Nefrologia 2015;35(1):XXX
10.3265/Nefrologia.pre2014.Oct.12762
Respuesta a Arrieta-Lezama et al.
Comentario en Nefrologia 2015;35(1):XXX
Nefrologia 2014;34(4):458-68
Sr. Director:
Entiendo que se resalte la novedad del objetivo secundario. Sin embargo, este es un trabajo original en términos de que el análisis se ha hecho basado en datos individuales (no partidas económicas globales) y que por primera vez se presentan datos de enfermedad renal crónica estadios 4 y 5, y trasplante renopancreático.
Llevan razón los autores de la carta: se confunde precio con coste, debió explicarse mejor en el manuscrito. Es un precio imputado por el Sistema Canario de Salud, no real. El manuscrito de Parra-Moncasi obtuvo precios reales (públicos y privados) y podría usarse este parámetro y combinar datos.
Los autores, ya lo aclaramos en la Discusión, somos los primeros que asumimos unas imputaciones que no se corresponden con los precios reales ni pueden extrapolarse a otras regiones. Pero ha sido nuestra mejor herramienta, «la mejor de las posibles», digamos, y siempre la misma para comparar modalidades terapéuticas. Asimismo, los precios de la diálisis aparecen muy centrados respecto a otras series consultadas, lo que nos anima a pensar que la desviación de la realidad será pequeña.
Estos datos ayudan a captar las enormes diferencias entre el precio o coste del tratamiento con diálisis frente al tratamiento con trasplante renal o el ahorro enorme que supone prolongar la supervivencia sin necesidad de diálisis. En este sentido, creo que aportamos novedades y asumimos las limitaciones. Dentro de las utilidades del estudio, pensamos en la diferencia de coste entre prediálisis (no hay datos previos del coste basado en pacientes individuales) y hemodiálisis. Basados en esto, podemos deducir que cualquier medida que retrase el inicio de un paciente en diálisis, digamos 12 meses, puede suponer un ahorro de 37 000 euros/paciente/año. Este es un argumento sólido para potenciar esta área (nefrólogo consultor, consultas de enfermedad renal crónica multidisciplinarias, etc.) ante los agentes sanitarios.
Para nosotros ha sido un verdadero quebradero de cabeza la imputación de costes, tanto de estudios ambulatorios como de las hospitalizaciones por grupos relacionados por el diagnóstico (GRD). Sin embargo, entendimos que era la mejor herramienta disponible para comparar los costes de hospitalización entre modalidades. Tampoco encontramos datos en la literatura. A todas se les imputó el GRD correspondiente, en ese sentido no hubo sesgo, aunque los precios no fueran los reales. Los GRD son una herramienta de comparación entre centros o regiones, con sus limitaciones, y son la mejor opción actualmente. Otros estudios revisados se refieren a partidas globales.
Buen punto la propuesta de aumentar a registros a estadios prediálisis y avanzar en la conexión con primaria, nefrólogo consultor y alternativas conservadoras.
Conflictos de interés
El autor declara que no tiene conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.