La presencia de concentraciones elevadas de proteína o albúmina en orina, de modo persistente, es un signo de lesión renal y constituye, junto con la estimación del filtrado glomerular, la base sobre la que se sustenta el diagnóstico de la enfermedad renal crónica (ERC). Su presencia identifica a un grupo de pacientes con un riesgo superior de progresión de la enfermedad renal y con mayor morbilidad cardiovascular. El tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina o antagonistas del receptor de la angiotensina, en individuos con ERC y proteinuria, ha demostrado que disminuye tanto la progresión de la enfermedad renal como la incidencia de eventos cardiovasculares y muerte, por lo que la disminución del valor de la proteinuria es considerado un objetivo terapéutico.
Pese a la importancia de la detección y monitorización de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la ERC, no existe consenso entre las guías de práctica clínica publicadas por distintas Sociedades científicas sobre cuáles son los valores que indican su presencia, si ésta debe ser definida en términos de albúmina o de proteína, el espécimen más adecuado para su medida o el tipo de unidades en que deben ser expresados los resultados.
La finalidad de este documento, elaborado con el consenso de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) y la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), es proporcionar recomendaciones, a los facultativos clínicos y de laboratorio, para la detección y monitorización de la proteinuria como marcador de la presencia de ERC en adultos y en niños. Las recomendaciones son el resultado de la búsqueda, evaluación y síntesis de la evidencia científica publicada sobre el tema en los últimos años.
The presence of persistently high urinary concentrations of protein or albumin is considered a sign of kidney damage. Nowadays, the diagnosis of chronic kidney disease (CKD) is based on the presence of signs of kidney damage together with the estimation of the glomerular filtration rate. The presence of either proteinuria or albuminuria identifies a group of patients with a higher risk of progression of CKD and higher cardiovascular risk. Treatment with angiotensin-converting enzyme inhibitors or angiotensin-receptor blockers decreases both the progression of CKD and the incidence of cardiovascular events and death in patients with CKD and proteinuria. Thus, proteinuria is currently considered a therapeutic target by itself.
Despite the importance of detecting and monitoring proteinuria in the diagnosis and follow-up of CKD, there is no consensus among the clinical practice guidelines published by different scientific societies on the diagnostic cut-off levels, on different sampling procedures, on the units used in laboratory reports or just on whether it should be defined in terms of albuminuria or proteinuria.
The goal of this document, created with the agreement of the Spanish Society of Clinical Biochemistry and Molecular Pathology (SEQC, representing its Spanish acronym) and the Spanish Society of Nephrology (S.E.N.), is to recommend appropriate guidelines to medical and laboratory physicians for detecting and monitoring proteinuria as a marker of CKD in adults and children. These recommendations are the result of searching, evaluating and summarising current scientific evidence published in the last few years.
INTRODUCCIÓN
Distintos estudios epidemiológicos muestran que la enfermedad renal crónica (ERC) tiene una elevada prevalencia1-4. El número de pacientes con ERC en estadios avanzados, que precisan de tratamiento renal sustitutivo, ha aumentado en los últimos años como consecuencia del envejecimiento de la población y del hecho de que, en la actualidad, se incluyen en diálisis individuos de más edad y con otros procesos asociados. Por otro lado, la incidencia y prevalencia de ERC debidas a glomerulonefritis o diabetes mellitus (DM) tipo 1 se han estabilizado siendo en la actualidad la arteriosclerosis, la DM tipo 2 o la hipertensión arterial (HTA) las principales causas de ERC; enfermedades que pueden afectar la función renal de modo silente, motivo por el cual la ERC es detectada en fases avanzadas de su evolución. El diagnóstico precoz es importante, tanto para la prevención del deterioro de la función renal como de las complicaciones cardiovasculares responsables de la elevada morbimortalidad que presentan estos pacientes, en relación con individuos de características clínicas semejantes pero sin ERC5.
Distintos estudios promovidos por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) indican que la prevalencia de ERC se sitúa en torno al 9,16% en la población mayor de 18 años6 y alcanza valores del 21% en los enfermos que acuden a las consultas de atención primaria7. Los datos procedentes de los registros de pacientes con ERC en estadio 5 y tratamiento renal sustitutivo (hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal) muestran una incidencia y una prevalencia de 129 y 1.039 casos por millón de habitantes/año, respectivamente8.
Los datos del Registro Español Pediátrico de Insuficiencia Renal (REPIR II), que incluye a los pacientes diagnosticados de ERC entre los estadios 2 y 5 en prediálisis, indican una incidencia y prevalencia de 8,6 y 71,0 casos por millón de habitantes/año, respectivamente, según datos del año 20089. Las causas más frecuentes de ERC en la infancia son la uropatía obstructiva secundaria a alteraciones anatómicas de origen congénito, las glomerulonefritis y la HTA10.
La presencia de concentraciones elevadas de proteína o albúmina en orina, de modo persistente, es un signo de lesión renal y constituye, junto con la estimación del filtrado glomerular (FG), la base sobre la que se sustenta el diagnóstico de la ERC11. Su presencia identifica a un grupo de pacientes con un riesgo superior de progresión de la enfermedad renal12-18 y con mayor morbilidad cardiovascular19,20; además este riesgo es lineal y continuo, incluso para concentraciones dentro del intervalo de referencia21. El tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) o antagonistas del receptor de la angiotensina (ARA), en individuos con ERC y proteinuria, ha demostrado que disminuye tanto la progresión de la enfermedad renal como la incidencia de eventos cardiovasculares y de muertes, por lo que la disminución del valor de la proteinuria se considera un objetivo terapéutico22-30.
Pese a la importancia de la detección y monitorización de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la ERC, no existe consenso, entre las guías de práctica clínica publicadas, sobre cuáles son los valores que indican su presencia, si ésta debe ser definida en términos de albúmina o de proteína, el tipo de espécimen más adecuado para su medida o la utilidad de la tira reactiva como método inicial de cribado.
OBJETIVO Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
El objeto de este documento es proporcionar recomendaciones para la detección y monitorización de la proteinuria como marcador de la presencia de ERC en adultos y en niños. Las recomendaciones son distintas en cada grupo debido a las diferencias existentes, tanto en la prevalencia como en el tipo de enfermedad responsable de la ERC en cada uno de ellos.
METODOLOGÍA UTILIZADA EN LA REALIZACIÓN DEL DOCUMENTO
Las recomendaciones que se presentan en este documento son el resultado de la búsqueda, evaluación y síntesis de la evidencia científica existente sobre la valoración de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la ERC. La información ha sido obtenida, fundamentalmente, a partir de las guías de práctica clínica publicadas en los últimos años.
En la elaboración de las recomendaciones no se han incluido ni el nivel de evidencia ni la fuerza de la recomendación asociada a cada una de ellas, debido a la incapacidad para poder intercambiar las distintas escalas utilizadas por las Sociedades científicas. Las guías consultadas, así como las escalas de evidencia utilizadas por las mismas, se describen al final del documento (anexo).
CRITERIOS ACTUALES DE DIAGNÓSTICO Y CLASIFICACIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
La National Kidney Foundation (NKF)-Kidney Disease Outcomes Quality Initiative (K/DOQI) en sus guías sobre evaluación, clasificación y estratificación de la ERC11 define como criterios diagnósticos de ésta la existencia de:
1. FG inferior a 60 ml/min/1,73 m2 durante un período de tiempo igual o superior a 3 meses.
2. La presencia de lesión renal, con o sin descenso del FG, durante un período de tiempo igual o superior a 3 meses. El concepto de lesión renal hace referencia a alteraciones estructurales o funcionales del riñón puestas de manifiesto directamente, a partir de alteraciones histológicas en la biopsia renal o indirectamente, por la presencia de albuminuria, proteinuria, alteraciones en el sedimento urinario o por técnicas de imagen.
La combinación de ambos criterios diagnósticos es la base para la clasificación de la ERC en 5 estadios (tabla 1). Debe destacarse que en los estadios 1 y 2 la presencia de lesión renal es diagnóstica por sí misma de ERC.
Esta definición y clasificación en estadios ha sido aceptada por la gran mayoría de Sociedades científicas, incluida la S.E.N.31 y la iniciativa internacional Kidney Disease: Improving Global Outcomes32. En los últimos años, se han propuesto modificaciones a esta clasificación como: a) añadir la letra «T», «D» o «p» para identificar a los pacientes con trasplante renal, en diálisis o con proteinuria, respectivamente33-35; b) la subdivisión del estadio 3 de ERC en 3A (FG 45-59 ml/min/1,73 m2) y 3B (30-44 ml/min/1,73 m2)32,34,36,37; c) la eliminación de los estadios de ERC 1 y 238 o su unión en un único estadio39, dada la inexistencia de una óptima medida de la función renal en este rango de FG; d) la necesidad de evidencia adicional de lesión renal para valores de FG superiores a 30 o 45 ml/min/1,73 m2 como un prerrequisito para catalogar de ERC40,41; e) el descenso del punto de corte de 60 a 45 ml/min/1,73 m2 para el estadio de ERC 342, o f) la introducción de valores de referencia de FG en función de la edad y el sexo11,39,40,42. Algunas de estas consideraciones han sido incluidas en guías de publicación posterior a las KDOQI (tabla 2).
DEFINICIONES
Proteinuria
En condiciones normales, un individuo sano elimina por la orina entre 40-80 mg de proteína/día, de los cuales aproximadamente 10-15 mg corresponden a albúmina y el resto está formado por la proteína de Tamm-Horsfall43 y por pequeñas cantidades de proteínas de bajo peso molecular.
En este documento, el término proteinuria se utiliza para indicar la presencia de concentraciones de proteína en orina por encima del intervalo de referencia. Sin embargo, no existe un valor discriminante universal que la defina, ya que depende del espécimen utilizado para su medida (orina de 24 horas o aleatoria), la forma de expresión de los resultados (en términos de concentración o de excreción) o de la población en la que se valora (adultos o niños) (tabla 3).
Cuando el espécimen utilizado para su medida es una orina aleatoria, los resultados deben expresarse en forma de cociente entre la concentración de proteína y creatinina en orina (PR/CR).
Albuminuria
En los individuos sanos la excreción de albúmina en orina es inferior a 30 mg/día11,34,44,45. En este documento el término albuminuria se refiere a la presencia de una excreción de albúmina superior a dicho valor. Cuando el espécimen empleado para su medida es una orina aleatoria, los resultados deben expresarse en forma de cociente entre la concentración de albúmina y creatinina en orina (ACR) y los valores discriminantes que muestran un mayor consenso internacional son >2,5 mg/mmol o >17 mg/g (hombres) y >3,5 mg/mmol o >25 mg/g (mujeres), aunque algunas Sociedades recomiendan el uso de un único criterio de decisión. Estos valores, que fueron obtenidos a partir de individuos con diabetes insulinodependiente46,47, han sido extrapolados al resto de la población48.
Los valores que definen microalbuminuria y macroalbuminuria son variables en función de la guía clínica consultada (tabla 4). Ambos términos, a pesar de ser ampliamente utilizados, pueden dar lugar a confusión por lo que deberían ser abandonados49.
En condiciones normales la concentración de albúmina representa sólo una pequeña parte de la concentración de proteína presente en la orina. A medida que la concentración de proteína aumenta también lo hace la proporción de albúmina y oscila entre el 5 y el 70% para valores de PR/CR <2,5 y >90 mg/mmol, respectivamente50,51. Debido a la relación variable entre ambas magnitudes, no es aconsejable el uso de factores de conversión a PR/CR a partir de ACR o viceversa11.
TIPOS DE PROTEINURIA
El aumento de la concentración de proteína en orina puede ser el resultado de distintos mecanismos etiopatogénicos52. Cada uno de ellos se asocia con una proteinuria de características cuantitativas y cualitativas diferentes.
La albúmina es la proteína en orina predominante en la ERC secundaria a DM, enfermedad glomerular o HTA, causas mayoritarias de ERC en el adulto. Su presencia se debe a una alteración en el proceso de filtración, bien por daño estructural o bien por una alteración en las cargas eléctricas de la membrana basal del glomérulo.
La presencia en orina de proteínas de bajo peso molecular (β2-microglobulina, α1-microglobulina, proteína enlazante del retinol, etc.) denota la existencia de enfermedad túbulo-intersticial. Este tipo de proteinuria se debe a una alteración en el mecanismo de reabsorción en el túbulo renal que se produce como consecuencia de alteraciones funcionales o estructurales congénitas y que son el origen más frecuente de ERC en la infancia.
Otro tipo de proteinuria que debe destacarse es la ortostática o postural que aparece sólo cuando el individuo está en posición supina y desaparece en ortostatismo. Afecta sobre todo a niños y adolescentes, y tiende a desaparecer al llegar a la edad adulta. Su valor suele ser inferior a 1 g/m2/día y se debe a alteraciones hemodinámicas en el glomérulo renal53,54.
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS EN LA EVALUACIÓN DE LA PROTEINURIA
Condiciones preanalíticas
Pacientes
La presencia de fiebre, situaciones de estrés o la realización de ejercicio físico intenso55 pueden producir elevaciones transitorias de la proteinuria que se resuelven pocos días después de la desaparición del factor causante. Asimismo, la presencia de infecciones del tracto urinario o la menstruación pueden ocasionar resultados falsamente positivos. Por ello, es recomendable evitar la recolección de orina para valoración de proteinuria en estas circunstancias.
Tipo de espécimen
La eliminación variable de proteínas a lo largo del día, resultado de factores como el grado de hidratación, la actividad física o la ingesta proteica, ha determinado que clásicamente se haya considerado a la orina de 24 horas como el espécimen de referencia para medir la proteinuria. Sin embargo, los problemas asociados con la recogida de orina de 24 horas han llevado a buscar especímenes alternativos como la primera orina de la mañana u orinas aleatorias; expresándose los resultados en términos de concentración o bien, con el fin de eliminar las variaciones en función del grado de hidratación, referida a la concentración de creatinina en la orina. El conocimiento de la variabilidad biológica es un factor clave para dilucidar el tipo de espécimen más adecuado, tanto para el cribado como para el seguimiento de la proteinuria y valorar el significado clínico de un cambio.
Los estudios que han evaluado la idoneidad de PR/CR en orina de muestra aleatoria como alternativa a la excreción de proteína en orina de 24 horas56-60 coinciden en que existe una buena correlación y concordancia entre ambas magnitudes, incluso entre especímenes obtenidos en individuos con distinto grado de afectación de la función renal61,62 y para un amplio rango de valores de proteinuria63,64, aunque tanto la correlación como la concordancia empeoran en caso de proteinuria de rango nefrótico (>3,5 g/1,73 m2/día)64,65. Cuando PR/CR se expresa en mg/mg el valor cuantitativo obtenido es aproximadamente el mismo que se obtendría para una excreción de proteína expresada en g/día; si PR/CR se expresa en mg/mmol, la excreción en orina de 24 horas es aproximadamente 10 veces su valor asumiendo una excreción media de creatinina de 10 mmol/día36.
De la misma forma, los estudios han evaluado el tipo de espécimen más adecuado para la medición de albúmina en orina (primera orina de la mañana u orina aleatoria como alternativa a la orina de 24 horas), así como el modo de expresión de los resultados (concentración de albúmina en orina frente a ACR) han demostrado una mayor concordancia de la primera orina de la mañana frente a la segunda o a una orina aleatoria66,67 y una menor variabilidad intraindividual para este tipo de espécimen, expresado como ACR. En consecuencia, se considera que la primera orina de la mañana es el espécimen más adecuado tanto para el cribado de albuminuria como para su monitorización, expresándose los resultados como ACR (mg/mmol, mg/g) frente a la medida de la concentración (mg/l).
Conservación
La muestra de orina es estable durante 7 días a 2-8 0ºC49,68. Si se precisa congelar, la temperatura debe ser <-70 ºC, ya que valores superiores, en especial a -20 ºC, producen un descenso en la concentración de albúmina que afecta, sobre todo, a orinas con valores de albúmina inferior a 300 mg/l69-72. La descongelación se debe realizar a temperatura ambiente y la muestra se debe homogeneizar antes de la medición con la finalidad de disolver los precipitados que hayan podido formarse, así como la albúmina adsorbida por el contenedor. El efecto de la congelación y de la descongelación sobre las distintas formas moleculares no es bien conocido.
Previamente a la congelación y al análisis se debe inspeccionar visualmente la orina para detectar la presencia de precipitados, que deben ser eliminados por centrifugación.
Si por algún motivo es necesario realizar una recolección de orina de 24 h la orina debe mantenerse refrigerada, y no es necesario añadir ningún conservante.
Métodos para la valoración de proteinuria
Métodos de cribado
Tira reactiva para el cribado de proteína
La tira reactiva está formada por una superficie de celulosa impregnada con azul de bromotetrafenol tamponado a pH 3,068 que, al unirse a las proteínas de la muestra, produce un cambio de color en la tira de intensidad variable en función de su concentración. El resultado se interpreta mediante la comparación visual del color obtenido respecto a una escala cromática y se traduce en valores que oscilan desde negativo hasta una escala de «+» correspondiente a distintos valores de concentración que es variable en función del fabricante de la tira. El uso de equipos de lectura automatizada reduce la posibilidad de error y la variabilidad de interpretación de resultados interpersonal73. Se considera que existe proteinuria cuando hay un cambio de color de «1+» o superior, que para la mayoría de los fabricantes corresponde a una concentración entre 150 y 300 mg/l68. Las tiras reactivas son especialmente sensibles a proteínas de carga negativa, como la albúmina, y menos a globulinas y proteínas de bajo peso molecular. Entre las limitaciones de estos sistemas de medida destacan: la incapacidad para detectar concentraciones inferiores a 300 mg/l, la producción de falsos resultados negativos en orinas diluidas y falsos positivos en orinas concentradas, alcalinizadas, con presencia de hematuria y de componentes coloreados como bilirrubina y fármacos (ciprofloxacino, quinina y cloroquina)74.
Distintos estudios han comparado la exactitud diagnóstica de la tira reactiva frente a la medida de proteína en orina de 24 horas en poblaciones con alta prevalencia de proteinuria75-77. Los resultados muestran una sensibilidad y especificidad variable en función de la concentración de proteína utilizada como punto de corte. Por ello, la mayoría de guías de práctica clínica desaconsejan su uso como prueba de cribado para detectar la presencia de proteinuria34,35,45 y las que la incluyen aconsejan la confirmación de un resultado positivo mediante una medida cuantitativa11,78.
En los últimos años, algunos fabricantes han incorporado a sus tiras reactivas una zona que permite medir la creatinina y expresar de modo semicuantitativo el cociente proteína/creatinina, con lectura del resultado visual o automatizada. Aunque los resultados iniciales han mostrado su eficacia en la monitorización de pacientes con ERC79 son necesarios más estudios que evalúen su utilidad diagnóstica.
Tira reactiva para el cribado de albúmina
La medida semicuantitativa de albúmina a partir de tiras reactivas se basa en métodos inmunológicos o no inmunológicos, que usan una superficie de celulosa impregnada con un derivado de la tetrabromosulfoftaleína68, y que son capaces de detectar pequeñas concentraciones de albúmina (30-40 mg/l). Existen también en el mercado dispositivos que incorporan en la tira dos zonas de reacción, una para la albúmina impregnada con un colorante de elevada afinidad y especificidad (tetrabromosulfoftaleína) y otra zona para la medida de la creatinina (basada en la actividad peroxidasa frente a un complejo cobre-creatinina), que proporcionan medidas semicuantitativas del cociente albúmina/creatinina en tres categorías, <3,4, 3,4-33,9 y >33,9 mg/mmol. Estos sistemas han sido recientemente evaluados con resultados que indican buena exactitud diagnóstica, tanto en población general como en pacientes con ERC de distinta etiología80,81.
Los estudios realizados para conocer la exactitud diagnóstica de la tira específica para la detección de albúmina a concentraciones superiores a 30 mg/g creatinina muestran una baja sensibilidad (del 37 al 83%) y una elevada especificidad (del 93 al 98 %). El valor predictivo positivo y negativo es variable dependiendo de la concentración utilizada para definir albuminuria34.
Métodos cuantitativos
Métodos cuantitativos para la medida de proteína
La cuantificación de proteína en orina presenta importantes dificultades debido a la variabilidad en la composición y proporción de los distintos tipos de proteínas, así como de las elevadas concentraciones de sustancias no proteicas que pueden interferir en los procedimientos de medida.
Los métodos más utilizados son los turbidimétricos (basados en la unión de las proteínas a sustancias del tipo ácido tricloroacético o cloruro de bencetonio) y los de fijación a colorantes (Ponceau-S, azul brillante de Coomassie y rojo de pirogalol molibdato). Tanto unos como otros presentan diferente sensibilidad y especificidad analítica para los distintos tipos de proteínas, reaccionando en mayor proporción con la albúmina82-84.
No existe actualmente ningún procedimiento de medida ni material de referencia para la determinación de proteína en orina, lo que da lugar a una gran variabilidad entre los resultados obtenidos en diferentes laboratorios. Esta variación afecta, sobre todo, a las concentraciones bajas y disminuye para las más elevadas en parte debido a la mayor concentración relativa de albúmina que presentan estas últimas.
Los datos procedentes del Programa de Control Externo de la Calidad (FPCQLC) de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) del año 2009 indican que los métodos más empleados para la medida de proteína son los turbidimétricos que utilizan cloruro de bencetonio (48,5% de los laboratorios) y los de fijación al colorante rojo de pirogalol (44,9% de los laboratorios). Los coeficientes de variación oscilaron entre 7,7 y 10,5% (turbidimétricos) y 4,5 y 7,7% (fijación al colorante rojo de pirogalol) para un intervalo de concentraciones entre 0,31 y 1,07 g/l85.
Métodos cuantitativos para la medida de albúmina
Los métodos más habituales para medir la albúmina en orina son los inmunoanálisis turbidimétricos o nefelométricos con límites de detección entre 2 y 10 mg/l. Los anticuerpos empleados pueden ser monoclonales o policlonales con distinta sensibilidad para la detección de formas anómalas o de fragmentos de albúmina presentes en la orina. En los últimos años, han aparecido métodos basados en cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) que producen valores más altos con respecto a los inmunoanálisis ya que detectan formas de albúmina no inmunorreactivas.
Distintos programas de control externo de la calidad evidencian que existen diferencias entre los resultados obtenidos por distintos laboratorios y en las unidades de expresión de los mismos86. Ello es consecuencia de la inexistencia de un procedimiento analítico de referencia; de un material de referencia internacional; de la presencia en orina de diferentes formas moleculares de la albúmina, tanto en el espécimen como en los calibradores (moléculas fragmentadas, glicosiladas y formas diméricas); de albúmina degradada o no reactiva a los anticuerpos; de las uniones inespecíficas de la albúmina a los tubos utilizados para la recolección del espécimen, así como de los fenómenos de polimerización y fragmentación que se producen durante su almacenamiento y en los procesos de congelación y descongelación de las muestras87.
La mayoría de fabricantes de productos para el diagnóstico in vitro declaran que el valor asignado a sus calibradores es trazable al material de referencia certificado ERM®-DA470k/IFCC (antes denominado CRM 470) distribuido por el Instituto para Materiales de Referencia y Medida de la Comisión Europea. Este material, con una concentración de albúmina de 37,2 g/l, es el mismo que se emplea para la calibración de la albúmina en suero. Existen diferencias entre los fabricantes en cuanto a los protocolos de preparación del calibrador, diluyente utilizado, factor de dilución, matriz de suero u orina, etc. Recientemente, la Sociedad Japonesa de Química Clínica, ha desarrollado un candidato a material de referencia, elaborado a partir de albúmina humana monomérica con una pureza superior al 97,5% por HPLC, en una matriz acuosa tamponada y liofilizada y que está en fase de asignación de valor por el Comité Japonés de Estándares del Laboratorio Clínico88. Asimismo, investigadores de la Clínica Mayo están trabajando en un método basado en cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas por dilución isotópica (LC-IDMS)89 como posible candidato a método de referencia.
La consecuencia del uso de inmunoanálisis específicos para la determinación de la albúmina es la superioridad en términos analíticos de la medida de albúmina frente a la de proteína. Los datos procedentes del FPCQLC de la SEQC del año 2009 muestran que el 87,8% de los laboratorios inscritos determinan la albúmina en orina mediante métodos turbidimétricos, frente al 12,1% que utilizan métodos nefelométricos. Los coeficientes de variación oscilaron entre 5,4 y 10,0% (turbidimétricos) y 6,8 y 15,5% (nefelométricos) para un intervalo de concentraciones entre 260 y 970 mg/l85.
FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
En el año 2007 tuvo lugar una conferencia organizada por el Laboratory Working Group de la National Kidney Disease Education Program (NKDEP) y la International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (IFCC), cuyos objetivos fueron poner de manifiesto los problemas asociados a la medición de la albuminuria y organizar grupos de trabajo con la finalidad de realizar recomendaciones que pudiesen ser incluidas en las guías de práctica clínica49. Los aspectos que el grupo de expertos consideró que precisaban investigación con el objetivo de la estandarización de la medida de la albúmina y expresión de resultados fueron los siguientes:
1. Los requerimientos preanalíticos en relación con el tipo de contenedor utilizado en la recolección del espécimen; la necesidad de profundizar en el conocimiento sobre variabilidad biológica para la selección del momento de obtención del espécimen o la influencia de la sangre, fluido seminal y otros contaminantes fisiológicos presentes en la orina.
2. Precisar la definición del mesurando e investigación de las formas moleculares de albúmina en orinas recién emitidas y del grado de degradación de la albúmina en función de las condiciones de almacenamiento.
3. Desarrollar un procedimiento de medida de referencia, así como materiales de referencia primarios y secundarios para la albúmina y la creatinina en orina de conmutabilidad validada y acreditada por el Joint Committee for Traceability in Laboratory Medicine (JCTLM).
4. Determinar el procedimiento de medida más adecuado debido a la variable composición de la orina.
5. Definir los requerimientos clínicos para el error total admisible de los procedimientos de medida, así como los materiales apropiados para utilizar en Programas de Control de Calidad, que permitan la comparación entre los distintos métodos.
6. Valorar si son necesarios diferentes límites de decisión en función del espécimen, características antropométricas (edad, sexo o etnia) y distintos grupos de población (población general o de alto riesgo como DM, HTA o ECV).
7. Investigar la utilidad de ecuaciones específicas por edad y sexo que permitan convertir ACR en valores de excreción de albúmina/día para los que un solo límite de referencia puede ser apropiado.
ASPECTOS CLAVE SOBRE LA VALORACIÓN DE LA PROTEINURIA EN LAS GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA
Distintas Sociedades científicas han elaborado guías que incluyen recomendaciones para la evaluación de la proteinuria en el contexto de la ERC. Los aspectos más importantes se resumen en la tabla 5 ordenados según el año de publicación y se exponen a continuación.
Población diana
Todas las guías coinciden en que el cribado de proteinuria debe realizarse en individuos con elevado riesgo de ERC: DM, HTA, ECV, FG inferior a 60 ml/min/1,73 m2, enfermedades multisistémicas con posible afectación renal, edad superior a 60 años, antecedentes familiares de ERC o etnias específicas con elevada prevalencia de ERC. Existen guías con recomendaciones para grupos específicos de población como las de la American Diabetes Association (ADA)90 o las del Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure91.
Uso de la tira reactiva para la identificación de la proteinuria
Sólo las guías KDOQI11 y Welsh Renal NSF78 consideran el uso de la tira reactiva aceptable para el cribado de la proteinuria, proponiendo que cualquier resultado «>1+» sea confirmado mediante una medida cuantitativa (PR/CR o ACR) dentro de los 3 meses siguientes. El resto de guías desaconsejan su uso debido a su baja sensibilidad y especificidad, a pesar de que existe evidencia que un valor de tira «>1+» puede ser usado para identificar a pacientes con alto riesgo de ERC terminal y ECV35.
Espécimen
Todas las guías convienen en afirmar que el espécimen más adecuado es la orina de 24 horas aunque los problemas asociados a su correcta recogida dificultan su utilización en la práctica clínica. Por ello, aconsejan el uso de la muestra de orina, preferiblemente la obtenida de la primera micción de la mañana, aunque una orina aleatoria también es aceptable.
Magnitud biológica que debe determinarse (proteína frente a albúmina)
Existe un consenso general entre las guías en que la determinación de PR/CR o ACR, en una muestra de orina aleatoria, debe reemplazar a la medida de la proteína o albúmina en orina de 24 horas. Asimismo, todas las guías coinciden en que el análisis de proteína en orina carece de suficiente sensibilidad para identificar la presencia de nefropatía diabética incipiente y aconsejan la determinación de albúmina, expresada como ACR y con periodicidad anual. En otras circunstancias, la recomendación de usar ACR o PR/CR es variable. Así, KDOQI, KDIGO, ADA, NICE, JNC-7 y SEN-semFYC aconsejan preferentemente el uso de ACR y, en cambio, PARADE (niños), CARI, SIGN, UK Guidelines, Welsh Renal NSF y CSN recomiendan PR/CR.
Valores de corte
Los intervalos de referencia, así como los valores considerados patológicos por cada una de las guías, se indican en la tabla 5.
Unidades de expresión de resultados
Las guías PARADE (niños), KDOQI, JNC-7, CARI, KDIGO, ADA y SEN-semFYC recomiendan el uso de unidades convencionales (mg/g), el resto aconsejan el uso de Sistema Internacional de Unidades (mg/mmol).
Recomendaciones para niños
Sólo las guías KDOQI, Welsh Renal NSF, PARADE niños y CARI incorporan recomendaciones específicas para niños. Todas ellas coinciden en que para la detección y monitorización de proteinuria en niños se debe usar PR/CR, excepto en niños con DM, de inicio pospuberal y más de 5 años de evolución, en los que se aconseja la utilización de ACR, de la misma forma que en los adultos.
Esta recomendación es consecuencia de la escasa prevalencia de ERC debida a DM o HTA en la infancia con respecto a enfermedades derivadas de anomalías en el tracto urinario o alteraciones tubulares congénitas, que se caracterizan por la eliminación de proteínas de bajo peso molecular.
RECOMENDACIONES
Evaluación de la proteinuria y/o albuminuria
1. La presencia de concentraciones elevadas de proteína o albúmina en orina, en dos o más ocasiones durante un período igual o superior a 3 meses, es un signo de lesión renal y constituye, junto con la estimación del FG, la base sobre la que se sustenta el diagnóstico de ERC.
2. En los individuos con riesgo de desarrollar ERC la estimación del filtrado glomerular debería acompañarse de la medida de la concentración de proteína y/o albúmina en orina.
3. La detección y monitorización de proteína y/o albúmina en orina debe estar basada en una medida cuantitativa.
4. En la detección, clasificación en estadios y monitorización de la ERC, la presencia de proteinuria debe ser valorada:
a. En individuos adultos mediante la determinación del cociente albúmina/creatinina en muestra de orina.
La albuminuria es un marcador más sensible que la proteinuria en el contexto de ERC debida a DM, HTA o enfermedad glomerular, todas ellas etiologías responsables de la mayoría de ERC en el adulto.
Si un laboratorio decidiera utilizar como prueba cuantitativa inicial el cociente proteína/creatinina, en el caso de obtener un resultado dentro del intervalo de referencia, debería realizar, además, la medida del cociente albúmina/creatinina.
b. En niños sin DM mediante el cociente proteína/creatinina en muestra de orina.
En la infancia la prevalencia de ERC debida a DM o HTA es mucho menor que en adultos; en cambio existe una elevada prevalencia de ERC debida a anomalías en el tracto urinario o alteraciones tubulares congénitas que pueden cursar con proteinuria no glomerular.
c. En niños con DM de inicio pospuberal y más de 5 años de evolución mediante el cociente albúmina/creatinina en muestra de orina. En el resto de los casos se seguirá la misma recomendación que en niños sin DM.
5. Se recomienda considerar «proteinuria clínicamente significativa»:
a. En individuos sin DM: la excreción de proteína >0,5 g/día, el cociente concentración de proteína/creatinina en muestra de orina >50 mg/mmol o el cociente concentración de albúmina/creatinina en muestra de orina >30 mg/mmol.
b. En individuos con DM: el cociente concentración de albúmina/creatinina en muestra de orina >2,5 mg/mmol o 17 mg/g (hombres) y >3,5 mg/mmol (mujeres).
Esta recomendación se basa en los criterios establecidos por la guía NICE y que son indicación de inicio tratamiento con IECA o ARA.
6. En individuos con ERC y proteinuria clínicamente significativa es posible realizar la monitorización a partir del cociente proteína/creatinina.
7. Debido a que la proporción de albúmina en orina respecto a la concentración de proteína es variable, no se recomienda el uso de factores para la conversión del cociente albúmina/creatinina en proteína/creatinina o viceversa.
Espécimen
8. En la detección y monitorización de proteinuria y/o albuminuria no es necesaria la recogida de orina de 24 horas
9. La primera orina de la mañana es el espécimen más adecuado para detección y monitorización de proteinuria y/o albuminuria debido a que es la muestra con menor variabilidad biológica, que mejor se correlaciona con la excreción de proteína y/o albúmina en orina de 24 horas y que permite excluir la presencia de proteinuria ortostática. En su defecto una muestra aleatoria es aceptable.
10. El espécimen más adecuado para la valoración de la proteinuria y/o albuminuria es la orina recién emitida. Si las muestras no son procesadas el mismo día de la obtención, se aconseja su almacenamiento a temperaturas entre 2 y 8 ºC hasta 7 días. En caso de precisar congelación ésta se realizará a temperaturas <-70 ºC y se descongelará a temperatura ambiente. En caso de presentar turbidez es recomendable centrifugar las muestras.
Informes del laboratorio clínico
11. La concentración de proteína o albúmina en orina siempre debe ser referida a la concentración de creatinina para minimizar el efecto del grado de hidratación.
12. La expresión de resultados será mg/g o mg/mmol en función del tipo de unidades utilizada por cada laboratorio, aunque se aconseja el uso del Sistema Internacional de Unidades (mg/mmol). Los resultados se
13. Los términos microalbuminuria y macroalbuminuria deberían abandonarse y sustituirse por el de albuminuria.
Composición de las Comisiones de la SEQC
Función renal: J. Ballarín Castán*, P. Bermejo López-Muñiz, J. Bover Sanjuán*, A. Cases Amenós*, M.J. Díez de los Ríos Carrasco, S. Gràcia García, J.A. Jiménez García, C. Macías Blanco, R. Martínez López, R. Montañés Bermúdez (Presidenta), G. Ruiz Martín, L.J. Morales García, J. Ruiz Altarejos, S. Sanz Hernández, S. Ventura Pedret.
*Miembros asociados.
Proteínas: C. Bermudo Guitarte, M.C. Cárdenas Fernández, M. Cortés Rius, M. Fernández García, M. García Montes*, C. Martínez-Brú (Presidenta), D. Pérez Surribas, T. Rodríguez González, C. Valdecabres Ortiz, J.A. Viedma Contreras, E. Zapico Muñiz.
Miembros de la S.E.N. que han colaborado en la revisión del documento: R. Alcázar Arroyo, J.L. Górriz Teruel, F. Rivera Hernández.
Tabla 1. Clasificación en estadios de la enfermedad renal crónica según las guías K/DOQI de la National Kidney Foundation (2002)
Tabla 2. Clasificación en estadios de la enfermedad renal crónica según las guías UK Renal Association (2007), NICE (2008) y SIGN (2008)
Tabla 3. Valores utilizados para la definición de proteinuria según distintas Sociedades científicas
Tabla 4. Valores utilizados para la definición de albuminuria según distintas Sociedades científicas
Tabla 5. Resumen guías
Guías consultadas en la elaboración de este documento