La práctica de ejercicio físico durante las sesiones de hemodiálisis (HD) tiene un impacto positivo en la capacidad funcional de los pacientes1. Sin embargo, esta estrategia no es generalizada, debido, entre otros factores, al coste económico que supone la contratación de profesionales que los supervisen2. Una posible solución sería el desarrollo de programas semisupervisados que limitarían la presencia constante de un profesional del ejercicio físico y, por lo tanto, permitiría reducir costes. Presentamos los resultados de un estudio comparativo no controlado sobre los efectos de un programa de ejercicio físico intradialítico semisupervisado, en la capacidad funcional de pacientes en HD.
Los pacientes, reclutados de dos centros ubicados en el sur de Galicia, cumplían los siguientes criterios de inclusión: a) tener enfermedad renal crónica (ERC) y estar en tratamiento de HD desde como mínimo tres meses; b) tener una situación clínica estable y una dialización adecuada (ktv ≥ 1,3) durante los últimos tres meses; c) presentar anemia controlada dentro de los parámetros normales de ERC (10,5-12 g/dL); d) tener un acceso vascular funcionante. Los criterios de exclusión fueron: a) haber tenido un evento cardíaco en los últimos seis meses; b) haber tenido un accidente cerebrovascular en los últimos seis meses; c) tener una tensión arterial no controlada; d) tener una fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) inferior o igual al 35%; e) tener situaciones de hipoglucemia inferiores o iguales a 60 mg/dL. El diseño del estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte, Universidad de Vigo.
Se asignaron dos programas de ejercicio, supervisado (SP) y semisupervisado (SS) de manera aleatoria a cada una de las dos unidades de HD, de una duración de 12 semanas y una frecuencia de entrenamiento de tres sesiones de 40 min (primera sesión de carácter aeróbico, las otras dos centradas en desarrollo de la fuerza muscular) por semana. En el grupo SP, todas las sesiones fueron supervisadas, mientras que en el grupo SS solo se supervisó la primera sesión de cada semana. Los efectos del programa en la capacidad funcional de los pacientes se determinaron mediante la aplicación del «Six-minute walking test» (6MWT), «Handgrip test» (HG), «10-Sit to stand test» (STS10), «Timed up and Go test» (TUG) y «Short Physical Performance Battery» (SPPB), realizados una semana antes y una semana después de la intervención.
Para la comparación entre ambos grupos, se utilizó el test exacto de Fisher para las variables cualitativas, y el t de Student o la U de Mann-Whitney para las cuantitativas. De la misma manera, para la comparación pre-postintragrupos se utilizó el test t de Student de datos relacionados o el test de rangos de Wilcoxon.
De un total de 36 participantes, 11 pacientes en el grupo SP y 10 en el grupo SS finalizaron el estudio (tabla 1). Tras la intervención se observaron cambios significativos en las pruebas STS10 y SPPB en el grupo SP y en el 6MWT en el grupo SS. En las comparaciones entre ambos grupos postintervención, solo existió una diferencia en el 6MWT en favor del grupo SS (tabla 2).
Comparación en los tests físicos en ambos grupos, antes y después de la intervención
Basal | Postintervención | |||||
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Supervisado | Semisupervisado | p | Supervisado | Semisupervisado | p | |
6MWT (m) | 223,15 ± 53,99 | 276,54 ± 92,99 | 0,132 | 226,41 ± 37,49 | 309,33 ± 99,51c | 0,040 |
TUG (seg) | 13,61 (11,06; 16,32) | 12,34 (9,95; 20,22) | 0,622 | 12,16 (11,01; 20,82) | 13,03 (9,16; 13,74) | 0,888 |
HG izquierda (kg) | 21,57 ± 2,83 | 25,94 ± 11,67 | 0,265 | 21,87 ± 5,01 | 25,38 ± 9,09 | 0,281 |
HG derecha (kg) | 21,85 ± 6,81 | 25,62 ± 8,97 | 0,288 | 22,37 ± 5,33 | 25,45 ± 9,89 | 0,380 |
STS10 (seg) | 41,79 ± 10,23 | 33,14 ± 7,69 | 0,051 | 36,33 ± 6,82a | 32,33 ± 6,88 | 0,210 |
SPPB | 7,78 ± 1,2 | 7,86 ± 1,77 | 0,916 | 9,33 ± 1,37b | 9 ± 1,53 | 0,689 |
El programa de ejercicio físico desarrollado se basó en una combinación de actividades aeróbicas y de fuerza-resistencia muscular, propuesta que se ha observado tiene efectos positivos en la capacidad funcional de pacientes en HD3, si bien los resultados obtenidos fueron un tanto en contra de lo esperado. Así, los pacientes en el programa supervisado experimentaron mejoras en sus niveles de fuerza, pero no en su capacidad cardiorrespiratoria, en contra de lo observado tras intervenciones similares4. Cabe destacar que, en el programa supervisado, se apreciaron también mejoras en la agilidad y el equilibrio, efecto del ejercicio intradiálisis previamente referenciado en la literatura5.
No se han encontrado estudios sobre el efecto del ejercicio intradialítico semisupervisado, si bien si existen investigaciones que han analizado la eficacia de la semisupervisión en pacientes en HD, a quienes se les anima a realizar ejercicio combinado en su casa. A este respecto, Ortega et al.6, no encontraron cambios significativos en ninguna de las variables incluidas en el presente estudio. Estos resultados ponen de manifiesto que la prescripción semisupervisada de ejercicio intradialítico parece tener mayor eficacia que aquellos realizados en el propio hogar del paciente, al menos en lo que respecta al efecto del mismo en la eficiencia cardiorrespiratoria. A modo de síntesis, el estudio indica que la prescripción de ejercicio semisupervisado es factible de ser realizada en unidades de HD. Sin embargo, el impacto en la capacidad funcional de este tipo de programas difiere con el derivado de un protocolo enteramente supervisado y cuestiona su eficacia. La ausencia de aleatorización de los participantes y el reducido tamaño de la muestra invitan a interpretar estos resultados con precaución.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Ninguno.
Los autores de este estudio agradecen la colaboración de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo en la presente investigación.