Agradecemos a los Dres. Sánchez Perales y Vázquez sus elogiosos comentarios sobre nuestro trabajo, y con la debida cortesía, estamos obligados a justificar el motivo por el que los valiosos resultados de su estudio1 no fueron ni referidos ni comentados en el nuestro.
Nuestro manuscrito se elaboró durante la primera mitad del año 2014, y fue aceptado para su publicación en la revista Nefrología en el último trimestre de ese mismo año. Debido a problemas ajenos a los autores y relacionados con el cambio de empresa editorial, el manuscrito quedó «atascado» en un «limbo» entre editoriales, y finalmente se pudo reactivar su publicación —sin retoques— en abril del 2016.
Estamos de acuerdo con los Dres. Sánchez Perales y Vázquez en la esperable diferencia de tasas de incidencia de muerte súbita (MS) dependiente de los criterios que la definan. Quizá una definición de MS abarcando periodos más prolongados de evolución podría tener más interés epidemiológico para investigar el acceso de la población a unidades de diagnóstico y tratamiento avanzado de enfermedad cardio- y/o neurovascular.
Además de los resultados obtenidos en los pacientes pre-diálisis que mostramos en nuestro estudio, también seguimos la evolución de los 662 pacientes de este mismo grupo que iniciaron diálisis (datos no publicados). De las 264 muertes que se produjeron durante su seguimiento en diálisis (mediana: 27,7 meses), 32 casos (12% de todos los fallecimientos) fueron considerados como MS. Así, la tasa de incidencia de MS fue de 16,2 (IC 95%: 11,5-22,9) casos por cada 1.000 pacientes/año. Esta incidencia de MS en diálisis es similar a la que observan los Dres. Sánchez Perales y Vázquez, y notablemente inferior a la publicada en pacientes sometidos a diálisis en otros países desarrollados (19-153 casos × 1.000 pacientes/año)2–5.
Estos resultados podrían reflejar la buena calidad del tratamiento sustitutivo renal que disfrutamos en España.