La fragilidad ha sido definida como un síndrome o estado de deterioro y aumento de la vulnerabilidad a situaciones de estrés que se produce con el envejecimiento. Se caracteriza por debilidad y descenso de las reservas funcionales biológicas, lo que lleva a un riesgo aumentado de evolución desfavorable hacia la discapacidad, la hospitalización y el fallecimiento1,2. La fragilidad es un concepto diferente a la discapacidad y a la comorbilidad; aunque los 3 conceptos están muy relacionados y se influyen unos a otros, no siempre coexisten3.
A pesar de que la fragilidad se ha definido generalmente asociada a la edad avanzada y al envejecimiento, existen condiciones y enfermedades que provocan cambios semejantes al envejecimiento y pueden derivar en un estado de fragilidad en edades más jóvenes; una de estas situaciones es la enfermedad renal crónica4–6. Así, algunos estudios han estimado la prevalencia de fragilidad en pacientes en hemodiálisis en un 26 a un 73%7,8. Esta gran variabilidad se puede explicar por las diferencias en las poblaciones estudiadas y las distintas herramientas empleadas en la valoración de la fragilidad9,10. En nuestro país, hasta el momento actual no se han publicado estudios sobre prevalencia de fragilidad en pacientes en hemodiálisis.
Nuestro objetivo fue estimar la prevalencia de fragilidad en los pacientes en hemodiálisis en el área sanitaria sur de Gran Canaria y estudiar algunos factores demográficos, clínicos y analíticos asociados a la misma. Para ello se diseñó un estudio transversal de 277 pacientes en hemodiálisis estimando la fragilidad mediante el Fried Phenotype Frail Index (FPFI) y la Edmonton Frail Scale (EFS). El FPFI evalúa de forma estandarizada 5 ítems que miden debilidad, lentitud, agotamiento, baja actividad física y pérdida de peso. La EFS evalúa 11 ítems que miden además otras esferas de la fragilidad, como la cognitiva, la psicológica o la social. Se recogieron datos demográficos y clínicos, el índice de comorbilidad de Charlson y parámetros analíticos. Posteriormente se realizó un seguimiento a un año para valorar la mortalidad según la fragilidad.
La prevalencia de pacientes frágiles con el FPFI fue del 41,2% y con la EFS, del 29,6%. La figura 1 muestra en gráficos las prevalencias encontradas con ambos test. Hallamos una falta de concordancia entre los resultados; de los pacientes frágiles con EFS un 83% eran frágiles con FPFI y un 17% prefrágiles, y de los pacientes frágiles con FPFI un 60% eran frágiles con EFS y un 40% vulnerables o no frágiles. El EFS clasificaba un mayor número de pacientes como no frágiles, mientras que el FPFI clasificaba un mayor número como prefrágiles. Es difícil valorar en un estudio transversal la razón y las implicaciones pronósticas de esta discordancia en los resultados, pero podría deberse a las diferentes esferas de la fragilidad que se miden con cada uno de los test.
En la tabla 1 se muestran las principales características demográficas, clínicas y analíticas según los resultados de ambos test. En dicha tabla puede observarse que existe una asociación entre fragilidad y otros datos clínicos de mal pronóstico, como son la edad avanzada, la presencia de diabetes mellitus, un mayor índice de comorbilidad de Charlson y el sexo femenino. Entre los parámetros analíticos se observó una discreta disminución de hemoglobina, albúmina y ácido úrico estadísticamente significativa en los grupos prefrágiles y frágiles con respecto al de no frágiles. No observamos diferencias en los parámetros del metabolismo óseo-mineral ni en el perfil lipídico entre los grupos. Se observa un descenso significativo de la CPK con la fragilidad, que podría reflejar una disminución de la masa muscular por la sarcopenia asociada a la fragilidad. También observamos un aumento de algunos parámetros analíticos que han sido descritos como marcadores de mal pronóstico por su relación con la inflamación o con la sobrehidratación, como la proteína C reactiva, el NT-proBNP y la amplitud de distribución eritrocitaria.
Características demográficas, clínicas y analíticas
Fried Phenotype Frailty Index | Edmonton Frail Scale | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
No frágil | Prefrágil | Frágil | p | No frágil | Vulnerable | Frágil | p | |
Edad | 52 | 62 | 71 | <0,001 | 62 | 65 | 71 | <0,001 |
Porcentaje de hombres | 77,5 | 70,7 | 55,3 | <0,01 | 71,8 | 67,9 | 52,4 | <0,05 |
Porcentaje de diabetes | 37,5 | 51,2 | 71,1 | <0,001 | 43 | 32,3 | 79,3 | <0,001 |
Índice de Charlson | 4,7 | 5,9 | 7,9 | <0,001 | 5,6 | 6,7 | 8 | <0,001 |
Meses TRS | 30,6 | 28,3 | 49,1 | <0,05 | 29 | 33 | 50 | n. s. |
IMC | 26,5 | 27 | 27 | n. s. | 27 | 27 | 26 | n. s. |
Hemoglobina | 11,8 | 11,3 | 11,4 | <0,05 | 11,7 | 11,3 | 11,1 | <0,01 |
Albúmina | 3,7 | 3,6 | 3,5 | <0,001 | 3,7 | 3,5 | 3,5 | <0,01 |
Ácido úrico | 6,6 | 6,4 | 5,7 | <0,001 | 6,4 | 6,5 | 5,6 | <0,001 |
Calcio | 8,7 | 8,8 | 8,9 | n. s. | 8,8 | 8,9 | 8,8 | n. s. |
Fósforo | 4,7 | 4,3 | 4,2 | n. s. | 4,4 | 4,5 | 4 | <0,05 |
PTHi | 262 | 275 | 249 | n. s. | 277 | 225 | 272 | n. s. |
CPK | 104 | 82 | 56 | <0,001 | 91 | 67 | 50 | <0,001 |
Colesterol total | 132 | 145 | 140 | n. s. | 147 | 140 | 13 | n. s. |
Triglicéridos | 130 | 139 | 112 | n. s. | 130 | 126 | 113 | n. s. |
Potasio | 5,4 | 5,3 | 5,3 | n. s. | 5,3 | 5,5 | 5,3 | n. s. |
Proteína C reactiva | 0,32 | 0,42 | 0,6 | <0,05 | 0,41 | 0,61 | 0,48 | n. s. |
NT-proBNP | 2.637 | 3.230 | 6.944 | <0,001 | 3.122 | 6.523 | 7.599 | <0,001 |
ADE | 14,6 | 15,4 | 16 | <0,001 | 15,1 | 15,6 | 16,3 | <0,005 |
En el seguimiento a un año se observó una mortalidad del 21,1% en los pacientes frágiles frente a un 11% en los pacientes prefrágiles y no frágiles con el FPFI (p<0,05). Se observó una mortalidad del 26,8% en los pacientes frágiles frente a un 10,3% en los pacientes vulnerables y no frágiles con el EFS (p<0,001).
En conclusión, observamos una alta prevalencia de fragilidad en los pacientes en hemodiálisis. La presencia de fragilidad se asocia a una mala evolución a corto plazo. Sin embargo, encontramos una falta de concordancia entre los test utilizados para mediar la fragilidad, por lo que se hace necesario realizar más estudios para validar los test de fragilidad en pacientes en hemodiálisis, determinar su valor pronóstico y establecer el impacto de las posibles medidas terapéuticas para revertir la fragilidad en este grupo de pacientes.
FinanciaciónEste trabajo ha sido financiado en parte con una beca de la XXI convocatoria I+E del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas.