Las actividades humanas han tenido un papel esencial en la crisis climática y ecológica, debido principalmente, a la emisión de gases de efecto invernadero. La reciente declaración de la emergencia climática1 suscita la concienciación social en cuanto la evaluación de la sostenibilidad de una infinidad de actividades económicas y cotidianas, incluyendo las del ámbito sanitario, como la nefrología.

Aunque muchos profesionales de la salud son conscientes del impacto del cambio climático y sienten la responsabilidad de concienciar al público y a los responsables políticos sobre el problema2, no se da prioridad a la sostenibilidad medioambiental ni en la práctica clínica, ni en la infraestructura de los edificios, ni en los sistemas de gestión3. De esta manera, se pone de manifiesto la necesidad de afrontar este reto de manera multidisciplinar en la nefrología, especialmente en el caso de la hemodiálisis (HD) que es un tratamiento con gran impacto en el medio ambiente.

En este trabajo analizaremos la huella medioambiental de la diálisis, reflexionaremos sobre nuestras prácticas actuales y habituales, repensando los procesos y planteando algunas estrategias de gestión, con el objetivo de reducir el impacto negativo de esta actividad.

Impacto medioambiental de la hemodiálisis y su medición

En el entorno de los centros de HD, el indicador más recomendable (por su simplicidad, sensibilidad e interpretabilidad) es la relación de los consumos de agua, luz y generación de residuos con el número de sesiones de diálisis realizadas.

Se identifican tres indicadores clave de desempeño (KPIs, por sus siglas en inglés)4:

  • a.

    Consumo agua (L/sesión).

  • b.

    Consumo de electricidad (kWh/sesión).

  • c.

    Generación de residuos (kg/sesión).

A estos indicadores clave se suma la medición de huella de carbono (kg CO2 equivalente) que es la medida de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero producidas por un individuo, organización, producto o servicio. Los factores que más influyen en la huella de carbono son la producción de los distintos materiales utilizados (fármacos, soluciones, fungibles)5 y el transporte (pacientes, personal sanitario y material)6. Cada centro debe fijar su estándar de la huella de carbono, diseñar planes para reducirla7 y realizar seguimiento anual.

Consumo de agua

La HD es una gran devoradora de recursos hídricos. Por tener una referencia, se puede afirmar que un ciclo de diálisis genera al centro el consumo de agua que realizan diariamente 3,5-4 personas8. La generación de agua ultrapura tiene lugar en la planta de agua, cuya eficiencia depende de diversos factores. Por un lado, del agua de aporte (conductividad, salinidad, dureza, elementos en suspensión y variabilidad estacional). Por otro, del diseño de la planta de tratamiento y pretratamiento (hay unos diseños más eficientes que otros para el ahorro del agua de rechazo y la vida útil de las membranas de ósmosis inversa). La tecnología utilizada puede llegar a alcanzar una tasa de aprovechamiento del 50-75%9. Por último, la eficiencia en relación con la sesión de HD depende del tamaño y funcionamiento del centro. Los centros grandes, aunque gasten una mayor cantidad de agua total, pueden ser más eficientes ya que casi toda el agua la utilizan para el tratamiento. En los centros pequeños parte de ese consumo, sobre todo si el centro dializa días alternos, el agua se utiliza para el lavado de anillo y regeneración de algunos elementos de la planta de tratamiento aunque no se dialice ese día. A modo de ejemplo en un estudio realizado en 12 de nuestros centros durante 3 años (2019-2021), con un número medio anual de sesiones de HD de 10.541,5±7.264 (rango 756-22.436), los centros grandes (> 10.000 sesiones anuales) consumían una mayor cantidad de agua que los pequeños(< 10.000 sesiones) (5910 vs. 2437 m3 año) (p<0,001). Sin embargo el consumo de agua por sesión de HD fue significativamente menor en centros grandes que pequeños (367,3 vs. 589 l/HD (p<0,001)10.

Entre las consecuencias de la crisis climática están las variaciones de las temperaturas y de los patrones climáticos. Las regiones sensibles, como la cuenca mediterránea, se verán afectadas con un aumento en el número e intensidad de las olas de calor, que contribuirán a epocas de sequía con tormentas e inundaciones11. Se prevé una disminución del 15% en las precipitaciones según los modelos más conservadores, lo cual afectará a los recursos hídricos del planeta de manera considerable12 y, como resultado directo, a las técnicas de diálisis. Cada HD convencional (4 h de duración) puede precisar de hasta 500 litros de agua de la red13 empleándose directamente como dializado solo un tercio (500ml/min x 4 h=120 l, sin contar el agua de desinfección). En el caso de la hemodiafiltración on-line (HDFOL), a estas cifras habría que añadirles el consumo del líquido de reposición. Además, el mantenimiento de la planta de aguas conlleva también un consumo extra, como ya hemos comentado, procesos de lavado y regeneración, conservar siempre el agua del anillo en movimiento, las desinfecciones, etc.

Gasto energético

El indicador que mide el gasto energético de una unidad e HD es el consumo de electricidad (kwh)/sesión. El consumo anual medio de electricidad del centro se puede equiparar al consumo diario estimado de aproximadamente 2,5 a 3 hogares (consumo medio estimado de 9 kWh/día por hogar)14. El gasto energético en un servicio de HD es multifactorial. Además del propio consumo de los monitores (entre 1,5-3 kWh/sesión), intervienen otros gastos que hay que calcular en este tipo de tratamiento15, como el consumo energético de la climatización, iluminación y otros equipos (ordenadores, neveras de almacenaje, sistemas de tratamiento de aguas u ósmosis, desinfección térmica automatización de concentrados centralizados y televisiones de pacientes, etc.), y el transporte.

Generación de residuos

La producción y distribución del material utilizado en hemodiálisis constituye un proceso multifacético con notables implicaciones medioambientales. El transporte desde las plantas de fabricación hasta los centros de distribución y, en última instancia, hasta los centros de atención médica requiere un importante gasto de energía y coordinación logística, lo que contribuye a las emisiones de carbono y la contaminación del aire. La decisión en una unidad de utilizar garrafas individuales de ácido para todos los pacientes o utilizar ácido centralizado para la mayoría y garrafas para los que precisen un tratamiento más individualizado puede tener un elevado impacto en el medio ambiente. Los materiales utilizados en hemodiálisis incluyen predominantemente plásticos, polímeros y otros compuestos sintéticos, lo que refleja los estrictos requisitos de biocompatibilidad, durabilidad y esterilidad.

Los residuos generados en el proceso de hemodiálisis se clasifican según su naturaleza (fig. 1):

  • 1.

    Grupo I (residuos asimilables a urbanos): papel y cartón (cajas de productos, embalajes, papel de oficina), envases (de procedencia plástica y metálica, envoltorios de producto sanitario, garrafas de concentrado vacías), restos orgánicos, vidrio y demás residuos no clasificables (el denominado resto).

  • 2.

    Grupo II (residuo sanitario no específico): material de curas, vendas, yesos, tejido de un solo uso manchado de sangre, secreciones, guantes, líneas y hemodializadores usados y vaciados, así como todos aquellos residuos no clasificables como de riesgo.

  • 3.

    Grupo III residuos sanitarios con riesgo biológico): donde se incluiría sangre y hemoderivados en forma líquida, vacunas vivas y atenuadas, residuos anatómicos sin entidad suficiente, cultivos, agentes infecciosos, residuos de animales para investigación además del material punzante y cortante como agujas, puntas de bisturí y portaobjetos.

  • 4.

    Grupo IV y Grupo V (material citotóxico con propiedades mutagénicas, cancerígenas o teratogénicas, medicación biopeligrosa, químicos).

Figura 1.

Clasificación de los residuos generados en hemodiálisis.

(0,36MB).

La generación de residuos está vinculada tanto a la cantidad (kg/sesión de HD) como al tipo de material. Son de especial interés aquellos que son reutilizables o fácilmente reciclables a fin de alargar su ciclo de vida o reducir la huella de carbono derivada de su gestión, la cual depende del grupo de residuos y de su posterior procesado (reciclaje, reutilización, depósito en vertedero o incineración). El grueso de los residuos generados por la HD se distribuirá habitualmente entre los grupos I y II y menor medida como grupo III. Sin embargo, no hay que olvidar el ingente consumo de papel que hacemos en las unidades de HD, que puede ser minimizado.

Transporte

El transporte de este material desde las plantas de fabricación hasta los centros de distribución y, en última instancia, hasta las instalaciones sanitarias requiere un gasto energético y una coordinación logística considerables, lo que contribuye a las emisiones de carbono y la contaminación del aire. Igual sucede con el transporte utilizado por personal y pacientes.

Acciones hacia una hemodiálisis medioambientalmente sostenible

Toda actividad para poder realizarse necesita aporte de energía, materiales, fungibles, materia prima, etc. Por lo tanto, en la diálisis siempre habrá consumos y se generarán emisiones en proporción a la dimensión de la actividad.

Se debe tener en cuenta que cualquier medida o acción para no consumir electricidad, ni agua ni generar residuos (emisiones cero) es del todo inviable. A corto plazo, la mejor política es hacia la minimización de estos consumos y generaciones (que nunca será cero). A largo plazo, ir hacia una política de cero emisiones tiene sentido utiliando sistemas de compensación (placas fotovoltaicas, implantación de sistemas de recaptación de CO2, plantación de árboles, responsabilidad ampliada del fabricante).

La necesidad de enfocar las actuaciones hacia un modelo ambientalmente más respetuoso en el ámbito de la diálisis ha sido claramente expuesto en la literatura16-18. A fin de poder realizar una transición escalada hacia un tratamiento más sostenible se deberían introducir como primer paso, sistemas de medición de indicadores, análisis de eficiencia e impacto ambiental, según las necesidades y limitaciones de cada centro (tabla 1).

Tabla 1.

Posibles acciones a llevar a cabo según escala y ámbito de actuación

Ámbito de actuación  Acciones a pequeña escala  Acciones a gran escala 
Gestión de residuos  - Optimización del consumo.- Control de la caducidad- Correcta segregación de residuos por tipología minimizando residuos plásticos que van a vertedero.- Correcto vaciado de líneas.- Formación a profesionales.- Digitalización para ahorro de papel.- Uso de papel reciclado.  - Sistema centralizado de concentrado ácido (reducción de garrafas).- Compactadora de residuos.- Bidireccionalidad monitores-historia clínica electrónica.- Potenciar proveedores con alto compromiso medioambiental. 
Energético  - Sistema de iluminación de bajo consumo.- Sistema de iluminación volumétrico (detección de movimiento).- Uso racional del sistema de climatización (Tª=21°C invierno, 26°C verano).- Desinfección de monitores en frio (37°C).- Aprovechamiento luz natural.  - Instalación de paneles solares o fotovoltaicos.- Mejora en el aislamiento de las instalaciones.- Implementación de sistemas de climatización de alta eficiencia.- Instalación de turbinas generadoras en la canalización de diálisis efluente. 
Consumo de agua  - Disminución de Qd (< 500 ml/min).- Optimización del ciclo de preparación de monitor (reducción volumen de lavado, flujo de circulación y tiempo de espera hasta conexión).- Optimización de los procesos de lavado y regeneración.- Optimizar el número de descalcificadores necesarios.  - Modernización y automatización del sistema de OI.- Reutilización de efluente de OI como aguas grises para sanitarios, esterilización y limpieza del centro.- Instalación de aljibe para regadío de zonas ajardinadas.- Planta de aguas en una cantidad que se adapte al número de pacientes de la unidad.- Automatización de la planta de aguas. 
Globalmente  Implantación de indicadores y seguimiento periódico.  Valorar implantación de un sistema de gestión de calidad (ISO 14001). 
Gasto energético

La eficiencia energética de la HD está relacionada con el consumo eléctrico del monitor, de la planta de tratamiento de aguas, de la desinfección térmica, así como con la climatización e iluminación de las instalaciones. Estas últimas deben cumplir con estándares óptimos de bienestar tanto para el personal sanitario como para los pacientes, garantizando la máxima eficiencia posible en el uso de recursos energéticos.

Con el fin de ser más eficientes energéticamente se pueden considerar las siguientes medidas, siempre teniendo en cuenta las condiciones óptimas de bienestar del personal y de los pacientes:

  • a.

    Iluminación.

Una de las medidas más sencillas es la instalación de focos de bajo consumo tipo LED y sensores volumétricos que accionen los dispositivos de iluminación del centro para reducir el consumo eléctrico general y en franjas innecesarias (noche, días no activos).

  • b.

    Opciones de climatización.

El Real Decreto-ley 14/202219 propone que la calefacción y climatización en instalaciones públicas no sean superiores a 21°C en invierno ni inferiores a 26°C en verano. En el caso de los pacientes en diálisis, se debe considerar que los cambios en la temperatura del dializado pueden aumentar o disminuir su temperatura corporal. Para el bienestar de estos enfermos es importante, bien el ajuste de la temperatura a su bienestar, bien el uso de mantas (que conllevan también un coste de fabricación, lavado periódico y reposición). Otras medidas son la adecuada compartimentalización y aislamiento de las estancias, el uso de materiales que minimicen las pérdidas por disipación o el uso de los sistemas de climatización de alta eficiencia.

  • c.

    Generación de energía verde.

Posibilidad de instalar paneles solares o energía solar fotovoltaica para cubrir parte de la demanda del centro.

  • d.

    Desinfección en frío.

Una estrategia fácil de implementar es el uso de monitores que permitan la desinfección en frío (37°C), frente a los de alta temperatura (80°C), pero esto dependerá de los productos químicos implicados.

  • e.

    Reaprovechamiento de energía.

Una alternativa novedosa es la instalación de turbinas generadoras en las diferentes etapas del sistema de ósmosis inversa (OI), que permiten la recuperación de parte de la energía consumida mediante energía mecánica20.

Consumo de agua

Los centros consumen agua en la actividad asistencial y también en las labores asociadas a la actividad, tales como limpieza, baños, lavados de manos, lavaplatos, entre otros. De cara a optimizar el consumo de agua de diálisis existen diferentes estrategias (fig. 2):

  • a.

    Racionalizar el flujo de baño de diálisis.

Figura 2.

Estrategias para optimizar el consumo en hemodiálisis.

(0,45MB).

Si bien es una tendencia a la baja, aún son habituales las prácticas donde el flujo de dializado se sitúa entre 700-800ml/min21 (incluyendo el consumo para su generación). Atendiendo a que el cambio climático repercutirá sobre la sequía, se debe incidir en la optimización del consumo de agua. Desde hace unos años se insiste en racionalizar el flujo de diálisis en 500ml/min incluso en técnicas de HDFOL. Valores superiores demuestran solo un aporte marginal, tanto en la dosis de diálisis (Kt)22,23, como en la depuración de toxinas urémicas24,25.

  • b.

    Modificación de las estrategias de cebado y enjuague, así como de los procesos de lavado y regeneración de los elementos del pretratamiento y el anillo.

  • c.

    Valorar el número de descalcificadores necesarios en función de la dureza del agua (con menos descalcificadores se ahorra agua y la sal que necesita el proceso).

  • d.

    Reutilización de agua.

Posibilidad de aprovechar el agua desechada en las diversas etapas de su uso (en el sistema de ósmosis inversa, OI, o del líquido efluente del hemodializador):

  • -

    Agua rechazada por el sistema de OI: existen sistemas que alcanzan tasas de aprovechamiento del agua de rechazo del 50-75% volviendo a pasar de nuevo por la ósmosis. El agua de rechazo cumple estándares de calidad26,27 y puede utilizarse para otros usos: abastecimiento para sanitarios (WC), vapor para la esterilización28 o regadío de zonas ajardinadas29. En otros ensayos innovadores se aplica desecho en un sistema de horticultura y acuaponía30.

  • -

    Líquido efluente de los monitores: existen reticencias a su reutilización por su elevada salinidad, la presencia de fosfatos, nitratos y microrganismos31,32. Sin embargo, los procesos habituales para el saneamiento de aguas residuales permiten la recuperación de nutrientes con alto valor fertilizante para el sector de la agricultura33,34. Sin embargo, son medidas no exentas de coste.

  • a.

    Planta de aguas ampliable que genere el agua en una cantidad que se adapte al número de pacientes de la unidad.

  • b.

    Automatización de planta de aguas.

Garantizar la ausencia de contaminación química y microbiológica constituye una prioridad para todas las unidades de HD. En este proceso intervienen todos los componentes del sistema: abastecimiento del agua, llegada al monitor, diseño de la planta de tratamiento, etc. La implantación de la digitalización y control remoto en las plantas de agua, frente a la tecnología convencional de sensores avanzados puede incrementar el gasto energético, pero reduce el consumo de agua y la cantidad de desplazamientos del personal técnico (de 486 a 92 h), reduciendo sustancialmente el impacto ambiental35.

  • a.

    Otras acciones: mantenimiento de fontanería y saneamiento, revisar y actualizar estándares de calidad, así como introducir nuevas tecnologías y dializadores optimizados, técnicas de limpieza en seco, instalación de aireadores en grifos y disminución del consumo en WC.

Reducción de residuos

La reducción y gestión de residuos y su correcta segregación debe ser un objetivo en las unidades. Se puede llevar a cabo mediante:

  • -

    Optimización del consumo.

  • -

    Control de la caducidad.

  • -

    Limpieza de líneas y dializadores que permita su reciclaje urbano.

  • -

    Priorización de proveedores sostenibles.

  • -

    Reducción del papel gracias a la digitalización y la conexión bidireccional monitores-historia clínica electrónica (en caso de utilizarlo, lo ideal es que este sea reciclado).

  • -

    Uso de sistemas centralizados (menor consumo de garrafas de plástico).

Implantación y seguimiento de indicadores

Un primer paso hacia la sostenibilidad a nivel nacional es disponer de sistemas de gestión, ya sea en forma de sistemas voluntarios, sistemas de auditoría o estándares internacionales. Un estudio que recogió los datos de 210 unidades de diálisis en España mostró que solo 53 centros hospitalarios con diálisis (25%) y 11 centros ambulatorios disponían de la ISO1400136. El compromiso ambiental comienza con el «eco-reporte». Con la meta de minimizar la huella ambiental de la HD es importante el registro y control de indicadores referenciados de la actividad y su adecuada interpretación.

La lectura de indicadores es compleja y es necesario tener en cuenta que:

  • -

    Cada indicador es independiente, no se puede mezclar la lectura de agua, luz y residuos.

  • -

    Cada indicador es propio de cada centro. La lectura e interpretación debe ser de forma individualizada, ya que cada centro tiene sus características.

  • -

    La lectura individual debe tener como objetivo el mantener o disminuir el valor del indicador.

  • -

    De forma periódica (semestral/anual), se deben controlar los valores. El valor mensual/anual de los indicadores difícilmente será siempre un valor único. Si se detectan alteraciones debe estudiarse su origen e implantar medidas para su corrección.

  • -

    La interpretación no debería dirigirse al consumo de luz y agua o la generación de residuos sino al impacto de dichos consumos y gastos por cada ciclo de HD en el centro.

A continuación se presentan datos correspondientes a indicadores de consumo de electricidad y agua, además de la generación de residuos, los cuales sirven como ejemplos ilustrativos de la metodología para la lectura e interpretación de indicadores ambientales en un centro de HD.

En la figura 3 se muestra el indicador de consumo de agua (litros por sesión) de una unidad de HD a lo largo de 6 años. Se detecta una estabilidad a lo largo de los años con mínimas variaciones (fig. 3A) y pequeñas fluctuaciones puntuales mensuales (fig. 3B) derivadas de diversos factores, como fugas, necesidades de purgados adicionales, variaciones en la calidad del agua que requieren un mayor flujo y consumos adicionales no asociados directamente con el proceso de HD. Sin embargo, a partir de 2023 se detecta un incremento reseñable de consumo que obliga a analizar las causas e implantar acciones de mejora para minimizar el consumo. Derivado de este análisis se detecta que la causa es un incremento en la conductividad del agua de entrada debido a la sequía, lo que obliga a realizar un mayor número de lavados de las membranas de ósmosis con el consiguiente incremento del consumo de agua para conseguir la conductividad menor de 5μS que recomiendan las guías de calidad de agua de HD. Esto demuesta la importancia de hacer seguimiento de indicadores y fomentar el uso responsable del agua en los centros aplicando las medidas anteriormente descritas.

Figura 3.

Indicadores de consumo de agua de 2018 a 2023 de un centro hospitalario de HD. A) Media de los consumos anuales por litros/sesión/día. B) Consumo mensual por litros/sesión.

(0,43MB).

En la figura 4 se muestra el indicador de consumo de electricidad donde al igual que el indicador de consumo de agua, muestra unos resultados estables en el periodo anual (fig. 4A). Sin embargo, el análisis mensual (fig. 4B) pone de manifiesto una estacionalidad pronunciada, con picos de consumo en los meses de verano. Dicha estacionalidad sugiere una influencia climática significativa en el consumo de electricidad que puede ser subsanada mediante mejoras en el aislamiento térmico del edificio y la optimización de la eficiencia de los sistemas de climatización. Además, aumentar la concienciación sobre el uso prudente de la energía y la climatización podría tener un impacto considerable. Esto incluiría evitar dejar luces, ordenadores y otros aparatos en modo de espera innecesariamente, mantener las puertas cerradas, y utilizar pantallas que minimicen la incidencia de luz solar directa durante los meses de mayor consumo.

Figura 4.

Indicadores de consumo eléctrico de 2018 a 2023 de un centro hospitalario de HD. A) Media de los consumos anuales por kWh/ sesión/día. B) Consumo mensual por kWh/ sesión.

(0,47MB).

En la figura 5 se muestra el indicador anual de generación de residuos sanitarios donde a diferencia de los dos anteriores existe un incremento progresivo a partir de 2020 que por un lado podrían estar justificados por una mejora en el registro o reflejar el impacto de la pandemia COVID con un mayor uso de guantes y mascarillas.

Figura 5.

Indicadores de generación de residuos sanitarios de 2018 a 2023 de un centro hospitalario de HD (media de los consumos anuales por kg/sesión).

(0,21MB).

En resumen, el seguimiento de indicadores nos ofrece una visión gobal de nuestro impacto en el medioambiente y, a través de su lectura no permite detectar tendencias, desviaciones y nos permite actuar en consecuencia.

Huella de carbono

Conjuntamente a los indicadores habituales, actualmente, existen herramientas accesibles que permiten hacer una estimación también de la huella de carbono generada por las diferentes actividades humanas. A nivel internacional, varios países han analizado de manera pormenorizada la huella de CO2 de sus centros, entre ellos, Inglaterra (hace más de una década)7, Australia37 (uno de los países donde más esfuerzo se ha dedicado a la implantación de procesos sostenibles), Japón38 y EE. UU.39,40.

El análisis del ciclo de vida (life cycle assessment [LCA]) sirve para evaluar el impacto de las actividades desde la extracción de las materias primas, a la fabricación, transporte, uso y reciclaje o eliminación. Es un método útil y aceptado para evaluar cuantitativamente el impacto de los procesos y los productos en el ambiente, pero dada su complejidad de medición aún no existen muchos estudios en los que se utilice41-43. Puesto que se espera que la prevalencia de la enfermedad renal aumente durante las próximas décadas, los resultados de LCA pueden ayudar a orientar el equilibrio entre la práctica clínica y los coste económicos y ambientales del tratamiento.

¿Cuáles son los retos en el futuro?Impulsar técnicas domiciliarias

En términos de sostenibilidad económica y medioambiental, el trasplante renal es en la actualidad la opción de tratamiento renal sustitutivo (TRS) más sostenible44 que alcanza el 54,45% de los pacientes de TRS en España según datos del Informe de Diálisis y Trasplante de 202145.

Un reciente estudio italiano46 propone que los métodos de HD domiciliaria (especialmente los de HD domiciliaria no asistida) son una opción con menor impacto ambiental y válida para los pacientes que viven en zonas de baja densidad de población en las cuales el transporte de los pacientes y profesionales supone un impacto elevado para las emisiones de CO2. No obstante, existe un considerable recorrido de mejora para incrementar la implantación de técnicas domiciliarias y se necesitan más investigaciones para demostrar que verdaderamente estas técnicas reducen significativamente la huella de carbono en comparación a la HD en centro.

Implicación de los profesionales y de las organizaciones

Es fundamental concienciar a los profesionales para minimizar el impacto medioambiental de las actividades asistenciales. Todas las sociedades médicas y organizaciones científicas deben emprender urgentemente iniciativas educativas útiles y duraderas, donde la innovación digital abre la puerta a un futuro más sostenible.

Países como Reino Unido y los Países Bajos, ya han comenzado iniciativas nacionales. La ERA-EDTA ha creado un comité específico, el «Sustainable Nephrology Task Force», cuyo objetivo es concienciar sobre sostenibilidad y enfermedad renal, y ha organizado su 60° congreso como un evento híbrido para disminuir el impacto de los viajes. Además, ha promocionado un proyecto lanzado por las autoridades locales, Forestami, para la plantación de 3 millones de árboles antes de 2030. También la Sociedad Internacional de Nefrología ha lanzado su iniciativa global (evolución ambiental global en nefrología y cuidado renal [GREEN-K, siglas en inglés]) con el objetivo de promover el cuidado renal sostenible y resiliente47. En España, en los dos últimos congresos de la SEN se midió la huella de carbono y los resultados mostraron un alcance de 97 toneladas de CO2 equivalente total y 64,5kg CO2eq/participante en el Congreso de Granada (edición 52ª, 2022).

Implicación de la industria

Es importante definir actividades que reduzcan el impacto medioambiental como el empaquetado de residuos. Se debe considerar, cuando se escoja un nuevo equipamiento o material para diálisis, la sostenibilidad de los mismos o el desarrollo de programas para reducir, reusar y reciclar materiales48.

Coste económico de las medidas

En general, las medidas que se adoptan en HD para reducir el impacto en el medioambiente tienen un coste inicial de inversiones, análisis de datos, etc., que no siempre se recupera. Aun así, algunas de estas medidas pueden conllevar una cierta recuperación del coste inicial a medio-largo plazo, como por ejemplo, el uso de centralizado frente a garrafas porque mejora la eficiencia en el consumo de líquido de diálisis, las mejoras en la climatización porque mejora el gasto en el consumo energético o las plantas de agua adecuadamente dimensionadas porque optimiza el coste del consumo de agua. Sin embargo, se necesitan estudios en el futuro que incluyan un análisis del impacto económico de estas medidas.

Los concursos de diálisis deben contemplar la realidad del tratamiento y la tecnología, actualizando los requisitos que han quedado obsoletos y pueden suponer un coste innecesario, tanto a nivel económico como medioambiental (por ejemplo, exigir plantas de agua con unas determinadas características sobredimensionadas respecto a las necesidades del centro). Sería interesante que los concursos de diálisis tuvieran en cuenta, tanto en las tarifas como en sus valoraciones, la inversión que supone una mejora medioambiental.

Conclusiones

Los tratamientos de HD consumen una cantidad importante de recursos (agua y energía) y generan, a su vez, una tasa elevada de residuos. Es necesario que cada centro tome conciencia y analice sus indicadores para conocer su impacto en el medio ambiente. Esto le permitirá establecer estándares y poner en marcha acciones de mejora para lograr una HD más «verde» y más sostenible.

Conceptos clave

  • -

    Los tratamientos de hemodiálsis consumen una cantidad importante de recursos (agua y energía) y generan, a su vez, una tasa elevada de residuos.

  • -

    Los principales indicadores que informan sobre el impacto de la hemodiálisis en el medioambiente son: consumo de agua (L/sesión), consumo de electricidad (kWh/sesión) y generación de residuos (kg/sesión). A estos indicadores clave se suma la medición de huella de carbono (kg CO2 equivalente).

  • -

    Cada centro debe tomar conciencia y analizar sus indicadores para conocer su impacto en el medio ambiente y plantear estrategias individualizadas de gestión.

  • -

    En la diálisis siempre habrá consumo y se generarán emisiones en proporción a la dimensión de la actividad pero siempre es posible enfocar las actuaciones hacia un modelo ambientalmente más respetuoso.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses

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