Recientemente publicamos en su revista una carta titulada «Los riñones también hablan español»1 siguiendo un título similar en Kidney International («English-Latin nomenclature conundrum: Should we use kidneylogy, kidneylogist?»)2, formulada no solo en términos lingüísticos sino también con un cierto tono burlesco. Estas cartas fueron una respuesta inicial a la publicación del consenso de la iniciativa Kidney Disease Improving Global Outcomes (KDIGO) sobre la estandarización de la nomenclatura nefrológica para los artículos científicos escritos en inglés3 y en las que poníamos de manifiesto la existencia de una cierta discriminación de la terminología médica clásica de origen latino1,2. Estas consideraciones fueron rápidamente compartidas por otras revistas, grupos latinos, foros, redes sociales y webs especializadas4,5.
La misma Sociedad Latino-Americana de Nefrología e Hipertensión (SLANH) publicó posteriormente una propuesta de consenso iberoamericano para uniformizar la nomenclatura de la función y las enfermedades renales6 y una carta al editor en esta misma revista en la que se subrayaba la necesidad de armonizar la terminología nefrológica en los países latinoamericanos7. Como dice también un ocurrente editorial reciente, estas llamadas a preservar, por ejemplo, «renal» y «nefro» en el glosario de nefrológico no es trivial y la idea de seleccionar sistemáticamente palabras de origen anglosajón podría llevar a situaciones en las que, por ejemplo, la «diálisis peritoneal» podría ser reemplazada por belly-wall membrane blood purification8.
Siguiendo estas premisas, acabamos de publicar en su revista9 un editorial que constituye una primera iniciativa formal en nuestra lengua y que, rápidamente, superó el percentil 95 de los 18.731.132 artículos biomédicos rastreados hasta ese momento por la prestigiosa Altmetric (fig. 1). Ante la importante repercusión, incluidas las redes sociales, queremos subrayar en esta carta que la aparente sobrerrepresentación española en este editorial, firmado por 24 autores, es en realidad ficticia y derivada de las normas editoriales en la edición de filiaciones de la revista. Como puede apreciarse mucho mejor en las filiaciones de la carta previa publicada1, aunque varios autores puedan encontrarse ahora trabajando en Estados Unidos, Europa o España, su origen y formación es muy diverso y, por ello, creemos oportuno destacar el origen argentino de los Dres. Bosch y Furlano, dominicano del Dr. Ureña, brasileño de la Dra. da Silva, salvadoreño del Dr. García-Trabanino, mexicano del Dr. Trinidad, chileno del Dr. Jara, uruguayo de los Dres. Gelpi y Ferreiro, colombiano del Dr. Restrepo, boliviano de la Dra. Sánchez-Bayá, peruano de la Dra. Arana o venezolano de la Dra. Coll. Asimismo, y para evitar innecesarias controversias o suspicacias, queremos subrayar que los coautores de origen español que participan en este documento son autores del documento de información y consenso para la detección y manejo de la enfermedad renal crónica10 o de otras iniciativas relacionadas con la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Por último, también deseamos subrayar que este no es sino un paso más en una dirección que consideramos oportuna bajo el liderazgo de la SEN, la SLANH y, por supuesto, de otras sociedades nacionales no representadas en dicho documento10.
Captura de pantalla de Altmetric (www.altmetric.com) (ver texto) del 26 de agosto del 2021 tras publicación en línea del editorial (https://www.revistanefrologia.com/es-linkresolver-los-rinones-también-hablan-espanol-S0211699521001570)9.
No se ha recibido financiación alguna para el contenido de esta carta.
Conflicto de interesesNo existe ningún conflicto de interés por parte de los autores.