La prevalencia de Sarcopenia varía entre el 1.5% y el 68% de los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC). El amplio intervalo se debe a las distintas herramientas diagnósticas y puntos de corte utilizados. Es preciso establecer un diagnóstico e intervención precoz de sarcopenia, por su asociación a peor calidad de vida (QoL), mayor tasa de hospitalización y eventos. La revisión del consenso “European Working Group on Sarcopenia in Older People (EWGSOP2)”, propone la ecografía como herramienta emergente para cuantificar la masa muscular. Nuestro objetivo es describir la prevalencia de pacientes en riesgo de sarcopenia en diálisis peritoneal (DP) y la utilidad de la ecografía en nuestro medio.
Material y Métodos: Realizamos un estudio observacional en pacientes prevalentes de DP en el Hospital Universitario Puerta de Hierro durante el periodo de enero a octubre del 2023. Se recogen parámetros clínicos, de eficacia, analíticos y nutricionales junto al desempeño funcional medido por SPPB, fragilidad (escala FRAIL), riesgo de desnutrición (escala MIS), bioimpedancia (BCM) y la estima de la masa apendicular esquelética mediante fórmula de Lin. Se añade la medición ecográfica de la grasa supramuscular, los ejes (X e Y) y el área del recto anterior del cuádriceps (RAC), ajustada por altura y superficie corporal. Clasificamos los pacientes con riesgo de sarcopenia según la fuerza palmar por los criterios EWGSOP2 ajustados por sexo. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación con Medicamentos del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Nº 16/2023).
Resultados: Evaluamos 38 pacientes, con edad media de 65.4 años (DE 14.9), el 65.8% eran varones. Un 52.6% tenía un índice de masa magra (LTI) disminuido y un 23.7% un índice de masa grasa (FTI) disminuido, con un ángulo de fase (AF) medio de 4.5 (DE 1.1). Clasificamos al 42.1% de los pacientes como riesgo de sarcopenia según la fuerza palmar; eran mayores, comórbidos, peor nutrición por la escala MIS y peores puntuaciones de fragilidad y capacidad funcional. De igual modo, tenían un menor LTI, menor masa muscular esquelética apendicular y menor grosor del cuádriceps (Eje Y 8.5 mm (DE 2.4) vs 11.8 mm (DE 3.3) p=0.002). Los pacientes con riesgo de sarcopenia tenían niveles más bajos de fósforo y mayores de proteína C reactiva (PCR). La capacidad predictiva de la ecografía para clasificar a los pacientes con riesgo de sarcopenia fue de AUC 0.78 (0.64-0.93) para Eje Y, similar a las obtenidas con el LTI y AF de la bioimpedancia.
Conclusiones: El riesgo de sarcopenia es altamente prevalente en DP y se relaciona con la edad, comorbilidad desnutrición e inflamación de los pacientes. La ecografía es una herramienta accesible, segura, de bajo coste y fácil de utilizar a pie de cama. Este método nos sirve para cuantificar la masa muscular y valorar la calidad de la misma. Proponemos el espesor del músculo RAC (Eje Y) como el mejor parámetro complementario, dada su buena correlación con la bioimpedancia y su valor diagnóstico de riesgo sarcopénico. Nuestra experiencia servirá de base a futuros estudios para definir puntos de corte específicos en DP y diseñar protocolos de seguimiento e intervención.
The prevalence of Sarcopenia varies between 1.5% and 68% among patients with chronic kidney disease (CKD). This wide range is due to the different diagnostic tools and the cut-off points used. Early diagnosis and intervention of sarcopenia are essential because of its association with poorer quality of life (QoL), higher hospitalization rates, and adverse events. The “European Working Group on Sarcopenia in Older People (EWGSOP2)” consensus review suggests ultrasound as an emerging tool to quantify muscle mass. Our objective is to describe the prevalence of sarcopenia risk in peritoneal dialysis (PD) and the utility of ultrasound in our setting.
Material and methods: We conducted an observational study in prevalent PD patients at the Puerta de Hierro University Hospital between January and October 2023. Clinical, efficacy, analytical and nutritional parameters were collected, along with functional performance measured by SPPB, frailty (FRAIL scale), risk of malnutrition (MIS scale), bioimpedance (BCM) and estimation of appendicular skeletal muscle mass using Lin´s formula. Ultrasound measurement of supramuscular fat, Axes (X and Y) and the area of the rectus femoris muscle of the quadriceps (RAC) were also included, adjusted for height and body surface area. We classified patients at risk of sarcopenia based on handgrip strength according to EWGSOP2 criteria, adjusted for sex. This study was approved by the Ethics Committee of Puerta de Hierro University Hospital (No. 16/2023).
Results: We evaluated 38 patients, with a mean age of 65.4 years (SD 14.9), 65.8% were male. 52.6% had a reduced lean tissue index (LTI) and 23.7% had a reduced fat tissue index (FTI), with a mean phase angle (AF) of 4.5 (SD 1.1). We classified 42.1% as patients at risk of sarcopenia based on handgrip strength. They were older, had more comorbidities, poorer nutrition according to the MIS scale, and showed worse scores on frailty and functional capacity. Similary, they had a lower LTI, lower appendicular skeletal muscle mass, and lower quadriceps muscle thickness (Y axis 8.5 mm (SD 2.4) vs 11.8 mm (SD 3.3) p=0.002). Patients at risk of sarcopenic had lower phosphorus levels and higher C-reactive protein (CRP) levels. The predictive capacity of ultrasound for classifying patients at risk of sarcopenia was AUC 0.78 (0.64-0.93) for Y Axis, similar to those obtained with the LTI and AF of bioimpedance.
Conclusions: Sarcopenia risk is highly prevalent in PD and is related to age, comorbidity, malnutrition and inflammation in patients. Ultrasound is an accessible, safe, low-cost and easy-to-use tool at the bedside. This method helps us to quantify muscle mass and assess its quality. We propose the thickness of the RAC muscle (Y axis) as the best complementary parameter given its good correlation with bioimpedance and its diagnostic value for sarcopenic risk. Our experience will serve as a basis for future studies that allow us to define specific cut-off points in PD and design monitoring and intervention protocols.