Sr Director:
La implantación de sistemas de calidad en hemodiálisis está de moda, y es innegable que resulta beneficioso para todos; pacientes y profesionales sanitarios. El interés de los nefrólogos se demuestra en las recientes y abundantes publicaciones sobre este tema1-2. Sin embargo me gustaría realizar una reflexión3, tanto verbal como física, en relación a esta “nueva” faceta de nuestro trabajo. Algunos de los artículos4-5, para demostrar las virtudes de los indicadores de calidad, parten de datos basales muy pobres, con lo cual el “margen de mejora” es muy amplio. Este hecho debería hacernos preguntar el por qué se estaba “descuidando” a estos pacientes. Personalmente, creo que una de las razones fundamentales para que los enfermos crónicos en hemodiálisis estén bien atendidos, es que el personal sanitario esté en la “cantidad y calidad” adecuadas. Por esto también opino que las sociedades científicas implicadas deben preocuparse, y en la medida de lo posible presionar a las administraciones correspondientes, para que todos los pacientes en hemodiálisis sean atendidos por nefrólogos titulados, que los ratios de pacientes por nefrólogo y por enfermera sean aceptables, y que la labor de los nefrólogos esté más cercana al paciente que al ordenador/despacho.