Presentamos el caso de un varón de 64 años con antecedentes de obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus y fibrilación auricular crónica, en tratamiento con anticoagulantes orales, que debutó con dolor en la fosa lumbar derecha irradiado hacia la ingle de más de 24 horas de evolución, sensación nauseosa y vómitos.
A la exploración el paciente se encontraba afebril y con tensión arterial de 140/90 mmHg. En la auscultación cardíaca se apreciaba soplo sistólico. El abdomen era blando, depresible, doloroso en hipocondrio y vacío izquierdos y con sucusión renal negativa. Resto de exploración, anodina.
En las pruebas complementarias destaca electrocardiograma en fibrilación auricular, analítica con leucocitosis, elevación de creatinina plasmática, marcado aumento de lactato-deshidrogenasa (LDH) con transaminasas normales1-3 y microhematuria. El urocultivo fue negativo, así como los parámetros de autoinmunidad, inmunoglobulinas y complemento.
Ante la persistencia del dolor abdominal y la falta de concordancia con patología digestiva, se realizó una tomografía axial computarizada abdominal, que mostró imágenes de hipodensidad bilaterales segmentarias (figura 1) sin litiasis ni dilatación de vía urinaria, sugestivo, junto con el resto de las exploraciones, de infartos renales múltiples de probable origen embólico1.
Se solicitó ecocardiograma que demostró miocardiopatía dilatada de causa no filiada y estenosis aórtica.
Tras la evaluación, se instauró tratamiento conservador manteniendo anticoagulación en rangos terapéuticos1-3, estatinas y control óptimo de tensión arterial.
La evolución fue favorable, tanto desde el punto de vista clínico como analítico.
Nuestra impresión diagnóstica final fue de isquemia renal cardio-embólica en paciente previamente anticoagulado.
Conflictos de interés
Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.
Figura 1. Tomografía axial computarizada abdominal