Los pacientes con enfermedad renal crónica en programa de diálisis tienen además, con frecuencia, problemas de insomnio, lo que disminuye su calidad de vida y aumenta el riesgo de mortalidad1. El síndrome de piernas inquietas es frecuente en pacientes urémicos y es un hecho cierto que empeora durante la noche, impidiendo un correcto descanso, además de ser un factor de riesgo de mortalidad2. Por otra parte, se sabe que un empeoramiento de la calidad del sueño durante el primer año en diálisis está asociado a un acortamiento en la supervivencia3.
Se conoce que el uso de benzodiazepinas, que son los fármacos más empleados en el tratamiento de la ansiedad, es habitual en los pacientes en diálisis. Y que su empleo está asociado a alta mortalidad 4-5.
Nos planteamos como objetivos del estudio analizar el estado de dependencia física, la comorbilidad, la frecuencia de trastornos ansioso-depresivos y del sueño, así como el consumo de psicofármacos (benzodiazepinas, hipnóticos no benzodiazepínicos y antidepresivos) de todos los pacientes de nuestra Unidad de Diálisis Peritoneal. Para ello como metodología estudiamos a todos los pacientes de nuestro programa de Diálisis Peritoneal, a los que se les determinó el índice de Barthel (escala de dependencia para las actividades básicas de la vida diaria), el índice de comorbilidad de Charlson-Bedhu y la escala de Hamilton para ansiedad-depresión. Se revisó el tratamiento para ver la frecuencia de consumo de psicofármacos. Fueron un total de 10 pacientes, con edades comprendidas entre 33 y 77 años (media 56±16). La permanencia media en programa de diálisis peritoneal fue de 12.85meses± 12.14, rango (1-36) meses. El 40% estaban en diálisis peritoneal continua ambulatoria y el 60% en diálisis peritoneal automatizada. El índice de comorbilidad de Charlson modificado dio una puntuación media de 5.5±2.14, rango (4-11). Según la escala de Barthel el 10% presentaba dependencia grave (35puntos), el 20% dependencia leve (75 y 85 puntos), siendo el resto (70%) independiente (100 puntos). Los resultados de la escala de ansiedad-depresión de Hamilton fueron que el 20% presentaba ansiedad (+ de 8 puntos), el 10% puntuaba en rango de depresión (+de 18 puntos). En cuanto al insomnio, el 50% no presentaba dificultades para dormir. El otro 50% se despertaba durante la noche y el 30% no podía volver a dormirse de nuevo. Respecto al consumo de psicofármacos, 2 pacientes consumían benzodiazepinas, 1 paciente era consumidor de Zolpidem, 1 consumía antidepresivos, y otro antidepresivos y benzodiazepinas. Podemos concluir que nuestra población tenía una comorbilidad media-alta. La mayor parte de nuestros paciente eran independientes para sus actividades de la vida diaria, el 70%. El 30% de nuestros pacientes padecía algún trastorno ansioso-depresivo. El insomnio resultó ser muy frecuente, estaba presente en el 50%. Y que el consumo de psicofármacos era bastante habitual, el 50% de nuestros pacientes consumía algún fármaco de este tipo.