Hemos leído con mucho interés el artículo de Serrano et al.1, en el cual ponen de manifiesto que la música en directo, durante el tratamiento de hemodiálisis, tiene efectos positivos en la vida de los pacientes con enfermedad renal crónica. El ensayo se centra en la evaluación de variables descriptivas como: etiología de la enfermedad renal, tiempo de tratamiento con hemodiálisis, sexo, edad, acceso vascular por fístula arteriovenosa o catéter venoso central, expresión matemática Kt/V para medir la eficacia del tratamiento de hemodiálisis, consumo de psicofármacos y/o medicación analgésica, hemoglobina sérica (g/dl), albúmina sérica (g/dl), y la tensión arterial media (mmHg). Participaron 90 pacientes organizados en 2 grupos. Aplicaron la metodología de estudio prospectivo y aleatorizado por sectores. El grupo intervención recibió la melodía durante las sesiones y el grupo control con su terapia habitual.

Hay estudios que demuestran que la ansiedad y la depresión son reacciones psicológicas, que acompañan a los enfermos que padecen de enfermedad renal crónica con su tratamiento de hemodiálisis2–7.

Las personas que requieren dializadoras podrían presentar complicaciones en su uso, así como restricciones en su dieta, limitaciones en sus actividades diarias, que conducen a un nivel de estrés; por esta razón consideramos que los autores debieron haber considerado la ansiedad y la depresión dentro de sus variables descriptivas, tomando como guía los test psicológicos como la escala de ansiedad estado-rasgo (STAI) y la escala de ansiedad de BECK (BAI)8.

Con respecto a la ansiedad y depresión, son los aspectos psicológicos más frecuentes en los pacientes con enfermedad renal crónica que requieren hemodiálisis2,4,6. Asimismo, resaltar que los trastornos de ansiedad no son valorados dentro de la clínica médica3, y están relacionados con un riesgo mayor de hospitalización y mortalidad7. Además, que el personal sanitario comparte los síntomas depresivos del paciente5.