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Vol. 42. Núm. 3.mayo - junio 2022
Páginas 223-362
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Vol. 42. Núm. 3.mayo - junio 2022
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Editorial
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Los riñones también hablan español: iniciativas hacia la estandarización de nuestra nomenclatura nefrológica
Kidneys also speak Spanish: Initiatives towards standardisation of our nephrology nomenclature
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Jordi Bovera,
Autor para correspondencia
jbover.ics@gencat.cat

Autor para correspondencia.
, Ricardo Boschb, José Luis Górrizc, Pablo Ureñad, Alberto Ortize, Iara daSilvaf, Ramón A. García-Trabaninog, Miguel Huesoh,i, Pedro Trinidadj, Aquiles Jarak, Mónica Furlanoa, Rosana Gelpia, Ana Vila-Santandreua, César A. Restrepol,m, Maya Sánchez-Bayaa, Carolt Aranaa, Marián Goicoechean, Verónica Colla, Julián Segurao, Orlando Gutiérrezp..., Kamyar Kalantar-Zadehq, Emilio Sánchezr, Alejandro Ferreiros, Rafael García-MasettVer más
a Servicio de Nefrología, Fundació Puigvert, IIB Sant Pau, Universitat Autònoma, REDinREN, Barcelona, España
b Departamento de Biología de Sistemas, Unidad de Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, Madrid, España
c Servicio de Nefrología, Hospital Clínico Universitario. INCLIVA. Universidad de Valencia, Valencia, España
d AURA Nord Saint Ouen. Saint Ouen, Francia y Department of Renal Physiology. Necker Hospital, University of Paris Descartes, París, Francia
e Servicio de Nefrología e Hipertensión. IIS-Fundación Jiménez Díaz-UAM, Madrid, España
f Servicio de Nefrología, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Universitat Autònoma, Badalona, España
g Centro de Hemodiálisis de San Salvador, Fondo Social de Emergencia para la Salud de Tierra Blanca, El Salvador, España
h Servicio de Nefrología, Hospital Universitari de Bellvitge, L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España
i Grupo de trabajo sobre BigData e Inteligencia Artificial (BigSEN) de la Sociedad Española de Nefrología, Barcelona, España
j Departamento de Nefrología, HECMN siglo XXI. IMSS, Ciudad de México, México
k Departamento de Nefrología, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile
l Servicio de Nefrología, Fundació Puigvert, IIB Sant Pau, Universitat Autònoma, Barcelona, España
m Servicio de Nefrología, Hospital de Caldas, Universidad de Caldas, Manizales, Colombia
n Servicio de Nefrología, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España
o Servicio de Nefrología, Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid, España
p Division of Nephrology, Department of Medicine. University of Alabama at Birmingham, Birmingham, AL, USA
q Division of Nephrology and Hypertension and Kidney Transplantation, Orange. University of California Los Angeles, Los Angeles, California, USA
r Servicio de Nefrología, Hospital Universitario de Cabueñes, Gijón, España
s Centro de Nefrología, Facultad de Medicina, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay
t Servicio de Nefrología. Hospital de Manises, Valencia, España
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Tabla 1. Selección de terminología previamente recomendada (en orden alfabético) por el Grupo de Trabajo de Nomenclatura y Traducciones en Español de la Federación Internacional de Química Clínica y Ciencias de Laboratorio Clínico, conjuntamente con el Comité Científico de la Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica y la Comisión de Terminología y Comité de Publicaciones de la Sociedad Española de Química Clínica y Patología Molecular6
Tabla 2. Ejemplo de términos que precisarían de un amplio consenso para unificar la nomenclatura nefrológica usada en español. Formato adaptado de las guías KDIGO y el documento de la SLANH 20207,26
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Introducción

La estandarización de la nomenclatura científica, incluidos los acrónimos de uso generalizado (excesivamente utilizados incluso oralmente), ha sido clásicamente un objetivo en muchas lenguas, pero solo muy parcialmente conseguido. Esta estandarización tiene como objetivo principal el establecimiento de un léxico perfectamente definido, que permita que cualquier información pueda ser reconocida, comparada, reutilizada en cálculos, investigación o estadística y almacenada documentalmente sin que pierda su significado3. Diversas iniciativas de distinto alcance tienen este propósito, como las básicas International Classification of Diseases Ninth o Tenth Revision (ICD-9 o ICD-10) o la Clasificación Internacional de Enfermedades 9/10 (CIE-9/CIE-10), aunque su propósito inicial no fuera necesariamente clínico. Es bien conocido que estos sistemas no identifican adecuadamente pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y aunque ICD-10-CM incluye la ERC (código N18) con sus estadios (p. ej.: N18.1-N18.5) es infrautilizada y contiene errores comunes. También se ha intentado homogeneizar el manual de estilo en las diversas revistas científicas dedicadas a las ciencias de la salud o áreas específicas de conocimiento4.

En esta declaración de intenciones, de un modo más específico, las ciencias de laboratorio clínico, donde cada día se producen un número inconmensurable de resultados, la estandarización de la nomenclatura (y de unidades) es una necesidad insoslayable y han sido pioneros en este ámbito5. Con relación a las iniciativas en español, son de destacar el documento publicado en 2018 sobre nomenclatura y unidades3 así como la colaboración entre el Grupo de Trabajo de Nomenclatura y Traducciones en Español de la Federación Internacional de Química Clínica y Ciencias de Laboratorio Clínico, conjuntamente con el Comité Científico de la Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica y la Comisión de Terminología y Comité de Publicaciones de la Sociedad Española de Química Clínica (SEQC) que consensuaron la aplicación de recomendaciones internacionales, publicando un amplio listado de ejemplos6 (muestra en tabla 1). Por motivos fácilmente deducibles y, quizá por su complejidad práctica o falta de implicación de médicos clínicos, estas recomendaciones fueron escasamente acogidas. Ya no se trataba solo de que no debería usarse la palabra «bicarbonato» sino «hidrogenocarbonato» sino que, por ejemplo, considerar las palabras «creatinina» o enzima conversora de la angiotensina (ECA) como «incorrectas» y que debería emplearse «creatininio» o «peptidil-dipeptidasa-A»6, era pretender transformar nuestra realidad cotidiana (tabla 1)6b. Es cierto que algunos términos generales sugeridos sí tenían un indudable interés en cuanto a su precisión científica y lingüística6.

Tabla 1.

Selección de terminología previamente recomendada (en orden alfabético) por el Grupo de Trabajo de Nomenclatura y Traducciones en Español de la Federación Internacional de Química Clínica y Ciencias de Laboratorio Clínico, conjuntamente con el Comité Científico de la Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica y la Comisión de Terminología y Comité de Publicaciones de la Sociedad Española de Química Clínica y Patología Molecular6

Término considerado incorrecto  Término previamente recomendado6  Comentario 
Ácido úrico  Urato  La IFCC y la IUPAC recomiendan, y la SEQC asumió la recomendación, que para aquellas entidades moleculares que dan lugar a pares ácido-base (según Brønsted), estos pares se consideren como un solo componente y se denominen utilizando el nombre de la forma más ionizada, pero omitiendo la palabra ion.Se hace referencia a ácido úrico más ión uratoLa misma regla debería seguirse para creatinina (creatininio), amoníaco (amonio), ácido fólico (folato), ácido fosfórico (fosfato), ácido láctico (lactato), ácido cítrico (citrato) y similares 
Albuminemia  Concentración de albúmina en el plasma (o el suero)  Se comenta que la misma regla debería seguirse para calcemia (concentración de calcio en el plasma o suero), colesterolemia (concentración de…), creatininemia (concentración de creatininio) y similar construcción para las «incorrectas» glicemia/glucemia (concentración de…), kalemia/potasemia, lipemia, natremia, proteinemia, sideremia o uricemia.* 
Albuminuria  Concentración de albúmina en la orina  Se comenta que la misma regla debería seguirse para calciuria (concentración de calcio en la orina) y similar construcción para fosfaturia (concentración de…), glicosuria/glucosuria, kaliuria, natriuria, proteinuria, uricosuria y similares 
Anión Gap  Diferencia iónica   
Bicarbonato  Hidrogenocarbonato   
Clearance de creatinina  Depuración de creatininio  Obviamente se deben evitar los barbarismos 
Colecalciferol  Calciol  Colecalciferol sigue siendo el término más extendido por consenso no escrito con relación a la vitamina D3
Creatinina  Creatininio  Ver ácido úricoVer http://www.ifcc.org/ria/terminology/6bcreat 
ECA  Peptidil-dipeptidasa A  Sin sentido clínico actual, especialmente en referencia al uso de un acrónimo de uso común (IECA, consenso no escrito) por inhibidores del enzima de conversión de la angiotensina (II) 
Epinefrina  Adrenalina, adrenalinio   
Fósforo  Fosfato  El fósforo como tal sería la forma iónica, reactiva e inflamable. 
GFR  Caudal de filtración glomerular  Obviamente sería incorrecto usar el acrónimo inglés. El término considerado por los autores como correcto sería muy discutible en el ámbito nefrológico. 
Hemoglobina glicada/glicosilada  Glicohemoglobina   
Nefrona  Nefrón  Sin duda, el término nefrona sigue siendo el más extendido por consenso no escrito 
Paratohormona/PTH  Paratirina   
Reabsorción tubular  Resorción tubular   
Unidades  Por ejemplo, mmol/L  Aparte de recomendarse el uso del sistema internacional de unidades de medida adoptado y recomendado por la Conferencia General de Pesos y Medidas y declaradas de uso legal en España, en todos los ámbitos, en 1967, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada y la Federación Internacional de Química Clínica recomiendan que, si la unidad compuesta es un cociente, el prefijo no debe acompañar nunca a la unidad que se encuentra en el denominador (sería incorrecto mmol/mL y, evidentemente, tampoco mg/dL) 

IFCC: International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine; IUPAC: International Union of Pure and Applied Chemistry; SEQC: Sociedad Española de Química Clínica.

* Aconsejamos acudir a las fuentes oportunas (p. ej. referencia 6b).

Como puede apreciarse, a pesar del «consenso», muchos de estos términos no han tenido, tienen, ni tendrán, posibilidad de implantación clínica alguna por motivos puramente históricos de uso común en el lenguaje médico habitual. Por ejemplo, aunque desde el punto de vista formal, los términos acabados en -emia o -uria, en parte adaptados de construcciones médicas inglesas, eran considerados incorrectos, pero no hay duda que permiten construcciones de ahorro de lenguaje (hiper-xxx-emia, hipo-xxx-emia, hiper-xxx-uria, hipo-xxx-uria) que son de uso muy común en clínica y publicaciones en español.

Desde la definición de enfermedad renal crónica a la estandarización de la nomenclatura (inglesa)

En el área puramente nefrológica, es un hito remarcable la reciente publicación de un consenso de la iniciativa Kidney Disease: Improving Global Outcomes (KDIGO) cuyo objetivo fundamental era la estandarización de la nomenclatura nefrológica para los artículos científicos escritos en inglés, siguiendo como principio fundamental la mejor comprensión por parte de los pacientes (anglosajones)7. Esta publicación fue precedida hace casi dos décadas de otra aún más importante en Nefrología, como fueron las guías sobre evaluación, clasificación y estratificación de la ERC, desarrolladas inicialmente por la National Kidney Foundation (NKF) Kidney Disease Outcomes Quality Initiative (KDOQI) y que fueron adoptadas posteriormente con modificaciones menores por las KDIGO8,9.

Estas guías sobre ERC tuvieron el impacto positivo de cambiar el concepto de la ERC como una condición grave, que requería la asistencia de nefrólogos, a una situación muy frecuente, a menudo asintomática y con un rango amplio de manifestaciones secundarias que requerían también la atención de médicos generalistas, además de precisar de la implantación de estrategias de prevención, detección y manejo precoz10. Es indudable que estas tuvieron un efecto muy importante no solo en la práctica clínica, al unificar la definición, clasificación y riesgos asociados a la ERC, sino también en el campo de la investigación nefrológica y políticas sanitarias, aunque también generaron notables y persistentes controversias (p. ej., con relación a la importancia del factor edad o las imprecisiones metodológicas)11.

Siguiendo las mencionadas directrices KDIGO9, diversas iniciativas locales y nacionales, como las lideradas por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la SEQC, en las que estuvieron involucrados varios autores de esta editorial, resultaron en 2006 en la publicación de las recomendaciones sobre la utilización de las ecuaciones para la estimación del filtrado glomerular (FG) en adultos12, de tablas relacionadas usando la fórmula derivada del estudio Modification of Diet in Renal Disease (MDRD)13, así como el primer documento de consenso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEN-SemFYC) sobre la ERC en el año 200814. Posteriormente se publicaron las recomendaciones sobre la valoración de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la ERC15, la valoración de la nueva ecuación Chronic Kidney Disease-Epidemiology Collaboration (CKD-EPI) para la estimación del FG16, así como tablas usando la nueva fórmula17. Finalmente, entre otras guías nefrológicas, la iniciativa KDIGO publicó el año 2012 su guía de práctica clínica para la evaluación y manejo de la ERC18 y, en el 2014, publicamos en España un importante documento de consenso, bajo la dirección de la SEN con otras nueve sociedades médicas, sobre la detección y manejo de la ERC dirigido a profesionales de muy diversas especialidades, directa o indirectamente relacionadas con la atención del paciente renal, incluyendo a la asistencia primaria1,19. Del mismo modo, la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLANH) publicó el mismo año 2014 su guía de práctica clínica sobre la prevención, diagnóstico y tratamiento de los estadios 1-5 de la ERC, con la participación de 30 revisores externos20. Finalmente, el Ministerio de Sanidad español, publicó en 2016 su guía sobre ERC21 y se editará próximamente en esta revista una actualización del consenso transversal interespecialidades2.

Siguiendo el mismo paralelismo de actuación de las KDIGO sobre nomenclatura y secundando sus propias recomendaciones7, en noviembre de 2020 llamamos la atención en una carta al Editor en Kidney International22 y más recientemente en Nefrología23, a la necesidad de homogeneización de la nomenclatura nefrológica en cada idioma, en nuestro caso en español, haciendo especial énfasis en los acrónimos usados. Asimismo, poníamos de manifiesto la existencia de una cierta discriminación de terminología médica clásica de origen latino22,23, compartida por otros grupos y foros24,25. De hecho, nos llamó mucho la atención que una de las principales recomendaciones realizadas por las KDIGO era la de usar el término kidney en vez del término «renal» para las descripciones generales de la función y enfermedad renal dado que se afirmaba, en el contexto inglés, que el sustantivo kidney resultaba más familiar que el adjetivo «renal»7,23,24. También, es sin duda de gran interés que el Registro Latinoamericano de Diálisis y Trasplante Renal y el Comité de Injuria Renal Aguda (IRA) de la SLANH acaben de editar en diciembre de 2020 una propuesta de consenso iberoamericano para uniformizar dicha nomenclatura (iniciativa ahora también descrita en Nefrología)26,27. En dicha propuesta se incluyeron miembros de la Sociedad Brasileña, Portuguesa y Española de Nefrología y, sin duda, supone un gran primer paso para conseguir el objetivo deseado en cada uno de los idiomas latinos que nos unen.

Desde la estandarización de la nomenclatura inglesa a la estandarización de la nomenclatura en español

Como decíamos, no se trata de no reconocer con humildad que el inglés es actualmente la lengua más rica y universal, de modo que actualmente es la más extendida en política, comercio, finanzas, tecnología, manifestaciones públicas y ciencia23. De hecho, debemos aceptar y aplaudir la iniciativa de las KDIGO, pero reivindicando el uso de terminología no anglosajona absolutamente correcta, precisa e incluso muy frecuente en lenguas diversas (¡incluido el propio inglés!). No solo es el español la segunda lengua materna más hablada en el mundo, sino que algunos de los cambios propuestos (p. ej., el mencionado sobre el adjetivo «renal») afecta a otros muchos idiomas22,23. Además, «renal» se mantiene en relación a las estructuras anatómicas (p. ej. ‘arteria renal’), nombres históricos como la United Kingdom Renal Association22, o revistas nefrológicas (Journal of Renal Nutrition). Es más, aconsejamos en nuestras cartas22,23 no abandonar el uso de este término «renal» para que las búsquedas bibliográficas fueran lo más amplias e inclusivas posible (p. ej., para metanálisis) y subrayamos la necesidad real de poner en marcha una iniciativa similar a las KDIGO en nuestro idioma (como la ya iniciada por la SLANH y que incluye también portugués), homogeneizando las palabras clave para artículos científicos, registros, así como meta-tags en los motores de búsqueda22,23. La fijación anglófila de las KDIGO ha tenido también una notable repercusión en redes sociales y webs especializadas27b.

Iniciativas hacia la estandarización

Aparte de concepciones erróneas frecuentes (p. ej., la propia definición de enfermedad y/o insuficiencia renal crónica)28, la aparición de nueva terminología renal de origen anglosajón (p. ej., Acute Kidney Injury [AKI]), ha originado una evidente dispersión (desde fallo o «falla», fracaso, insuficiencia a daño, lesión o «injuria» renal aguda, con sus diferentes acrónimos). Asimismo, la falta de unificación de otros términos (p. ej., filtrado glomerular o filtración glomerular [FG] o por tasa de FG [TFG]) y, más específicamente en parámetros de laboratorio de uso muy frecuente como CAC-IAC-RAC (por cociente-índice-razón-relación albuminuria/creatininuria) nos lleva, en esta amplia confluencia de nefrólogos de muy diversos países hispanohablantes, a ampliar nuestras reivindicaciones previas22-24 y aplaudir la gran iniciativa de la primera propuesta ya emprendida por la SLANH26,27, pero reclamando en este editorial la necesidad de crear una base de discusión amplia y abierta entre los nefrólogos de nuestra lengua (tabla 2). Asimismo, elogiamos su acercamiento a las propuestas originales de las KDIGO, ya universalizadas e implantadas (p. ej., en el estadiaje G1-G5, A1-A3), cuya traducción sólo generaría discrepancias, a evitar términos peyorativos como «terminal» o «final», o evitar anglicismos y traducciones literales que tienen otras connotaciones en español (como «injuria» -por daño o lesión- o «severo» -por grave-) (tabla 2). Lamentablemente, existen aún algunas contradicciones (p. ej. «fracaso» renal con dos definiciones diferentes) y, por otra parte, algunos términos que hemos usado históricamente quizá deberían desaparecer cuando se alcance y publique el consenso definitivo.

Tabla 2.

Ejemplo de términos que precisarían de un amplio consenso para unificar la nomenclatura nefrológica usada en español. Formato adaptado de las guías KDIGO y el documento de la SLANH 20207,26

Acrónimo más usado  Interpretación del acrónimo  SLANH  Evitar(Consenso final necesario)  Comentarios 
FG  Filtrado o filtración glomerular  Tasa de filtración glomerular (TFG)  Índice de FG  Debería especificarse si es medido o estimado, así como las unidades correctas (mL/min/1,73 m2 –el más habitual en fórmulas de estimación del FG- o mL/min). No es lo mismo FG que aclaramiento de creatinina (AclCr)Deberían unificarse las siglas tasa de filtración glomerular (TFG) o filtrado/filtración glomerular (FG). Algunos autores consideran que el uso de la palabra Tasa (traducción literal inglesa) complica también el acrónimo de si esta ha sido medida o estimada con fórmulas (TFGm o TFGe) (Ver siguiente) 
FGm  Filtrado o filtración glomerular medid@  Filtración glomerular medida (FGm)  Índice de FGm  Filtrado glomerular medido específicamente con diferentes técnicas.Se debe especificar el método (p. ej. 51Cr, iotalamato, iohexol…) 
FGe  Filtrado o filtración glomerular estimad@  Filtración glomerular estimada (FGe)    Filtrado glomerular estimado por fórmulasSe debe especificar la fórmula usada [p. ej. CKD-EPI, MDRD (IDMS), MDRD-4, FAS, BIS1…]Se debería especificar también el biomarcador usado (p. ej., creatinina, cistatina o ambas) en forma de sufijo (p. ej. FGeCis-Cr)Se deben expresar las unidades (generalmente mL/min/1,73 m2) aunque puede eliminarse la corrección por superficie corporal estándar (FG x Superficie corporal/1,73 m2) (p. ej., para la dosificación de fármacos muy tóxicos)2,* 
AclCr  Aclaramiento de creatinina (medido)  Aclaramiento medido (por ej., de creatinina = AclmCrDepuración de creatininaClearance de creatinina  Depuración de creatinina es un término correcto pero su acrónimo no resulta familiarNo es lo mismo FG que el aclaramiento (depuración) de una sustancia (biomarcador) específica (p. ej., creatinina)*.Se deben expresar las unidades (frecuentemente en mL/min)Así pueden expresarse también el aclaramiento de urea, calcio u otros, cambiando el sufijo 
AcleCr  Aclaramiento estimado de creatinina  Acle (por ej., de creatinina = AcleCr  Aclaramiento de creatinina estimado por fórmulas (p. ej. Cockcroft-Gault)* 
FR  Fallo renal  Falla renal  Consenso necesario  Deterioro de función renal (agudo o crónico)Traducción literal del inglés (renal o kidney failure), poco específica, cuyo uso (si acaso) debiera ser consensuado y claramente definido.El término «fallo o falla» renal contiene contradicciones en las propias guías KDIGO y SLANH siendo definido en un lugar simplemente como duración de la enfermedad renal > 3m y, en otro, como equivalente a «fracaso» renal o ERC G5 (con o sin TRS)* 
ERC  Enfermedad renal crónica  Enfermedad renal crónica (ERC)  Insuficiencia renal crónica (IRC)Fallo (falla) renal crónicoDeterioro, disfunción renal crónica  Anormalidades de la estructura o función renal, presente durante más de 3 meses, con implicaciones para la salud.*Se clasifica según el formato CGA, basándose en la Causa, FG (G) y Albuminuria (A).*Estadiaje según KDIGO G1-G5, G5D, 1T-5T (D = Diálisis, T = Trasplante renal).*/**Los estadios (según categorías de G y A) G1-2 requieren de marcadores de «daño»/«lesión» renal para poder ser catalogados de ERC*La «insuficiencia» renal crónica sólo se refería inicialmente a ERC ≥ G3*La clasificación KDIGO define así categorías de riesgo (bajo, moderado, alto y muy alto)* 
ERC G1-G5  ERC estadio/categoría G1-G5(determinado por el Filtrado Glomerular)  ERC estadio G1-G5  Estadio (no existe este término en español)Grado  Es importante tener en cuenta que para una correcta descripción de la ERC, las guías KDIGO recomiendan la clasificación siguiendo el criterio CGA [Causa-G(FG)-Albuminuria] que tiene en cuenta la causa originaria (C)*G1-G5 permite homogeneidad internacional*Se recuerda que los estadios G1-2 requieren que el paciente presente marcadores de daño renal para poder ser catalogados de ERC.ERC G3a define una disminución leve a moderada del FG (KDIGO)*ERC G3b define una disminución leve a moderada del FG (KDIGO)*ERC G4 define una disminución moderada a gravea del FG (KDIGO)*ERC G5 define una disminución gravea del FG (KDIGO)*SLANH recomienda evitar los términos leve, moderada, grave, temprana, avanzada* 
ERC G5  ERC estadio/categoría 5(determinado por el Filtrado Glomerular < 15 mL/min/1,73 m2    FG < 15 mL/min/1,73 m2 sin tratamiento renal sustitutivoEs frecuente el uso de ERC G5ND (no diálisis) en contraposición a ERC G5D (ver siguiente) 
ERC G5D  ERC estadio/categoría 5D  No especificado  Consenso necesarioERC terminalERTIRCT  FG < 15 mL/min/1,73 m2 en diálisisSegún KDIGO, «fallo» o «fracaso» («failure») renal se refiere a ERC estadio 5 (FGe < 15 mL/min/1,73 m2 o en diálisis)El término «failure» contiene contradicciones en las propias guías KDIGO siendo definido en un lugar como equivalente a «fracaso» renal y, en otro, a simple duración de la enfermedad renal > 3mSe desaconseja el uso del adjetivo «terminal» por peyorativo, así como los adjetivos «definitivo» o «final».G5D permite homogeneidad internacional* 
ERA  Enfermedad renal aguda  Enfermedad renal aguda  Discusión en curso¥Consenso necesario¥  Término nuevo en discusión que se refiere a deterioro de función renal de MENOS de 3 meses de evolución (> 7 días)Se refiere generalmente a la evolución tras un episodio agudo en transición a criterios de ERCSería aconsejable prescindir de estadiaje o clarificar si el intento de estadiaje se refiere al estadiaje AKI (por acute kidney injury) o de ERC. 
IRA  Insuficiencia renal aguda  Lesión renal aguda (LRA)  Discusión en curso¥Consenso necesario¥  IRA puede crear confusión con Insuficiencia Respiratoria AgudaLa propuesta SLANH especifica que se debería seguir la definición de las guías KDIGO («la IRA es una subcategoría de ERA»), debiendo evitar los términos IRA y FRA. Debería distinguirse claramente entre los términos lesión renal aguda y disfunción renal aguda.Debe especificarse claramente que debe ser seguida de estadiaje actual (según AKI 1-3) basado en creatinina sérica y diuresis* (ver siguiente) 
FRA  Fracaso renal agudo  Disfunción renal aguda, estadio 3  Discusión en curso¥Consenso necesario¥  «Fracaso» renal agudo sería equivalente a Acute Kidney Injury (AKI) estadio 3 en terminología anglosajona [Incremento de Crs > 300% del basal o Crs ≥ 4 mg/dL (≥ 354 μmol/L) después de un aumento agudo superior a 0,5 mg/dL (44 μmol/L)].*Los términos daño, injuria, lesión, fallo (o falla) renal agudo no implican necesariamente «fracaso» renal. De consensuarse su uso, deberían ser necesariamente seguidos de estadiaje actual (según AKI 1-3)*Se ha sugerido no usar «daño» o «injuria» renal aguda por varias razones**Debería distinguirse claramente entre los términos lesión renal aguda y disfunción renal aguda.FRA (por «fracaso» renal agudo en vez de IRA) evita la confusión con Insuficiencia Respiratoria Aguda pero no aplicaría para la Insuficiencia Renal Aguda 1-2 
FRA 3D  Fracaso renal agudo 3D  Disfunción renal aguda (DRA), estadio 3D    Fracaso-disfunción renal aguda estadio 3 (AKI 3) tratado con diálisis 
FENa  Fracción excretada de sodio  Fracción de excreción de sodio  Excreción fraccional de sodio  Así pueden expresarse también la fracción excretada de urea y otros, cambiando el sufijo 
CACo  Cociente albúmina/creatinina en orina (CACO, CACrorRelación albuminuria/creatininuria(I Albu/Creatu)CACb  Razón  El acrónimo debe subrayar la necesidad de usar la creatinina en orina (ya sea o) o urinario (u) para el cálculo del cociente.¿ «relación» como término y acrónimo expresado como índice? Cociente albúmina/creatinina es el término usado en las guías españolas SEN-SEQCcAsí pueden expresarse también la de urea, fósforo, etc. según sufijo. 
CPCo  Cociente proteína/creatinina en orina  Relación proteinuria/creatininuria(I Protu/CreatuPCRRazón  El acrónimo debe subrayar la necesidad de usar la creatinina en orina (ya sea o) o urinario (u) para el cálculo del cociente. 
A1-3  Categorías de albuminuria o proteinuria según KDIGO  Categorías de albuminuria según KDIGO    Este acrónimo subraya la necesidad de usar la creatinina en orina para el cálculo del cociente.En orina puede haber más proteínas que simplemente albúmina (p. ej., proteinuria no selectiva, cadenas ligeras). 
A2  Aumento moderado de la concentración de albúmina en orina    Microalbuminuriad  Albuminuria o proteinuria moderadamente aumentada [CACo 30-300 mg/g (3-30 mg/mmol); 30 mg/d]*[CPCo 150-500 mg/d; 150-500 mg/g (15-50 mg/mmol)]* 
A3  Aumento grave de la concentración de albúmina en orina    Macroalbuminuriad  Albuminuria o proteinuria gravemente aumentada [CACo > 300 mg/g (>30 mg/mmol); >30 mg/d]*[CPCo >500 mg/d; >500 mg/g (>50 mg/mmol)]* 
Síndrome nefrótico    Albu > 2.200 mg/día (IAlbu/Creatu > 200 mg/g (> 220 mg/mmol)Protu > 3.500 mg/día (IAlbu/Creatu > 3.500 mg/g (> 350 mg/mmol)    Es importante esta aclaración de valores analíticos de las KDIGO (y SLANH) en la definición de síndrome nefrótico cuando sólo se tiene en cuenta la excreción de albúmina en la orina (en vez de proteinuria). Pendiente de publicación definitiva de las nuevas guías KDIGO sobre enfermedad glomerular.Se debe especificar claramente si una proteinuria de RANGO nefrótico es con o sin SINDROME nefrótico, como lo indica la presencia de hipoalbuminemia (con edema e hiperlipidemia en la mayoría de casos), pues es de ayuda en su diagnóstico diferencial (p. ej. glomerulosclerosis focal y segmentaria primaria o secundaria) y para las decisiones terapéuticas subsiguientes.Se debe prestar atención al uso de comas como separadores de millares, inapropiado en español (en español los millares se separan por puntos y sólo los decimales con comas). En inglés es exactamente lo contrario. Apréciese que la definición corregida corresponde a, p. ej., Albu > 2,2 g/día y a la clásica Protu > 3,5 g/día. 
TRS  Tratamiento renal sustitutivo (TSR)  Tratamiento renal de sustitución (TRS)  Tratamiento de reemplazo renalTerapia renal sustitutivaTerapia de reemplazo renalDiscusión en curso¥Consenso necesario¥  Incluye diálisis y trasplante, por lo que debe especificarseLas guías SLANH también usan el término sustitutivo y la expresión larga (con/sin tratamiento sustitutivo de la función renal), pero advierten que el término podría revisarse en la conferencia de consenso KDIGO AKD (Acute Kidney DIsease) 
TRe  Trasplante renal  Trasplante renal  Transplante renal  Trasplante renal (funcionante o no)Varios registros utilizan el término trasplante renal FUNCIONANTE con el acrónimo TRF. 
*

Aconsejamos acudir a las fuentes oportunas.

**

Se ha sugerido no usar «daño» o «injuria» renal aguda por varias razones: 1) ausencia de tradición, 2) el término AKI es un cambio meramente cosmético pues se sigue definiendo por la función renal y no por marcadores objetivos de daño, independientes de la función. Teóricamente sería posible que hubiera pacientes con deterioro agudo de la función renal [IRA (AKI 1-3) o FRA (AKI 3)] y daño renal agudo, pero también pacientes con daño renal agudo pero sin IRA o FRA.

a

Al describir los grados (categorías, estadios) de la ERC debería evitarse la utilización del adjetivo «severa» y utilizar «grave». Severa es una traducción literal del «severe» inglés, pero en español la palabra «severa» no significa grave sino rigurosa.

b

El acrónimo CAC sí parece considerarse subliminalmente en la propuesta de la SLANH.

c SEN-SEQC = Sociedad Española de Nefrología-Sociedad Española de Química Clínica y Patología Molecular.

d

A pesar de la enorme implantación de estos términos, especialmente más allá de la nefrología, se consideró que los términos micro- o macro- no eran adecuados porque no se trata de la existencia de una albúmina «pequeña» o una albúmina «grande».

e

Es posible que la nomenclatura asociada al trasplante, apenas existente en la iniciativa de las KDIGO sobre nomenclatura y con terminología anglosajona muy implantada incluso en la práctica diaria (p. ej. borderline, DGF por función retrasada del injerto, etc.), merezca por sí sola una iniciativa propia de las respectivas sociedades de trasplante. Se debería valorar si una traducción mejoraría la comprensión de los textos, ampliaría o agilizaría los resultados de los motores de búsqueda, mejoraría el intercambio de información entre los diferentes actores del mundo del trasplante o, por el contrario, sería un «nuevo aprendizaje» que desplazaría un conocimiento ya integrado sin un aporte adicional.

Por todo ello, con gran consideración a todas estas iniciativas que ya se han puesto en marcha, subrayamos la necesidad de compartir con todos los nefrólogos de habla hispana los puntos de discusión remanentes, algunos reflejados en este artículo. De hecho, para la elaboración de un documento de consenso final, amplio y compartido, tendremos que hacer concesiones (lingüísticamente hablando) ya que, siendo el mismo idioma (español), existen términos que nos resultan más familiares en función de nuestro lugar de formación sin que por ello debamos considerar los términos «no elegidos» como incorrectos. La uniformidad y homogeneización de términos adquiere cada día mayor relevancia cuando pensamos en la eficiencia, no sólo en nuestras búsquedas bibliográficas sino, aún más importante, anticipándonos y pensando en las herramientas de Inteligencia Artificial/Machine-Learning y la explotación del Big-Data29. De este modo, la implantación de la historia clínica informatizada está generando un gran volumen de datos que ofrece una gran oportunidad para impulsar el conocimiento de las enfermedades, facilitando la práctica clínica diaria, la investigación y la educación29. Evidentemente, un punto clave para estructurar la información médica consiste en codificar cada variable para que sea única y esté correctamente definida para permitir una interoperabilidad técnica y semántica entre distintas bases de datos que permitan intercambiar información. En este sentido, más allá de la ICD mencionada, existen iniciativas generales como Simple Knowledge Organization System (SKOS), (http://skos.um.es/unesco6/00) 29b, proyecto de nomenclatura internacional normalizada relativa a la ciencia y tecnología, Logical Observation Identifiers Names and Codes (LOINC)29c, (http://loinc.org) o la creación de un diccionario de terminologías clínicas utilizando estándares internacionales como Systematized Nomenclature of Medicine–Clinical Terms (SNOMED-CT)29d, que constituye la terminología clínica integral, multilingüe y codificada de mayor amplitud, precisión e importancia desarrollada en el mundo.

Finalmente creemos que es importante resaltar que ya no se trata de la reivindicación de nuestro idioma común y que «renal» es nuestro adjetivo natural para el riñón en el ámbito científico sino que, sobre todo, los médicos clínicos no podemos olvidar que, en el escenario actual el paciente y la individualización juegan un papel central en la toma de decisiones que deben ser compartidas23,30. Este hecho es particularmente relevante en nuestra especialidad, donde el grado de evidencia de nuestras decisiones y acciones clínicas se encuentran en general más en el grado de las «sugerencias» (evidencias grado 2) que el de las «recomendaciones» (grado 1)30. Por lo tanto, no podemos olvidar a los pacientes ya que en último término, lo realmente fundamental no es que los científicos o los nefrólogos nos entendamos con el uso de un lenguaje común, sino que nuestro paciente «del riñón» («renal») nos comprenda, usando palabras llanas, de cualquier origen, adaptadas individualmente y recurriendo incluso al lenguaje coloquial o más popular, ya seamos nosotros para él «nefró»-logos o «riñon»-ó-logos)23.

Financiación

Para la realización de este editorial no se ha contado con ninguna financiación.

Conflicto de intereses

Los autores no tienen conflictos de interés relacionados con este artículo.

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