Recientemente se ha publicado en su revista el documento de consenso sobre el abordaje de la hiperpotasemia1. El artículo nos ofrece una revisión exhaustiva de los estudios publicados, pero observamos una serie de discordancias entre el texto y las figuras, que entendemos se deben a errores. Es por ello por lo que nos gustaría hacer una serie de consideraciones.
Llama la atención que en la figura 1, al referirse al aumento de eliminación digestiva de potasio se mencione solo al CSZ, cuando el patirómero tiene exactamente el mismo efecto y, de hecho, es su mecanismo de acción lo que ha justificado su autorización.
Por otro lado, aunque ni el patirómero ni CSZ están indicados en el tratamiento agudo de la hiperpotasemia, incluso las fichas técnicas de ambos resaltan que no tienen esta indicación, parece razonable iniciar el tratamiento crónico lo antes posible, sin que en ningún caso sustituya el tratamiento urgente habitual. Ambos productos han mostrado una mayor reducción de la potasemia a las 2h, frente a placebo en el caso de CSZ y frente a tratamiento habitual en el de patirómero, con una normalización del potasio a las 48 h. Sin embargo, en la figura 2, solo se cita el CSZ para el tratamiento agudo de la hiperpotasemia. Cabe añadir que en los consensos publicados en 2021 por la European Resuscitation Council2 y en 2022 por la SEMES-SEN-SEC3 se citan ambos productos para su uso, tanto durante el ingreso hospitalario como al alta domiciliaria, ya que podrían permitir no suspender ni reducir los tratamientos esenciales que podrían inducir la hiperpotasemia, como son los inhibidores del eje, y así no privar al paciente de sus efectos beneficiosos a medio y largo plazo.
En cuanto a la figura 3, se ofrece una amplia descripción de CSZ, pero no de patirómero. Patirómero ofrece también efectos pleiotrópicos, como la disminución de los niveles de fósforo, lo que constituye una ventaja para muchos pacientes. En un estudio se evidenció una normalización de los niveles de fósforo y potasio a las 2 semanas de tratamiento, que se mantuvo durante 4 semanas en pacientes con ERC ND, HK y HP4.
Es también difícil entender que, a pesar de que al revisar los datos de los 2productos se constata que los ensayos de CSZ incluían una menor proporción de pacientes con ERC, insuficiencia cardiaca y diabetes, con el mismo tratamiento con bloqueadores del SRA, sin justificación alguna, en el algoritmo se indica que CSZ está especialmente indicado en los pacientes con ERC. Como decíamos al principio es probable que se trate de un error, ya que en el caso de patirómero el porcentaje de pacientes con ERC, DM e IC es superior, además de tener evidencia en pacientes con HTA resistente, entre otros perfiles de pacientes. En resumen, patirómero permite abordar la necesidad de tratar la hiperpotasemia en todo el espectro de la ERC5-9.
En cuanto a la seguridad de ambos productos, no se menciona en el documento que la administración de CZS y tacrolimus deben separarse 2h por una posible interacción. Y aunque no se ha considerado que tenga impacto sobre su equilibrio riesgo-beneficio, la ficha técnica de CZS recibió una actualización que incluyó posibles casos de perforación intestinal. Patirómero mantiene su buen perfil de seguridad. La sección de reacciones adversas de la ficha técnica ha permanecido invariable desde la primera autorización. Además, el uso de patirómero podría asociarse con un menor riesgo de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca (y edemas) en comparación con CZS, en la práctica clínica real10.
Por último, no podemos estar más de acuerdo con las conclusiones. El criterio clínico es esencial para escoger entre opciones terapéuticas con pequeñas diferencias en sus perfiles y ofrecer a los pacientes un tratamiento lo más ajustado posible a sus necesidades con el objetivo de no negarles los beneficios de uno de los pilares esenciales del tratamiento.
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