El continuado aumento del conocimiento médico y las heterogéneas necesidades de formación continuada están condicionando un crecimiento exponencial de información biomédica, que se difunde hacia los profesionales utilizando diferentes medios de transmisión de conocimiento (como revistas médicas en papel y digitales, Internet o bases de datos).
Por otra parte, este aumento de información se caracteriza por su heterogeneidad (tanto en la calidad metodológica como en aspectos formales) y complejidad (como los sofisticados métodos de diseño y de análisis matemático de los resultados o la agregación de los mismos para aumentar la potencia estadística en las técnicas del metanálisis). Por otra parte, la presencia de sesgos no siempre es fácil de detectar.1,2 De especial importancia, dada la estructura de promoción de la investigación clínica, son los sesgos de publicación (tienen más probabilidades de ser publicados los artículos que muestran resultados positivos).3-5 y de patrocinio (tienen más posibilidades de difundirse los resultados que interesan a la empresa patrocinadora).6-9
En definitiva, se está generando una verdadera inflación de información, frecuentemente acrítica y mal estructurada, que en realidad dificulta el acceso a lo realmente pertinente para que los médicos objetiven la base científica real, obtenida por investigación clínica rigurosa, de los procedimientos diagnósticos o terapéuticos utilizables en el cuidado de los pacientes. Y esto se produce en el contexto de una agobiante falta de tiempo disponible para la formación (a causa de la creciente demanda asistencial y de la falta de reconocimiento oficial de esta necesidad por parte de las autoridades sanitarias).
Precisamente éste es el problema concreto que pretende contribuir a resolver el movimiento que se ha dado en llamar Medicina Basada en la Evidencia (MBE): proporcionar metodología para objetivar y jerarquizar el conocimiento y dotar al médico de instrumentos que faciliten la localización de las mejores intervenciones disponibles para el cuidado de sus enfermos, de modo que se pueda conocer su nivel de eficacia y seguridad y su base científica, en apoyo del acto médico y del aprendizaje de la medicina.10-12
La Sociedad Española de Nefrología ha impulsado el desarrollo de un grupo que pretende difundir técnicas (pero sobre todo hábitos) de análisis crítico de la literatura clínica nefrológica, como base de los procesos de toma de decisión médica, reanalizando una colección de artículos relevantes de la literatura nefrológica, sintetizados y evaluados con criterios de MBE (resúmenes estructurados) y fomentando la utilización de métodos de síntesis de conocimiento biomédico (revisiones sistemáticas o metanálisis).13
En este contexto, nace el sitio web (www.senefrobe.org) y los suplementos de Nefrología Basada en la Evidencia y se percibe una progresiva implantación de esta metodología en trabajos y publicaciones.14,15 Creemos que el resultado inicial de este proyecto, en el contexto de dificultades objetivas, ha sido razonablemente bueno y que, en líneas generales, puede valorarse positivamente lo realizado y aspirar a consolidar y extender algunos de los logros iniciales.
Es evidente que el mantenimiento de un sitio web y la publicación periódica de suplementos de NEFROLOGIA, plantean inmediatamente el problema de su mantenimiento económico. El problema de la financiación, afecta a toda la estructura de formación continuada de las Sociedades médicas (congresos, cursos, publicaciones) y podemos decir, sin que esto pueda considerarse un ejercicio de simplificación, que los recursos disponibles dependen casi en exclusiva de la industria farmacéutica (por la práctica ausencia de la administración pública en la cobertura de estas necesidades).
La supervivencia financiera de las Revistas biomédicas depende decisivamente de la publicidad de medicamentos o dispositivos utilizados en la especialidad. Sin embargo, y a pesar de esta relación tan determinante para que los productos editoriales puedan ser difundidos, éstas consiguen mantener su independencia científica gracias a la utilización de prácticas (entre ellas, la evaluación por pares de los trabajos de investigación publicados) y convenios de buena práctica y ética editorial, además de una actitud generalizada de la industria farmacéutica de respeto a esa independencia. No obstante, el riesgo existe y la atención de los editores y directivos de las Sociedades Médicas, debe ser permanente para garantizar su libertad de criterio y actuación. Personalidades como Marcia Angell, exeditora del New England Journal of Medicine, y Richard Smith, exeditor del British Medical Journal, entre otros, han denunciado la utilización de la publicación científica como parte de la política de marketing comercial de algunas industrias farmacéuticas.16-18
Si estos aspectos de garantía de independencia son esenciales para cualquier publicación, sin duda lo son más para un producto que pretende analizar críticamente y plasmar, de forma sistemática y estructurada, los resultados de investigación clínica, que son seleccionados en la medida de su utilidad potencial en la práctica médica nefrológica.
Por ello tenemos que saludar como un hecho especialmente importante, el que, a partir de este número, los suplementos de Nefrología Basada en la Evidencia (NBE) de la Revista Nefrología se editarán con la colaboración exclusiva de la Fundación Renal (FRIAT), institución sin ánimo de lucro que tiene entre sus fines el fomento de la investigación y la difusión de la misma.
Nos satisface, especialmente, que una entidad que, hasta ahora se ha caracterizado fundamentalmente por la promoción de la investigación experimental en Nefrología, apoye este instrumento, que lo que pretende, modestamente, pero también con la ambición del mayor rigor, poner en manos de los nefrólogos resúmenes de literatura nefrológica, que contienen, de forma concisa, los elementos clave para decidir la adecuación de las principales intervenciones diagnósticas y terapéuticas, realizar trabajos de investigación secundaria (revisiones sistemáticas, metanálisis) y divulgar aspectos metodológicos y clínicos de utilidad para el nefrólogo clínico. NBE es, pues, un instrumento de formación continuada y de investigación secundaria,13,15 configurando un producto editorial moderno que aspiramos sea de calidad y utilidad creciente para el nefrólogo clínico.
Los que trabajamos en este proyecto no nos sentimos ahora más independientes y críticos que cuando nuestros suplementos eran financiados por la industria farmacéutica, pero agradecemos a la FRIAT que, con la confianza depositada en nosotros, haga que ese compromiso sea más explicito y objetivo. Creemos que esta iniciativa constituye una novedad editorial que dota a nuestros productos de un valor añadido de gran importancia estratégica, del que no existen muchos precedentes.
Iniciativas semejantes deberían ser analizadas por agencias y otras instituciones que se dedican a la promoción de la investigación. Es importante impulsar la investigación biomédica, pero también que sus hallazgos lleguen al clínico en las condiciones que permitan el conocimiento más simple y objetivo (basado en el análisis de las mejores evidencias) de la validez de las intervenciones, y pongan de manifiesto sus limitaciones y las «zonas grises» de conocimiento que conviene aclarar con investigación.
En definitiva, nos congratulamos de este acuerdo FRIAT-S.E.N. y esperamos que los resultados redunden en el beneficio de ambas instituciones. Lo que sí podemos garantizar es que trabajaremos arduamente para lograrlo.