Sr. Director:
Las diferencias en las políticas sanitarias y los protocolos de cada unidad de hemodiálisis hacen que la prevalencia de la infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) sea altamente variable en la población en hemodiálisis1-3. Factores clásicos de contagio, como el material contaminado por la reutilización o las transfusiones sanguíneas, han sido sustituidos en algunos países por la adicción a drogas por vía parenteral o la transmisión sexual4,5. No cabe duda de que la prevención es la medida de control más adecuada y de menor coste en estos pacientes.
El tratamiento de la infección crónica por el VHC antes del trasplante renal no figura a día de hoy como un criterio imprescindible para la inclusión del paciente VHC-positivo en lista de espera de trasplante renal, aunque los riesgos de la hepatitis C crónica en el postrasplante y la dificultad para el tratamiento en esta fase de la enfermedad renal crónica han sido constatados6-11.
La superioridad del interferón pegilado sobre el interferón convencional ha sido demostrada en ensayos clínicos, así como la superioridad de la asociación de interferón y ribavirina, aunque las diferencias son pequeñas. La suma de ribavirina a interferón pegilado, que precisa de un seguimiento estrecho en hemodiálisis por la gravedad de los efectos secundarios, ha aumentado la tasa de respuesta viral sostenida, aunque sigue siendo inferior a la de la población sin enfermedad renal crónica12. Este hecho, junto a la dificultad de tratamiento de los pacientes con enfermedad renal crónica estadios 4 y 5 en prediálisis, destaca la importancia de combatir la infección en fases tempranas de la enfermedad renal.
La biopsia hepática transyugular disminuye los riesgos hemorrágicos asociados a este procedimiento y al paciente renal, aunque hay poca experiencia descrita en la literatura13,14. Esta técnica permite además la medición del gradiente de presión venoso hepático, que aporta información diagnóstica y pronóstica.
Son necesarios estudios que determinen si la asociación de inhibidores de la proteasa (telaprevir, boceprevir) a interferón y ribavirina es segura en pacientes renales y puede aumentar las tasas de respuesta viral.