La dosis de diálisis es un marcador de diálisis adecuada, y el Kt/V es el indicador más frecuentemente utilizado. La medición de la dosis con Kt permite una mejor discriminación en la adecuación e identifica a un porcentaje de pacientes que quizás no alcanzarían una dosis adecuada para su género o superficie corporal, pese a que el Kt/V supere el mínimo establecido. El propósito de este estudio fue evaluar el Kt como indicador de dosis de diálisis en población prevalente en hemodiálisis, con el objetivo de que más del 85% de los pacientes alcancen un Kt óptimo según el género (cuando su valor es superior a 50 l en varones y 45 l en mujeres) o la superficie corporal. En todos los pacientes (129 de media) se determina el valor promedio del Kt de tres sesiones consecutivas, con periodicidad bimensual, durante los 14 meses de duración del estudio. Al inicio, el 93,2% de los pacientes presentaban un Kt/V mayor de 1,3, frente al 58% con Kt óptimo por género. En el cuarto mes, el 85% de los pacientes alcanzaban el Kt objetivo por género, frente a un 68% según la superficie corporal. A partir del sexto mes y hasta el final, más del 85% de los pacientes alcanzaban el Kt prescrito por superficie corporal (p <0,001), con un incremento del Kt (p <0,001) de 5,4 l entre el inicio y el final del estudio. Se incrementó el flujo sanguíneo en 34,14 ml/min (p <0,001), el tiempo efectivo en 8,04 minutos (p <0,001), el 24,1% de pacientes con un dializador de mayor superficie (p <0,001) y el 56,8% de tratados con hemodiafiltración on-line (p <0,001). Concluimos que, pese a que el Kt se muestra más exigente que el Kt/V, su uso como indicador de calidad de dosis de diálisis es compatible con los estándares de calidad más ambiciosos.
The haemodialysis dose is a good marker of dialysis adequacy, and we usually monitor it with Kt/V measure. The dialysis dose monitored with Kt allows a better discrimination, detecting a percentage of the patients that perhaps do not get an adequate dose for their gender or body surface area after treatment with a minimum recommended dose of Kt/V. The objective of this study was to evaluate Kt as a clinical indicator referred to dialysis adequacy in the haemodialysis population. The aim was that more than 85% of the patients would achieve the recommended Kt target for their gender (at least 50 litres in men and 45 litres in women), or their body surface area. In each of the patients (mean 129) the Kt mean value was determined for three consecutive dialysis sessions, one every two months, during the follow-up period (14 months). At the beginning, the Kt/V value was on target (> 1.3) in 93.2% of the patients, but only in 58% according to Kt measure for their gender. After 4 months, we observed that 85% of patients’ Kt target increased for their gender, but only 68% did if we used the Kt individualised for their body surface area. From month 6 to the end of the follow-up period, more than 85% of patients obtained an adequate Kt for their body surface area (p < 0.001). A significant increase of Kt mean (5.4 litres) was observed at the end of the study (p < 0.001). The usual dialysis prescription parameters were modified increasing blood flow rate (34.14ml/min, p < 0.001), session effective duration (8.04 minutes, p < 0.001), dialyser surface area (24.1% of patients changed from helixone 1.3 to 1.6m2, p < 0.001) and haemodialysis modality (56.8% of patients changed from conventional haemodialysis to on-line haemodiafiltration, p < 0.001). We conclude that monitoring dialysis dose with Kt is a good clinical measure of adequacy, and using it as a quality indicator can be done in line with the more demanding quality standards.
INTRODUCCIÓN
La dosis de diálisis influye sobre la supervivencia del paciente en hemodiálisis1,2 y se le ha atribuido ser la causa principal de la mayor mortalidad de los pacientes en EE.UU. en com paración con Europa o Japón3. La dosis de diálisis es un buen marcador de diálisis adecuada4 no sólo como factor aislado, sino que también influye en la corrección de la anemia5, en el estado nutricional6 y en el control de la tensión arterial7, entre otros.
Las recomendaciones actuales de dosis de diálisis de un estudio multicéntrico americano son de un Kt/V igual o superior a 1,3 y un PRU superior al 70%1, cifras que son avaladas por las principales guías internacionales (K-DOQI8 y guías europeas9) y nacionales10.
En la actualidad, la tecnología nos permite la medición por biosensores incorporados a algunos monitores de diálisis, de la dialisancia iónica efectiva, que es el equivalente al aclaramiento de urea, que multiplicada por el tiempo de la sesión nos proporciona el Kt11.
Desde 1999, Lowrie et al.12 proponen el Kt como marcador de dosis de diálisis y mortalidad, y recomiendan un Kt mínimo de 40-45 l para las mujeres y 45-50 l para los varones. En un estudio de 3.009 pacientes13, observaron una curva de supervivencia en J cuando distribuyeron a los pacientes en quintiles según el PRU, mientras que la curva era descendente cuando se utilizaba el Kt; es decir, que un mayor Kt se acompañaba de una mayor supervivencia. En un posterior estudio14, los mismos autores correlacionaban diferentes necesidades de Kt en función de la superficie corporal, habida cuenta de las diferencias antropométricas de los sujetos del mismo sexo, validándola en un posterior estudio15.
Algunas de las ventajas del Kt como marcador de dosis de diálisis son la posibilidad de determinarlo en tiempo real en cada sesión de diálisis, siendo específico como medida de dosis de diálisis, no influenciable por el volumen de distribución y, por tanto, independiente de la desnutrición que acompaña a un porcentaje elevado de pacientes en hemodiálisis16.
Recientemente, Maduell et al.17 identifican el Kt ajustado a superficie corporal (ASC) como un parámetro más exigente que el Kt/V y el PRU para establecer una dosis adecuada de diálisis, ya que el 100% de su muestra cumplía criterios de buena diálisis con estos últimos, mientras que el 31% de la población en estudio no alcanzaba el Kt óptimo por género y el 43% según ASC. Estos datos son congruentes con los de nuestro propio grupo18, relacionados a Kt por sexo.
Las guías de calidad de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.)19 recomiendan como estándar de calidad que más del 80% de los pacientes prevalentes alcancen un Kt/V superior a 1,3, porcentaje que se eleva al 85% en una reciente publicación del grupo de Alcoy20.
El objetivo del presente estudio fue evaluar si es posible cumplir con los estándares de calidad más exigentes sobre adecuación (>85% de los pacientes) utilizando el Kt como medida de dosis de diálisis.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se trata de un estudio prospectivo sobre población prevalente en hemodiálisis en nuestra área de salud. Los criterios de inclusión para la selección fueron pacientes con enfermedad renal crónica en tratamiento sustitutivo con hemodiálisis de nuestra área de salud, mayores de 18 años, con la firma del consentimiento informado. Se consideraron motivos de exclusión la permanencia en hemodiálisis de menos de un mes y el ser portador de catéter temporal.
En todos los pacientes incluidos se procede a la medición de Kt mediante dialisancia iónica (OCM Fresenius Medical Care Sistema Terapéutico 5008) durante tres sesiones consecutivas de la segunda semana del mes, a los 0, 2, 4, 6, 8, 10, 12 y 14 meses. En todos los pacientes se individualizan el tipo de hemodiálisis, el tiempo de hemodiálisis, el dializador y el flujo sanguíneo, para alcanzar el Kt objetivo (desde los 0 a los 14 meses relacionado con el género, y desde el mes 4 al final ajustado al ASC).
Todas las sesiones de hemodiálisis se realizan con el dializador helixona de 1,3 a 1,6 m2 de superficie.
En cuanto a las variables primarias del estudio, se establecieron el Kt (promedio de tres sesiones consecutivas de hemodiálisis) y el porcentaje de pacientes que alcanzan Kt óptimo por sexo (de los 0 hasta los 14 meses) y ajustado a ASC (de los 4 hasta los 14 meses).
En función de los resultados de Kt por sexo, éste se considera óptimo cuando es mayor de 50 l en varones y 45 l en mujeres. El Kt por ASC se considera óptimo cuando es mayor o igual al establecido en las tablas de referencia14.
Las variables secundarias fueron demográficas (edad, sexo y tiempo y etiología de insuficiencia renal terminal) y relacionadas con la diálisis: acceso vascular (fístula arteriovenosa nativa, fístula arteriovenosa protésica o catéter tunelizado permanente), tipo de hemodiálisis (convencional y hemodiafiltración on-line [HDFOL]), dializador, tiempo efectivo y flujo efectivo (medido por el monitor 5008 Fresenius Medical Care).
El análisis estadístico se realiza con el programa estadístico SPSS 13.0 para Windows. Las variables cuantitativas se expresan como media, desviación estándar y rango. Las variables cualitativas, como frecuencia y porcentaje.
El contraste de hipótesis para variables cuantitativas se realiza mediante la t de Student y el análisis de la varianza (ANOVA), y la chi-cuadrado de Pearson para variables cualitativas. Se considera significación estadística una p <0,05.
RESULTADOS
Las características de los sujetos en estudio se expresan en la tabla 1, sin diferencias significativas.
A lo largo del estudio se aprecian diferencias significativas tanto en el Kt (p <0,001) como en el porcentaje de pacientes que alcanzan el Kt óptimo (p <0,001) (tabla 2). Cabe destacar que al final del estudio comparado con el inicio se incrementan de forma significativa (p <0,001) tanto el Kt (5,4 l) como el porcentaje de pacientes con Kt óptimo (30,2%). Sin embargo, el porcentaje de pacientes con dosis adecuada según Kt/V apenas se modifica a lo largo del estudio.
En el cuarto mes, cuando ajustamos los datos del Kt a la superficie corporal, se produce una reducción significativa (p <0,001) del porcentaje de pacientes que alcanzan el valor deseado (67,9%) cuando se compara con el Kt por sexo (84,7%).
En la tabla 3 se muestra la evolución del Qb optimizado y del tiempo efectivo de hemodiálisis, con incrementos significativos (p <0,001). Respecto al inicio del estudio, se produce un incremento medio del tiempo efectivo de 8,04 minutos y de 34,14 ml/min de flujo sanguíneo real (p <0,001).
Tal como se aprecia en la tabla 3, el porcentaje de pacientes en HDFOL aumentó de forma significativa (p <0,001) a lo largo de todo el estudio: desde un 22,9% hasta un 79,7% (p <0,001) al finalizar el período de 14 meses.
Del mismo modo, se aprecia un incremento del porcentaje de pacientes con el dializador helixona de 1,6 m2 de superficie a lo largo del estudio (p <0,001). Así, en el primer corte, éste era el dializador en el 13% de los pacientes, siendo al final del estudio el prescrito en el 37,1% de la muestra (p <0,001).
En cuanto a los resultados del subgrupo de pacientes con catéter tunelizado, se incrementa de forma significativa (p = 0,001) el porcentaje de los pacientes que alcanzan un Kt óptimo (36,4 y 61,1% al inicio y al final, respectivamente). Durante el período de seguimiento se incrementó el porcentaje de pacientes en HDFOL en un 33,3% y el porcentaje de utilización de dializadores de mayor superficie en un 52,4%, sin diferencias en el tiempo efectivo ni en el flujo sanguíneo.
DISCUSIÓN
En el presente estudio se muestra la posibilidad de utilizar como indicador de calidad de adecuación de dosis de diálisis al Kt, un marcador más exigente17, enfrentado a los estándares de calidad más ambiciosos20,21.
Una buena parte de los estudios que han utilizado la dialisancia iónica determinan Kt/V, con buena correlación tanto en hemodiálisis22,23 como en hemodiafiltración24, aunque generalmente infraestima con respecto al Kt/V analítico calculado por la fórmula de Daugirdas de 2.ª generación. La obtención del V es poco precisa tanto cuando se utilizan las fórmulas antropométricas como por impedancia25.
Existe una discrepancia entre las diferentes formas de calcular la dosis de diálisis. Así, utilizando PRU y Kt/V, el 100% de la serie de Maduell et al.17 presentaría una dosis adecuada, mientras que más de una tercera parte de la muestra estaría infradializada en función del Kt, datos similares a los referidos por nuestro grupo (8% con Kt/V bajo, 44% según Kt18) y los resultados basales del presente estudio (7 y 42%, respectivamente). Así, utilizar sólo el Kt/V como valor de adecuación tiene el riesgo de no detectar situaciones de infradiálisis, lo que podría repercutir en la supervivencia del paciente, habida cuenta la relación encontrada por algunos autores entre el déficit de litros de Kt y el riesgo relativo de muerte: de 4 a 7 l menos de los prescritos incrementan la mortalidad un 10%; de 7 a 11 l, un 25%, y más de 11 l, el 30%15.
El Kt óptimo medido en función de la superficie corporal se muestra más exigente que el referido al género según los resultados de nuestro estudio. Así, en el cuarto mes se alcanza el objetivo en cerca del 85% referido a sexo, con un descenso del 17% según ASC. Estos datos son congruentes con los de Maduell et al.17, en los que el porcentaje de pacientes con Kt óptimo se reduce un 12%. Es por ello por lo que desde este mes hasta el final del período de seguimiento utilizamos como indicador el Kt según ASC. En cualquier caso, estas diferencias entre las dos formas de clasificar el Kt pueden deberse tanto a diferencias antropométricas de los individuos de cada género como a disparidades entre nuestra población y la que sirve de referencia14.
Tanto las guías de la S.E.N. para centros de hemodiálisis19 como la propuesta de indicadores del Grupo de Gestión de Calidad de la S.E.N.26 utilizan el Kt/V como indicador de adecuación de dosis de hemodiálisis, medido por la ecuación de Daugirdas de segunda generación, y recomiendan un valor mayor de 1,3 al menos en el 80% de los pacientes. Recientemente, algunos estudios proponen aumentar el estándar de referencia hasta el 8520 y el 88%21.
En cualquier caso, el cumplimiento de este indicador no resulta sencillo. Los resultados del estudio DOPPS en España27 objetivaron un 36% de pacientes en situación de infradiálisis. En 6 de las 11 mediciones del estudio de Del Pozo et al.20 no se alcanza el 85%, quedando en tres de ellas por debajo del 80%. En este caso, los autores argumentan como factor causal los pacientes incidentes, sugiriendo la no medición del indicador Kt/V en los pacientes hasta no haber trascurrido 3 o 4 meses desde el momento de la inclusión en diálisis.
Sin embargo, los recientes resultados del estudio multicéntrico de indicadores de calidad de la S.E.N. referidos al último trimestre de 200721, así como los datos publicados en el 2007 Annual Report ESRD Clinical Performance Measures Project en EE.UU.28, sobre una muestra de más de 8.400 pacientes en el último trimestre de 2006, mejoran los resultados con un cumplimiento del 88,1 y del 90%, respectivamente, resultados confirmados en el estudio español de 2008 con un porcentaje de pacientes en objetivo mayor del 90%29.
Los resultados de nuestro estudio indican que es posible satisfacer esta exigencia en adecuación y dosis de diálisis utilizando el Kt, con las ventajas anteriormente referidas. Así, desde el cuarto mes y hasta el final del período de seguimiento, más del 85% de nuestros pacientes prevalentes presentaban un Kt óptimo según ASC, independientemente del tiempo de permanencia en hemodiálisis. Para ello, ha sido necesario en cada paciente personalizar su pauta de diálisis, especialmente en lo referente a aquellos factores claramente identificados como elementos clave en la dosis de diálisis30, como son el flujo sanguíneo, el tiempo efectivo de diálisis, el dializador y la técnica de hemodiálisis. Un pequeño incremento del Qb (34,14 ml/min), del tiempo por sesión (8,04 minutos), de la superficie del dializador (en el 24,1% de los pacientes) y de la HDFOL como técnica prescrita (en el 56,8% de los pacientes) ha sido suficiente para alcanzar y mantener el objetivo de Kt óptimo. Mientras que el porcentaje de optimización desde el inicio al final del período de seguimiento para el Kt es del 30,2%, para el Kt/V es de un 4,1%.
Las Guías Europeas9 recomiendan una duración de 4 horas por sesión de diálisis para una frecuencia de tres sesiones semanales, aunque una duración algo menor puede ser aceptada en pacientes con función renal residual significativa y bajo peso corporal sin evidencia de desnutrición. Pese a que sólo un 3% de los pacientes al inicio del estudio y un 2,2% al final tenían un tiempo prescrito menor de 240 minutos, el tiempo efectivo de la sesión se suele ver reducido con los monitores de diálisis más modernos, que interrumpen la diálisis para efectuar las mediciones pertinentes y con las alarmas. Esto debería ser contemplado en la prescripción.
La hemodiálisis con catéter venoso central presenta una eficacia reducida con respecto a la realizada con fístula arteriovenosa, por lo que en muchos casos se precisa incrementar la duración de la sesión31. Sin embargo, cuando el flujo sanguíneo es adecuado, es posible alcanzar los objetivos deseados, incluso en HDFOL32. En cualquier caso, y pese a los esfuerzos de optimización, en nuestro estudio los pacientes portadores de catéter tunelizado tienen peores resultados que el conjunto, alcanzando un Kt óptimo un 36,4% al inicio y un 61,1% al final del estudio.
En conclusión, pese a que el Kt se muestra como un marcador de dosis de diálisis más exigente que el Kt/V, su medición como indicador de calidad es compatible con el cumplimiento de los estándares más exigentes que garanticen la idoneidad del tratamiento con hemodiálisis. Se precisan estudios que determinen el Kt óptimo según superficie corporal, adaptado a nuestras características poblacionales.
Tabla 1. Características basales y demográficas de la muestra
Tabla 2. Resultados de adecuación de dosis de diálisis
Tabla 3. Evolución del flujo sanguíneo efectivo, tiempo efectivo por sesión, porcentaje de pacientes según dializador y porcentaje de pacientes según técnica de diálisis