A veces los duendes informáticos juegan malas pasadas a los investigadores que publican trabajos en las revistas científicas. Pero en otras ocasiones quizás no solo sean los duendes los responsables de algunos errores.
Como es sabido, en el volumen 2 de 2014, la revista Nefrología publicó el «Documento de consenso de diez sociedades científicas para el manejo de la Enfermedad Renal Crónica» en España, del que soy primer firmante, junto con otros 19 investigadores de las sociedades participantes en la elaboración de dicho documento1.
Muy recientemente, el Dr. Jordi Bover tuvo necesidad de entrar en PubMed para obtener algunos datos de sus publicaciones y se encontró con la desagradable sorpresa de no ver su nombre referido en la correspondiente cita de la publicación en Nefrología siendo, como es, el tercer firmante de la misma, como puede comprobarse en el texto en papel y en las 3 revistas órgano oficial de otras tantas sociedades participantes que lo publicaron2–4, así como on-line en nuestra página web y en las páginas web de dichas sociedades.
En un sentido parecido, hablando también en fechas próximas con el Dr. Daniel Serón referente a uno de sus trabajos enviados a publicar igualmente en Nefrología, me comentó que pensaba que el trabajo no había sido publicado a pesar del largo tiempo transcurrido desde su aceptación y corrección de las oportunas galeradas. El trabajo en cuestión sí había sido publicado y la equivocación en este caso consistía en que los autores habían sido citados en PubMed por su nombre propio5 y no por los apellidos, seguidos del nombre, según la normativa de Vancouver vigente6.
«Errare humanum est», pero valdría la pena insistir a los responsables de referir las citas en PubMed y otros buscadores que pongan sumo cuidado en esta tarea pues, dado el enorme esfuerzo que cuesta publicar, ver reflejado correctamente su nombre es el único incentivo que obtiene el investigador como pago por su interés y esfuerzo, además de la repercusión a la hora de estimar su factor de impacto, hecho que, como es bien conocido, tiene suma importancia a la hora de la valoración curricular para optar a cualquier puesto de trabajo, especialmente en el Sistema Nacional de Salud.