array:19 [
  "pii" => "X0211699504030674"
  "issn" => "02116995"
  "estado" => "S300"
  "fechaPublicacion" => "2004-12-01"
  "documento" => "article"
  "licencia" => "http://www.elsevier.com/open-access/userlicense/1.0/"
  "subdocumento" => "fla"
  "cita" => "Nefrologia. 2004;24 Supl 6:21-6"
  "abierto" => array:3 [
    "ES" => true
    "ES2" => true
    "LATM" => true
  ]
  "gratuito" => true
  "lecturas" => array:2 [
    "total" => 7655
    "formatos" => array:3 [
      "EPUB" => 392
      "HTML" => 5909
      "PDF" => 1354
    ]
  ]
  "itemSiguiente" => array:15 [
    "pii" => "X0211699504030666"
    "issn" => "02116995"
    "estado" => "S300"
    "fechaPublicacion" => "2004-12-01"
    "documento" => "article"
    "licencia" => "http://www.elsevier.com/open-access/userlicense/1.0/"
    "subdocumento" => "fla"
    "cita" => "Nefrologia. 2004;24 Supl 6:27-34"
    "abierto" => array:3 [
      "ES" => true
      "ES2" => true
      "LATM" => true
    ]
    "gratuito" => true
    "lecturas" => array:2 [
      "total" => 211501
      "formatos" => array:3 [
        "EPUB" => 588
        "HTML" => 183384
        "PDF" => 27529
      ]
    ]
    "es" => array:8 [
      "idiomaDefecto" => true
      "titulo" => "Definición y clasificación de los estadios de la enfermedad renal crónica. Prevalencia. Claves para el diagnóstico precoz. Factores de riesgo de enfermedad renal crónica"
      "tienePdf" => "es"
      "tieneTextoCompleto" => "es"
      "paginas" => array:1 [
        0 => array:2 [
          "paginaInicial" => "27"
          "paginaFinal" => "34"
        ]
      ]
      "contieneTextoCompleto" => array:1 [
        "es" => true
      ]
      "contienePdf" => array:1 [
        "es" => true
      ]
      "autores" => array:1 [
        0 => array:2 [
          "autoresLista" => "S. SORIANO CABRERA"
          "autores" => array:1 [
            0 => array:1 [
              "nombre" => "S. SORIANO CABRERA"
            ]
          ]
        ]
      ]
    ]
    "idiomaDefecto" => "es"
    "EPUB" => "https://multimedia.elsevier.es/PublicationsMultimediaV1/item/epub/X0211699504030666?idApp=UINPBA000064"
    "url" => "/02116995/00000024000000S6/v0_201502091332/X0211699504030666/v0_201502091332/es/main.assets"
  ]
  "itemAnterior" => array:15 [
    "pii" => "X0211699504030682"
    "issn" => "02116995"
    "estado" => "S300"
    "fechaPublicacion" => "2004-12-01"
    "documento" => "article"
    "licencia" => "http://www.elsevier.com/open-access/userlicense/1.0/"
    "subdocumento" => "fla"
    "cita" => "Nefrologia. 2004;24 Supl 6:17-20"
    "abierto" => array:3 [
      "ES" => true
      "ES2" => true
      "LATM" => true
    ]
    "gratuito" => true
    "lecturas" => array:2 [
      "total" => 9185
      "formatos" => array:3 [
        "EPUB" => 283
        "HTML" => 7712
        "PDF" => 1190
      ]
    ]
    "es" => array:9 [
      "idiomaDefecto" => true
      "cabecera" => "<span class="elsevierStyleTextfn">Introducci&#243;n</span>"
      "titulo" => "Introducci&#243;n"
      "tienePdf" => "es"
      "tieneTextoCompleto" => "es"
      "paginas" => array:1 [
        0 => array:2 [
          "paginaInicial" => "17"
          "paginaFinal" => "20"
        ]
      ]
      "contieneTextoCompleto" => array:1 [
        "es" => true
      ]
      "contienePdf" => array:1 [
        "es" => true
      ]
      "autores" => array:1 [
        0 => array:2 [
          "autoresLista" => "R&#46; MAR&#205;N"
          "autores" => array:1 [
            0 => array:1 [
              "nombre" => "R&#46; MAR&#205;N"
            ]
          ]
        ]
      ]
    ]
    "idiomaDefecto" => "es"
    "EPUB" => "https://multimedia.elsevier.es/PublicationsMultimediaV1/item/epub/X0211699504030682?idApp=UINPBA000064"
    "url" => "/02116995/00000024000000S6/v0_201502091332/X0211699504030682/v0_201502091332/es/main.assets"
  ]
  "es" => array:8 [
    "idiomaDefecto" => true
    "titulo" => "Enfermedad renal y patolog&#237;a cardiovascular&#46; Bases fisiopatol&#243;gicas de la asociaci&#243;n"
    "tieneTextoCompleto" => true
    "paginas" => array:1 [
      0 => array:2 [
        "paginaInicial" => "21"
        "paginaFinal" => "26"
      ]
    ]
    "autores" => array:1 [
      0 => array:2 [
        "autoresLista" => "J&#46; D&#205;EZ"
        "autores" => array:1 [
          0 => array:1 [
            "nombre" => "J&#46; D&#205;EZ"
          ]
        ]
      ]
    ]
    "textoCompleto" => "NEFROLOG&#205;A&#46; Volumen 24&#46; Suplemento N&#186; 6 &#183; 2004 CAP&#205;TULO 1 Enfermedad renal y patolog&#237;a cardiovascular&#46; Bases fisiopatol&#243;gicas de la asociaci&#243;n J&#46; D&#237;ez La asociaci&#243;n de la enfermedad renal con la enfermedad cardiovascular constituye una realidad fisiopatol&#243;gica de reconocimiento creciente&#46; En efecto&#44; mientras que la hipertensi&#243;n arterial &#40;HTA&#41; y la aterosclerosis son causas cada vez m&#225;s frecuentes de nefropat&#237;a&#44; el deterioro cr&#243;nico de la funci&#243;n renal genera un estado vasculop&#225;tico que facilita el desarrollo de lesiones del sistema cardiovascular &#40;Figura 2&#41;&#46; En t&#233;rminos epidemiol&#243;gicos&#44; el resultado final de todo ello es doble&#58; por un lado&#44; el riesgo de desarrollo de insuficiencia renal es elevado en los sujetos con una enfermedad vascular&#59; por otro lado&#44; el riesgo de presentar eventos cardiovasculares es tambi&#233;n elevado en los sujetos con una nefropat&#237;a cr&#243;nica&#46; Todo ello influye obligadamente&#44; y cada vez m&#225;s&#44; sobre la realidad cl&#237;nica a la que se enfrenta cotidianamente el nefr&#243;logo&#44; de ah&#237; que tanto su formaci&#243;n&#44; como la organizaci&#243;n de su quehacer asistencial deban adaptarse a esta nueva realidad de la llamada medicina renal-vascular&#46; Enfermedad vascular sist&#233;mica Nefropat&#237;a vascular Enfermedad renal cr&#243;nica Nefropat&#237;a no vascular Morbi-mortalidad cardiovascular Estado vasculop&#225;tico Tratamiento sustitutivo renal Fig&#46; 2&#46;--Esquema de la posible relaci&#243;n entre las enfermedades vasculares &#40;principalmente hipertensi&#243;n arterial y aterosclerosis&#41; y la enfermedad renal cr&#243;nica&#44; sea o no de origen vascular&#46; Bibliograf&#237;a b&#225;sica 1&#46; 2&#46; Levey AS&#44; Coresh J&#44; Balk E&#44; Kausz AT&#44; Levin A&#44; Steffes MW&#44; et al&#58; National Kidney Foundation Practice Guidelines for Chronic Kidney Disease&#58; evaluation&#44; classification&#44; and stratification&#46; Ann Intern Med 139&#58; 137-147&#44; 2003&#46; Sarnak MJ&#44; Levey AS&#44; Schoolwerth AC&#44; Coresh J&#44; Culleton B&#44; Hamm LL&#44; et al&#58; Kidney disease as a risk factor for development of cardiovascular disease&#46; A statement from the American Heart Association Councils on Kidney in Cardiovascular Disease&#44; High Blood Pressure Research&#44; Clinical Cardiology&#44; and Epidemiology and Prevention&#46; Circulation 108&#58; 2154-2169&#44; 2003&#46; Fox CS&#44; Larson MG&#44; Leip EP&#44; Culleton B&#44; Wilson PWF&#44; Levy D&#58; Predictors of new-onset kidney disease in a community-based population&#46; JAMA 291&#58; 844-850&#44; 2004&#46; Coresh J&#44; Astor B&#44; Sarnak MJ&#58; Evidence for increased cardiovascular disease risk in patients with chronic kidney disease&#46; Curr Opin Nephrol Hypertens 13&#58; 73-81&#44; 2004&#46; D&#237;ez J&#58; Nuevas reflexiones en torno a la medicina renal-vascular Nefrolog&#237;a 23&#58; 97-102&#44; 2003&#46; 3&#46; 4&#46; 5&#46; 21 J&#46; D&#205;EZ INTRODUCCI&#211;N La asociaci&#243;n entre enfermedad renal y patolog&#237;a cardiovascular es doble&#58; por un lado&#44; las enfermedades del ri&#241;&#243;n contribuyen al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares y&#44; por otro lado&#44; las enfermedades cardiovasculares facilitan la aparici&#243;n y la progresi&#243;n de ciertas nefropat&#237;as&#46; As&#237;&#44; mientras que determinadas alteraciones org&#225;nicas o funcionales del ri&#241;&#243;n contribuyen al desarrollo de la HTA&#44; &#233;sta facilita el desarrollo de la nefrosclerosis&#46; Por otra parte&#44; la insuficiencia renal facilita tanto el desarrollo de la aterosclerosis&#44; que a su vez determina la aparici&#243;n de la enfermedad ateroscler&#243;tica renal&#44; como el desarrollo de una miocardiopat&#237;a que&#44; a trav&#233;s de la insuficiencia card&#237;aca&#44; puede comprometer a&#250;n m&#225;s la funci&#243;n renal&#46; En este cap&#237;tulo se revisan los aspectos fisiopatol&#243;gicos m&#225;s relevantes de esas asociaciones&#44; haciendo especial hincapi&#233; en las posibles consecuencias cl&#237;nicas de los mismos&#46; PAPEL DEL RI&#209;&#211;N EN LA PATOGENIA DE LA HIPERTENSI&#211;N ARTERIAL Numerosas evidencias apoyan la noci&#243;n de que el ri&#241;&#243;n participa cr&#237;ticamente en el desarrollo de la HTA a trav&#233;s de diversos mecanismos&#44; tanto si existen indicios de nefropat&#237;a &#40;es el caso de la hipertensi&#243;n nefr&#243;gena&#41;&#44; cuanto si no existen &#40;es el caso de la hipertensi&#243;n esencial&#41; &#40;Tabla 2&#41;44&#46; El principal mecanismo presor renal est&#225; relacionado con la incapacidad del ri&#241;&#243;n para excretar cantidades adecuadas de sodio cuando la presi&#243;n de perfusi&#243;n renal es normal&#46; Esta alteraci&#243;n se objetiva tanto en animales como en pacientes hipertensos&#44; donde la Tabla 2&#46; Principales mecanismos hipertensivos de origen renal Excesiva reabsorci&#243;n tubular de sodio - Vasoconstricci&#243;n exagerada de la arteriola aferente - Disminuci&#243;n de la superficie de filtraci&#243;n glomerular - Alteraciones de los mecanismos tubulares de transporte i&#243;nico Activaci&#243;n renal de sistemas presores - Secreci&#243;n de renina excesiva para el balance de sodio - Estimulaci&#243;n renal de la actividad simp&#225;tica sist&#233;mica Retenci&#243;n de sustancias nocivas para los vasos - Di-metil-arginina asim&#233;trica - Productos de glicosilaci&#243;n avanzada curva de presi&#243;n-natriuresis est&#225; desplazada hacia la derecha con respecto a los controles normotensos&#46; Por lo tanto&#44; a la presi&#243;n de perfusi&#243;n normal la excreci&#243;n de sodio es inferior a la ingesta&#44; lo que genera un balance positivo de sodio que incrementa el volumen del l&#237;quido extracelular&#44; eleva el gasto card&#237;aco y&#44; consecuentemente&#44; la PA sist&#233;mica y la presi&#243;n de perfusi&#243;n renal &#40;para as&#237; aumentar la natriuresis y equilibrar el balance de sodio&#41;&#46; Posteriormente&#44; y por activaci&#243;n de los mecanismos de autorregulaci&#243;n del flujo sangu&#237;neo local&#44; se elevan las resistencias perif&#233;ricas&#46; En el origen de la hiperreabsorci&#243;n tubular de sodio que pone en marcha el proceso anterior se invocan varios tipos de mecanismos45-48&#58; 1&#41; Excesiva vasoconstricci&#243;n de la arteriola aferente&#44; secundaria al predominio de la acci&#243;n de sustancias vasoconstrictoras como la angiotensina II&#44; la norepinefrina y la endotelina-1 sobre la de sustancias vasodilatadores como el &#243;xido n&#237;trico&#59; 2&#41; Disminuci&#243;n cong&#233;nita o adquirida de la superficie de filtraci&#243;n glomerular&#44; debido a la reducci&#243;n del n&#250;mero de nefronas o a la disminuci&#243;n del coeficiente de filtraci&#243;n&#44; que disminuye la carga filtrada de sodio&#59; y 3&#41; Exagerada reabsorci&#243;n tubular de sodio condicionada por factores gen&#233;ticos &#40;por ejemplo&#44; variantes gen&#233;ticas que originan modificaciones en prote&#237;nas&#44; como la aduccina &#44; que regulan el funcionamiento de los mecanismos de transporte de sodio en las c&#233;lulas tubulares&#41; o por la existencia de alteraciones tubulares inducidas por c&#233;lulas inflamatorias que infiltran el intersticio&#46; Estos factores ser&#237;an operativos en un grupo de individuos que tras la ingesta de una cantidad elevada de sal desarrollan hipertensi&#243;n&#44; los llamados hipertensos sensibles a la sal49&#46; En los &#250;ltimos a&#241;os se han acumulado evidencias cl&#237;nicas y epidemiol&#243;gicas que sugieren que los obesos constituyen un grupo de pacientes especialmente predispuestos a desarrollar hipertensi&#243;n sensible a la sal50&#46; Otras evidencias sugieren que el ri&#241;&#243;n puede elevar la PA a trav&#233;s de mecanismos que incrementan directamente las resistencias perif&#233;ricas44&#58; activaci&#243;n inadecuada del sistema renina-angiotensina-aldosterona &#40;el ri&#241;&#243;n secreta renina en exceso para el balance de sodio&#41;&#44; aumento del tono simp&#225;tico &#40;a partir de se&#241;ales aferentes originadas en el ri&#241;&#243;n&#41;&#44; o alteraciones de la funci&#243;n endotelial y de la composici&#243;n de la pared arterial &#40;relacionadas con la acumulaci&#243;n de ciertas sustancias t&#243;xicas para los vasos&#41;&#46; Estos mecanismos ser&#237;an especialmente operativos cuando est&#225; comprometida la funci&#243;n depuradora renal y explicar&#237;an que la prevalencia de la hipertensi&#243;n aumente notablemente a medida que desciende el FG &#40;Figura 3&#41;51&#46; 22 ENFERMEDAD RENAL Y PATOLOG&#205;A CARDIOVASCULAR&#46; BASES&#46;&#46;&#46; Tabla 3&#46; 100 80 Prevalencia &#40;&#37;&#41; PA &#61; 140&#47;90 mm Hg 75 60 40 21 20 7 0 20 40 60 80 100 PA &#61; 160&#47;100 mm Hg Factores implicados el desarrollo de la aterosclerosis en los pacientes con enfermedad renal cr&#243;nica Factores ligados a la demograf&#237;a de los pacientes - Mayor prevalencia de hipertensi&#243;n arterial - Mayor prevalencia de dislipidemia - Mayor prevalencia de diabetes mellitus Factores ligados a las alteraciones relacionadas con la insuficiencia renal - Hiperhomocisteinemia - Alteraciones lip&#237;dicas &#40;aumento de lipoprote&#237;na a&#44; disminuci&#243;n de apoprote&#237;na A1&#41; - Generaci&#243;n de un estado proinflamatorio&#44; prooxidante y procoagulante - Retenci&#243;n de sustancias nocivas para los vasos - Anemia - Hiperparatiroidismo Factores ligados al tratamiento sustitutivo renal - Membranas de di&#225;lisis bioincompatibles - F&#225;rmacos inmunosupresores con efectos secundarios metab&#243;licos 40 Filtrado glomerular estimado &#40;ml&#47;min&#47;1&#44;73 m2&#41; Fig&#46; 3&#46;--Relaci&#243;n entre el filtrado glomerular estimado &#40;f&#243;rmula de Levey del estudio MDRD&#41; y la prevalencia de hipertensi&#243;n arterial tras ajustar los datos para la edad de 60 a&#241;os&#46; Estudio NHANES III&#46; Los n&#250;meros situados en la parte superior e inferior de cada columna hacen referencia al porcentaje de pacientes hipertensos &#40;o que estaban tomando tratamiento antihipertensivo&#41; estadios I y II del JNC-7 &#91;Adaptada de la cita 51&#93; PAPEL DE LA ENFERMEDAD RENAL EN EL DESARROLLO DE ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR Es bien sabido que la morbimortalidad por eventos ateroscler&#243;ticos es superior en los pacientes con insuficiencia renal cr&#243;nica &#40;IRC&#41;&#44; especialmente en los que siguen tratamiento sustitutivo renal&#44; que en los sujetos sin compromiso de la funci&#243;n renal52&#46; M&#225;s a&#250;n&#44; estudios recientes indican que ese riesgo ya est&#225; significativamente aumentado tambi&#233;n en las fases iniciales de una nefropat&#237;a6&#44;53&#46; Por ello&#44; actualmente&#44; la enfermedad renal es considerada como un factor de riesgo para el desarrollo de a t e r o s c l e r o s i s 24&#46; Los mecanismos por los que una nefropat&#237;a cr&#243;nica puede facilitar el desarrollo de la aterosclerosis son varios &#40;Tabla 3&#41;54-57&#58; mayor prevalencia de los factores de riesgo cl&#225;sicos como la HTA&#44; la dislipidemia y la diabetes&#59; elevada prevalencia de factores de riesgo emergentes como la hiperhomocisteinemia&#44; el incremento de la lipoprote&#237;na &#40;a&#41; y la disminuci&#243;n de la apoprote&#237;na A1&#59; generaci&#243;n de un estado proinflamatorio&#44; prooxidante y protromb&#243;tico&#59; acumulaci&#243;n de sustancias que alteran la funci&#243;n endotelial &#40;di-metilarginina asim&#233;trica&#41; y la composici&#243;n de la pared vascular &#40;productos avanzados de glicosilaci&#243;n&#41;&#46; Adem&#225;s&#44; ciertos aspectos ligados a la p&#233;rdida de la funci&#243;n renal y a su tratamiento sustitutivo pueden afectar negativamente la evoluci&#243;n cl&#237;nica de la enfermedad ateroscler&#243;tica en los enfermos renales &#40;Tabla 3&#41;56-58&#46; Es el caso de la anemia y del hiperparatiroidismo&#44; que agravan las consecuencias de la isquemia &#243;rgano-tisular y deterioran adicionalmente la distensibilidad arterial en los pacientes con IRC&#46; Tambi&#233;n&#44; el tipo de membrana o el tratamiento convectivo&#44; que pueden influir negativamente sobre la estabilidad cardiovascular de los pacientes dializados&#46; Asimismo&#44; los f&#225;rmacos inmunosupresores implicados en la terap&#233;utica de los pacientes con un injerto renal puede favorecer la dislipidemia y la intolerancia hidrocarbonada&#46; Recientemente&#44; se ha puesto de manifiesto que entre el 30&#37; y el 40&#37; de los pacientes con IRC presentan cardiopat&#237;a isqu&#233;mica en ausencia de estenosis hemodin&#225;micamente significativas de las arterias coronarias subepic&#225;rdicas59&#46; Los mecanismos potencialmente implicados en esta situaci&#243;n son dos&#58; por una parte&#44; las placas ateroscler&#243;ticas de los enfermos con IRC se calcifican con mayor frecuencia que las de la poblaci&#243;n general60 y&#44; adem&#225;s&#44; la capa media de la pared arterial est&#225; engrosada&#44; por acumulaci&#243;n de matriz extracelular &#40;arteriosclerosis&#41;&#44; lo que incrementa el cociente grosor de la pared&#47;di&#225;metro de la luz60&#46; Dichas alteraciones aumentan la rigidez de la aorta y las grandes arterias&#44; facilitando la elevaci&#243;n de la presi&#243;n sist&#243;lica y la presi&#243;n del pulso&#44; lo que determina el desarrollo 23 J&#46; D&#205;EZ de hipertrofia ventricular izquierda y un deficiente llenado coronario durante la di&#225;stole61&#46; Este desequilibrio entre el aumento de la masa mioc&#225;rdica a perfundir y la deficiente perfusi&#243;n coronaria contribuye al desarrollo de la isquemia&#46; Por otra parte&#44; en los pacientes con IRC suelen coexistir factores como la anemia&#44; la hipertensi&#243;n sist&#233;mica&#44; la retenci&#243;n hidro-salina y el hiperparatiroidismo&#44; que facilitan a &#250; n m&#225;s la hipertrofia ventricular izquierda 62&#46; Finalmente&#44; las alteraciones bioqu&#237;micas propias de la IRC pueden producir una miopat&#237;a esquel&#233;tica&#44; que afecta especialmente al m&#250;sculo card&#237;aco63&#46; Esta agregaci&#243;n de mecanismos de da&#241;o del miocardio puede explicar la elevada incidencia y prevalencia de la insuficiencia cardiaca en los pacientes con una nefropat&#237;a cr&#243;nica e insuficiencia renal64&#46; Es obvio que el compromiso de la hemodin&#225;mica sist&#233;mica y renal propio de la insuficiencia card&#237;aca contribuir&#225; a deteriorar a&#250;n m&#225;s la propia nefropat&#237;a&#46; LA NEFROPAT&#205;A DE ORIGEN HIPERTENSIVO Diversos estudios epidemiol&#243;gicos han demostrado que la hipertensi&#243;n arterial es uno de los factores principales de riesgo para el inicio y la progresi&#243;n de una nefropat&#237;a cr&#243;nica25&#46; Recientemente&#44; en un estudio poblacional se ha objetivado que el riesgo relativo de desarrollar una nefropat&#237;a cr&#243;nica cuando existe hipertensi&#243;n aislada es de 1&#44;57 &#40;IC 95&#37;&#58; 1&#44;172&#44;12&#41;65&#46; En otro estudio poblacional se ha observado que este riesgo se eleva hasta 3&#44;95 &#40;IC 95&#37;&#58; 1&#44;4310&#44;9&#41; cuando la HTA se acompa&#241;a de otras alteraciones propias del s&#237;ndrome metab&#243;lico66&#46; Fig&#46; 4&#46;--Imagen microsc&#243;pica de lesiones vasculares&#44; glomerulares y t&#250;bulo-intersticiales en un paciente con nefrosclerosis hipertensiva&#46; La nefropat&#237;a cr&#243;nica espec&#237;fica de la HTA es la nefrosclerosis &#40;Figura 4&#41;&#46; El diagn&#243;stico cl&#237;nico de sospecha de esta nefropat&#237;a se efect&#250;a en los pacientes hipertensos que con albuminuria&#47;proteinuria y disminuci&#243;n del filtrado glomerular no presentan alteraciones sugestivas de otra nefropat&#237;a&#44; fundamentamente nefropat&#237;a diab&#233;tica y glomerulonefritis cr&#243;nica&#46; El diagn&#243;stico de confirmaci&#243;n exige la demostraci&#243;n en una biopsia renal de las lesiones propias de la nefrosclerosis hipertensiva&#58; arteriosclerosis de las arterias interlobulares y la arteriola aferente y&#47;o arteriolosclerosis hialina de la arteriola aferente&#44; engrosamiento de la membrana basal&#44; glomerulosclerosis global y fibrosis intersticial67&#44;68&#46; La escasa realizaci&#243;n de biopsias renales en los pacientes hipertensos hace que no existan datos actuales fiables sobre la prevalencia de esta nefropat&#237;a&#46; En el desarrollo de la nefrosclerosis hipertensiva intervienen tres tipos de factores&#58; la respuesta an&#243;mala de los vasos glomerulares a la hipertensi&#243;n&#44; la susceptibilidad gen&#233;tica y racial y los factores ambientales&#46; En la mayor&#237;a de las nefronas&#44; la hipertensi&#243;n incrementa el flujo sangu&#237;neo en la arteriola aferente69&#46; A corto plazo&#44; ello provoca una respuesta contr&#225;ctil miog&#233;nica &#40;amplificada por la activaci&#243;n del balance glom&#233;rulo-tubular desde la m&#225;cula densa&#41; y&#44; a largo plazo&#44; una hiperplasia miointimal que reducen excesivamente el calibre de la luz arteriolar&#44; lo que genera una situaci&#243;n de isquemia glomerular&#46; En otras nefronas se produce una respuesta insuficiente o nula al incremento del flujo sangu&#237;neo&#44; lo que da lugar al aumento excesivo de la presi&#243;n intraglomerular y a la filtraci&#243;n de prote&#237;nas que al reabsorberse dan lugar a alteraciones tubulares&#46; En los glom&#233;rulos cuya hemodin&#225;mica est&#225; alterada&#44; tanto por isquemia como por hipertensi&#243;n intraglomerular&#44; se activan factores humorales &#40;por ejemplo&#44; la angiotensina II y el factor de crecimiento transformante &#41; que alteran el metabolismo de la matriz extracelular y facilitan la esclerosis70-72&#46; Las alteraciones tubulares secundarias a las prote&#237;nas reabsorbidas desencadenan una reacci&#243;n inflamatoria y fibr&#243;tica intersticial&#44; mediada por factores humorales&#44; donde adem&#225;s de los ya mencionados destacan la endotelina-1&#44; la aldosterona y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas70-72&#46; El concepto de susceptibilidad gen&#233;tica para el desarrollo de nefrosclerosis hipertensiva sugiere que la respuesta an&#243;mala de la arteriola aferente a la hipertensi&#243;n estar&#237;a gen&#233;ticamente determinada73&#46; Esta posibilidad se ve apoyada por la identificaci&#243;n experimental en la rata de la regi&#243;n cromos&#243;mica donde residir&#237;a esa susceptibilidad74&#44; as&#237; como la observaci&#243;n cl&#237;nica de que esta nefropat&#237;a presenta agregaci&#243;n 24 ENFERMEDAD RENAL Y PATOLOG&#205;A CARDIOVASCULAR&#46; BASES&#46;&#46;&#46; familiar75-76&#46; Por otra parte&#44; se sabe que las personas de raza negra est&#225;n m&#225;s expuestas al desarrollo de nefrosclerosis hipertensiva que las de raza blanca&#44; independientemente de cu&#225;l sea la duraci&#243;n y la severidad de la hipertensi&#243;n77&#46; Finalmente&#44; se ha propuesto que ciertos factores ambientales &#40;ingesta exagerada de sal&#44; consumo cr&#243;nico de anti-inflamatorios no esteroideos&#44; intoxicaci&#243;n por plomo&#41; tambi&#233;n pueden facilitar las alteraciones de la hemodin&#225;mica glomerular en los hipertensos que desarrollan nefrosclerosis67&#44;78&#46; Dos estudios recientes efectuados en sujetos no diab&#233;ticos han propiciado el surgimiento de la hip&#243;tesis de que la resistencia a la insulina desempe&#241;a un papel cr&#237;tico en el desarrollo de insuficiencia renal en los pacientes con nefrosclerosis hipertensiva79&#46; Por un lado&#44; Andronico y cols&#46;80 han demostrado que el descenso progresivo del FG en la hipertensi&#243;n est&#225; ligado a la resistencia a la insulina&#46; Por otro lado&#44; el an&#225;lisis de los datos del NHANES III &#40;National Health and Nutrition Examination Survey&#41; revela que existe una asociaci&#243;n positiva y altamente significativa de la resistencia a la insulina y el riesgo de insuficiencia renal cr&#243;nica en los hipertensos81&#46; Esta asociaci&#243;n es independiente de la edad&#44; el sexo&#44; la raza y otros factores de riesgo como la PA&#44; la obesidad&#44; el colesterol y el tabaco&#46; LAS NEFROPAT&#205;AS SECUNDARIAS A LA ATEROSCLEROSIS La relaci&#243;n etiol&#243;gica de la aterosclerosis con las nefropat&#237;as es doble&#58; de un lado&#44; la aterosclerosis se desarrolla en un contexto hemodin&#225;mico y metab&#243;lico que per se puede favorecer el desarrollo de una nefropat&#237;a y&#44; por otro lado&#44; ciertas lesiones ateroscler&#243;ticas localizadas en el sistema arterial renal causan nefropat&#237;as espec&#237;ficas&#46; En un reciente estudio poblacional efectuado en una gran muestra de sujetos&#44; que inicialmente no presentaban signos sugestivos de nefropat&#237;a&#44; se comprob&#243; que los factores de riesgo de aterosclerosis predec&#237;an el desarrollo de una nefropat&#237;a &#40;Figura 5&#41;65&#46; La interacci&#243;n se comprob&#243; no s&#243;lo para la hipertensi&#243;n y la diabetes&#44; como cab&#237;a esperar&#44; sino tambi&#233;n para la dislipidemia &#40;tanto aumento de LDL-colesterol&#44; como disminuci&#243;n de HDL-colesterol&#41;&#44; el tabaquismo y la obesidad&#46; De igual forma&#44; se ha documentado que el s&#237;ndrome metab&#243;lico es un factor de riesgo independiente y potente para el desarrollo de nefropat&#237;a&#44; existiendo una relaci&#243;n gradual entre el n&#250;mero de componentes del s&#237;ndrome y el riesgo de nefropat&#237;a66&#46; La enfermedad ateroscler&#243;tica de las arterias renales tiene tres formas de presentaci&#243;n82&#58; la estenosis asinto- Riesgo relativo &#40;IC95&#37;&#41; 6 5 4 3 2 1 0 0 1 2 &#60; &#44;&#61;3 Factores de riesgo presentes basalmente Fig&#46; 5&#46;--Relaci&#243;n entre el n&#250;mero de factores de riesgo &#40;hipertensi&#243;n&#44; diabetes&#44; dislipidemia&#44; tabaquismo&#44; obesidad&#41; presentes basalmente y el riesgo de desarrollar una nefropat&#237;a a largo plazo &#40;12 a&#241;os de seguimiento promedio&#41; tras ajustar los datos para la edad y el sexo&#46; &#91;Adaptada de referencia 65&#93;&#46; m&#225;tica de la arteria renal&#44; la HTA v&#225;sculo-renal y la nefropat&#237;a isqu&#233;mica&#46; La prevalencia de esta enfermedad en la poblaci&#243;n general es desconocida&#44; pues a&#250;n no se dispone de un procedimiento diagn&#243;stico sencillo y fiable para su diagn&#243;stico a gran escala83&#46; La HTA v&#225;sculo-renal se produce porque la disminuci&#243;n del flujo sangu&#237;neo renal estimula la s&#237;ntesis de renina en los ri&#241;ones afectos&#44; con la subsiguiente activaci&#243;n del sistema renina-angiotensina-aldosterona84&#46; La nefropat&#237;a isqu&#233;mica se desarrolla cuando el flujo sangu&#237;neo renal est&#225; tan gravemente comprometido por estenosis de las dos arterias renales en sujetos con dos ri&#241;ones o de la arteria renal en sujetos con un &#250;nico ri&#241;&#243;n&#44; que disminuye la masa nefronal y se compromete la funci&#243;n renal85&#46; Esta nefropat&#237;a es responsable de un elevado porcentaje de los casos de IRC en los sujetos ancianos o con aterosclerosis cl&#237;nicamente manifiesta en otras localizaciones86&#46; Adem&#225;s&#44; hallazgos de diversos estudios han puesto de manifiesto que la presencia de nefropat&#237;a isqu&#233;mica es un importante factor de riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular en esta poblaci&#243;n87&#46; Finalmente&#44; en los ancianos con aterosclerosis&#44; y generalmente tras la realizaci&#243;n de cirug&#237;a a&#243;rtica o arteriograf&#237;a coronaria o renal&#44; se puede producir una diseminaci&#243;n intravascular de micro&#233;mbolos de colesterol&#44; con el desarrollo de una reacci&#243;n proliferativa de las c&#233;lulas de la pared que acaba con la oclusi&#243;n de la luz de los peque&#241;os vasos renales &#40;150 a 200 micras de di&#225;metro&#41;&#44; dando lugar a la enferme- 25 J&#46; D&#205;EZ dad ateroemb&#243;lica renal &#40;Figura 6&#41;88&#46; La isquemia intrarenal resultante cursa con la inducci&#243;n&#47;agravamiento de hipertensi&#243;n y el desarrollo&#47;aceleraci&#243;n de insuficiencia renal&#46; Con cierta frecuencia la enfermedad ateroscler&#243;tica arterial renal&#44; fundamentalmente en su variante de nefropat&#237;a isqu&#233;mica&#44; y la enfermedad ateroemb&#243;lica renal coinciden&#59; para tales casos se ha propuesto la denominaci&#243;n diagn&#243;stica de nefropat&#237;a ateroscler&#243;tica89&#46; CONCLUSIONES De los p&#225;rrafos precedentes se desprende que las interrelaciones fisiopatol&#243;gicas entre el ri&#241;&#243;n y el sistema cardiovascular tienden a crear c&#237;rculos viciosos que agravan&#47;perpet&#250;an la nefropat&#237;a y la enfermedad cardiovascular cuando coinciden y que&#44; consecuentemente&#44; empeoran el pron&#243;stico global del paciente&#46; Por todo ello&#44; la actitud cl&#237;nica m&#225;s razonable debe ser la de instaurar las medidas terap&#233;uticas adecuadas&#44; tan agresivas como sea necesario&#44; para impedir esas interrelaciones&#44; lo que dar&#225; lugar a una mejor protecci&#243;n renal y a una menor morbi-mortalidad cardiovascular del paciente&#46; Actualmente&#44; hay varios estudios cl&#237;nicos en marcha destinados a evaluar si ese planteamiento te&#243;rico se traduce en beneficios cl&#237;nicos significati- Fig&#46; 6&#46;--Imagen microsc&#243;pica de un ri&#241;&#243;n con cristales de colesterol ocluyendo la luz de una arteria arcuata en un paciente con enfermedad renal ateroemb&#243;lica&#46; vos90&#46; Mientras llegan los resultados de dichos estudios parece obligado que el nefr&#243;logo preste una atenci&#243;n diagn&#243;stica y terap&#233;utica especial a la patolog&#237;a cardiovascular de sus pacientes&#46; 26 "
    "pdfFichero" => "P7-E237-S141-A3099.pdf"
    "tienePdf" => true
  ]
  "idiomaDefecto" => "es"
  "url" => "/02116995/00000024000000S6/v0_201502091332/X0211699504030674/v0_201502091332/es/main.assets"
  "Apartado" => array:4 [
    "identificador" => "35341"
    "tipo" => "SECCION"
    "es" => array:2 [
      "titulo" => "Artículo"
      "idiomaDefecto" => true
    ]
    "idiomaDefecto" => "es"
  ]
  "PDF" => "https://static.elsevier.es/multimedia/02116995/00000024000000S6/v0_201502091332/X0211699504030674/v0_201502091332/es/P7-E237-S141-A3099.pdf?idApp=UINPBA000064&text.app=https://revistanefrologia.com/"
  "EPUB" => "https://multimedia.elsevier.es/PublicationsMultimediaV1/item/epub/X0211699504030674?idApp=UINPBA000064"
]
Compartir
Información de la revista
Vol. 24. Núm. S6.diciembre 2004
Páginas 0-235
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Vol. 24. Núm. S6.diciembre 2004
Páginas 0-235
Acceso a texto completo
Enfermedad renal y patología cardiovascular. Bases fisiopatológicas de la asociación
Visitas
19807
J. DÍEZ
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
NEFROLOGÍA. Volumen 24. Suplemento Nº 6 · 2004 CAPÍTULO 1 Enfermedad renal y patología cardiovascular. Bases fisiopatológicas de la asociación J. Díez La asociación de la enfermedad renal con la enfermedad cardiovascular constituye una realidad fisiopatológica de reconocimiento creciente. En efecto, mientras que la hipertensión arterial (HTA) y la aterosclerosis son causas cada vez más frecuentes de nefropatía, el deterioro crónico de la función renal genera un estado vasculopático que facilita el desarrollo de lesiones del sistema cardiovascular (Figura 2). En términos epidemiológicos, el resultado final de todo ello es doble: por un lado, el riesgo de desarrollo de insuficiencia renal es elevado en los sujetos con una enfermedad vascular; por otro lado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares es también elevado en los sujetos con una nefropatía crónica. Todo ello influye obligadamente, y cada vez más, sobre la realidad clínica a la que se enfrenta cotidianamente el nefrólogo, de ahí que tanto su formación, como la organización de su quehacer asistencial deban adaptarse a esta nueva realidad de la llamada medicina renal-vascular. Enfermedad vascular sistémica Nefropatía vascular Enfermedad renal crónica Nefropatía no vascular Morbi-mortalidad cardiovascular Estado vasculopático Tratamiento sustitutivo renal Fig. 2.--Esquema de la posible relación entre las enfermedades vasculares (principalmente hipertensión arterial y aterosclerosis) y la enfermedad renal crónica, sea o no de origen vascular. Bibliografía básica 1. 2. Levey AS, Coresh J, Balk E, Kausz AT, Levin A, Steffes MW, et al: National Kidney Foundation Practice Guidelines for Chronic Kidney Disease: evaluation, classification, and stratification. Ann Intern Med 139: 137-147, 2003. Sarnak MJ, Levey AS, Schoolwerth AC, Coresh J, Culleton B, Hamm LL, et al: Kidney disease as a risk factor for development of cardiovascular disease. A statement from the American Heart Association Councils on Kidney in Cardiovascular Disease, High Blood Pressure Research, Clinical Cardiology, and Epidemiology and Prevention. Circulation 108: 2154-2169, 2003. Fox CS, Larson MG, Leip EP, Culleton B, Wilson PWF, Levy D: Predictors of new-onset kidney disease in a community-based population. JAMA 291: 844-850, 2004. Coresh J, Astor B, Sarnak MJ: Evidence for increased cardiovascular disease risk in patients with chronic kidney disease. Curr Opin Nephrol Hypertens 13: 73-81, 2004. Díez J: Nuevas reflexiones en torno a la medicina renal-vascular Nefrología 23: 97-102, 2003. 3. 4. 5. 21 J. DÍEZ INTRODUCCIÓN La asociación entre enfermedad renal y patología cardiovascular es doble: por un lado, las enfermedades del riñón contribuyen al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares y, por otro lado, las enfermedades cardiovasculares facilitan la aparición y la progresión de ciertas nefropatías. Así, mientras que determinadas alteraciones orgánicas o funcionales del riñón contribuyen al desarrollo de la HTA, ésta facilita el desarrollo de la nefrosclerosis. Por otra parte, la insuficiencia renal facilita tanto el desarrollo de la aterosclerosis, que a su vez determina la aparición de la enfermedad aterosclerótica renal, como el desarrollo de una miocardiopatía que, a través de la insuficiencia cardíaca, puede comprometer aún más la función renal. En este capítulo se revisan los aspectos fisiopatológicos más relevantes de esas asociaciones, haciendo especial hincapié en las posibles consecuencias clínicas de los mismos. PAPEL DEL RIÑÓN EN LA PATOGENIA DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL Numerosas evidencias apoyan la noción de que el riñón participa críticamente en el desarrollo de la HTA a través de diversos mecanismos, tanto si existen indicios de nefropatía (es el caso de la hipertensión nefrógena), cuanto si no existen (es el caso de la hipertensión esencial) (Tabla 2)44. El principal mecanismo presor renal está relacionado con la incapacidad del riñón para excretar cantidades adecuadas de sodio cuando la presión de perfusión renal es normal. Esta alteración se objetiva tanto en animales como en pacientes hipertensos, donde la Tabla 2. Principales mecanismos hipertensivos de origen renal Excesiva reabsorción tubular de sodio - Vasoconstricción exagerada de la arteriola aferente - Disminución de la superficie de filtración glomerular - Alteraciones de los mecanismos tubulares de transporte iónico Activación renal de sistemas presores - Secreción de renina excesiva para el balance de sodio - Estimulación renal de la actividad simpática sistémica Retención de sustancias nocivas para los vasos - Di-metil-arginina asimétrica - Productos de glicosilación avanzada curva de presión-natriuresis está desplazada hacia la derecha con respecto a los controles normotensos. Por lo tanto, a la presión de perfusión normal la excreción de sodio es inferior a la ingesta, lo que genera un balance positivo de sodio que incrementa el volumen del líquido extracelular, eleva el gasto cardíaco y, consecuentemente, la PA sistémica y la presión de perfusión renal (para así aumentar la natriuresis y equilibrar el balance de sodio). Posteriormente, y por activación de los mecanismos de autorregulación del flujo sanguíneo local, se elevan las resistencias periféricas. En el origen de la hiperreabsorción tubular de sodio que pone en marcha el proceso anterior se invocan varios tipos de mecanismos45-48: 1) Excesiva vasoconstricción de la arteriola aferente, secundaria al predominio de la acción de sustancias vasoconstrictoras como la angiotensina II, la norepinefrina y la endotelina-1 sobre la de sustancias vasodilatadores como el óxido nítrico; 2) Disminución congénita o adquirida de la superficie de filtración glomerular, debido a la reducción del número de nefronas o a la disminución del coeficiente de filtración, que disminuye la carga filtrada de sodio; y 3) Exagerada reabsorción tubular de sodio condicionada por factores genéticos (por ejemplo, variantes genéticas que originan modificaciones en proteínas, como la aduccina , que regulan el funcionamiento de los mecanismos de transporte de sodio en las células tubulares) o por la existencia de alteraciones tubulares inducidas por células inflamatorias que infiltran el intersticio. Estos factores serían operativos en un grupo de individuos que tras la ingesta de una cantidad elevada de sal desarrollan hipertensión, los llamados hipertensos sensibles a la sal49. En los últimos años se han acumulado evidencias clínicas y epidemiológicas que sugieren que los obesos constituyen un grupo de pacientes especialmente predispuestos a desarrollar hipertensión sensible a la sal50. Otras evidencias sugieren que el riñón puede elevar la PA a través de mecanismos que incrementan directamente las resistencias periféricas44: activación inadecuada del sistema renina-angiotensina-aldosterona (el riñón secreta renina en exceso para el balance de sodio), aumento del tono simpático (a partir de señales aferentes originadas en el riñón), o alteraciones de la función endotelial y de la composición de la pared arterial (relacionadas con la acumulación de ciertas sustancias tóxicas para los vasos). Estos mecanismos serían especialmente operativos cuando está comprometida la función depuradora renal y explicarían que la prevalencia de la hipertensión aumente notablemente a medida que desciende el FG (Figura 3)51. 22 ENFERMEDAD RENAL Y PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR. BASES... Tabla 3. 100 80 Prevalencia (%) PA = 140/90 mm Hg 75 60 40 21 20 7 0 20 40 60 80 100 PA = 160/100 mm Hg Factores implicados el desarrollo de la aterosclerosis en los pacientes con enfermedad renal crónica Factores ligados a la demografía de los pacientes - Mayor prevalencia de hipertensión arterial - Mayor prevalencia de dislipidemia - Mayor prevalencia de diabetes mellitus Factores ligados a las alteraciones relacionadas con la insuficiencia renal - Hiperhomocisteinemia - Alteraciones lipídicas (aumento de lipoproteína a, disminución de apoproteína A1) - Generación de un estado proinflamatorio, prooxidante y procoagulante - Retención de sustancias nocivas para los vasos - Anemia - Hiperparatiroidismo Factores ligados al tratamiento sustitutivo renal - Membranas de diálisis bioincompatibles - Fármacos inmunosupresores con efectos secundarios metabólicos 40 Filtrado glomerular estimado (ml/min/1,73 m2) Fig. 3.--Relación entre el filtrado glomerular estimado (fórmula de Levey del estudio MDRD) y la prevalencia de hipertensión arterial tras ajustar los datos para la edad de 60 años. Estudio NHANES III. Los números situados en la parte superior e inferior de cada columna hacen referencia al porcentaje de pacientes hipertensos (o que estaban tomando tratamiento antihipertensivo) estadios I y II del JNC-7 [Adaptada de la cita 51] PAPEL DE LA ENFERMEDAD RENAL EN EL DESARROLLO DE ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR Es bien sabido que la morbimortalidad por eventos ateroscleróticos es superior en los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC), especialmente en los que siguen tratamiento sustitutivo renal, que en los sujetos sin compromiso de la función renal52. Más aún, estudios recientes indican que ese riesgo ya está significativamente aumentado también en las fases iniciales de una nefropatía6,53. Por ello, actualmente, la enfermedad renal es considerada como un factor de riesgo para el desarrollo de a t e r o s c l e r o s i s 24. Los mecanismos por los que una nefropatía crónica puede facilitar el desarrollo de la aterosclerosis son varios (Tabla 3)54-57: mayor prevalencia de los factores de riesgo clásicos como la HTA, la dislipidemia y la diabetes; elevada prevalencia de factores de riesgo emergentes como la hiperhomocisteinemia, el incremento de la lipoproteína (a) y la disminución de la apoproteína A1; generación de un estado proinflamatorio, prooxidante y protrombótico; acumulación de sustancias que alteran la función endotelial (di-metilarginina asimétrica) y la composición de la pared vascular (productos avanzados de glicosilación). Además, ciertos aspectos ligados a la pérdida de la función renal y a su tratamiento sustitutivo pueden afectar negativamente la evolución clínica de la enfermedad aterosclerótica en los enfermos renales (Tabla 3)56-58. Es el caso de la anemia y del hiperparatiroidismo, que agravan las consecuencias de la isquemia órgano-tisular y deterioran adicionalmente la distensibilidad arterial en los pacientes con IRC. También, el tipo de membrana o el tratamiento convectivo, que pueden influir negativamente sobre la estabilidad cardiovascular de los pacientes dializados. Asimismo, los fármacos inmunosupresores implicados en la terapéutica de los pacientes con un injerto renal puede favorecer la dislipidemia y la intolerancia hidrocarbonada. Recientemente, se ha puesto de manifiesto que entre el 30% y el 40% de los pacientes con IRC presentan cardiopatía isquémica en ausencia de estenosis hemodinámicamente significativas de las arterias coronarias subepicárdicas59. Los mecanismos potencialmente implicados en esta situación son dos: por una parte, las placas ateroscleróticas de los enfermos con IRC se calcifican con mayor frecuencia que las de la población general60 y, además, la capa media de la pared arterial está engrosada, por acumulación de matriz extracelular (arteriosclerosis), lo que incrementa el cociente grosor de la pared/diámetro de la luz60. Dichas alteraciones aumentan la rigidez de la aorta y las grandes arterias, facilitando la elevación de la presión sistólica y la presión del pulso, lo que determina el desarrollo 23 J. DÍEZ de hipertrofia ventricular izquierda y un deficiente llenado coronario durante la diástole61. Este desequilibrio entre el aumento de la masa miocárdica a perfundir y la deficiente perfusión coronaria contribuye al desarrollo de la isquemia. Por otra parte, en los pacientes con IRC suelen coexistir factores como la anemia, la hipertensión sistémica, la retención hidro-salina y el hiperparatiroidismo, que facilitan a ú n más la hipertrofia ventricular izquierda 62. Finalmente, las alteraciones bioquímicas propias de la IRC pueden producir una miopatía esquelética, que afecta especialmente al músculo cardíaco63. Esta agregación de mecanismos de daño del miocardio puede explicar la elevada incidencia y prevalencia de la insuficiencia cardiaca en los pacientes con una nefropatía crónica e insuficiencia renal64. Es obvio que el compromiso de la hemodinámica sistémica y renal propio de la insuficiencia cardíaca contribuirá a deteriorar aún más la propia nefropatía. LA NEFROPATÍA DE ORIGEN HIPERTENSIVO Diversos estudios epidemiológicos han demostrado que la hipertensión arterial es uno de los factores principales de riesgo para el inicio y la progresión de una nefropatía crónica25. Recientemente, en un estudio poblacional se ha objetivado que el riesgo relativo de desarrollar una nefropatía crónica cuando existe hipertensión aislada es de 1,57 (IC 95%: 1,172,12)65. En otro estudio poblacional se ha observado que este riesgo se eleva hasta 3,95 (IC 95%: 1,4310,9) cuando la HTA se acompaña de otras alteraciones propias del síndrome metabólico66. Fig. 4.--Imagen microscópica de lesiones vasculares, glomerulares y túbulo-intersticiales en un paciente con nefrosclerosis hipertensiva. La nefropatía crónica específica de la HTA es la nefrosclerosis (Figura 4). El diagnóstico clínico de sospecha de esta nefropatía se efectúa en los pacientes hipertensos que con albuminuria/proteinuria y disminución del filtrado glomerular no presentan alteraciones sugestivas de otra nefropatía, fundamentamente nefropatía diabética y glomerulonefritis crónica. El diagnóstico de confirmación exige la demostración en una biopsia renal de las lesiones propias de la nefrosclerosis hipertensiva: arteriosclerosis de las arterias interlobulares y la arteriola aferente y/o arteriolosclerosis hialina de la arteriola aferente, engrosamiento de la membrana basal, glomerulosclerosis global y fibrosis intersticial67,68. La escasa realización de biopsias renales en los pacientes hipertensos hace que no existan datos actuales fiables sobre la prevalencia de esta nefropatía. En el desarrollo de la nefrosclerosis hipertensiva intervienen tres tipos de factores: la respuesta anómala de los vasos glomerulares a la hipertensión, la susceptibilidad genética y racial y los factores ambientales. En la mayoría de las nefronas, la hipertensión incrementa el flujo sanguíneo en la arteriola aferente69. A corto plazo, ello provoca una respuesta contráctil miogénica (amplificada por la activación del balance glomérulo-tubular desde la mácula densa) y, a largo plazo, una hiperplasia miointimal que reducen excesivamente el calibre de la luz arteriolar, lo que genera una situación de isquemia glomerular. En otras nefronas se produce una respuesta insuficiente o nula al incremento del flujo sanguíneo, lo que da lugar al aumento excesivo de la presión intraglomerular y a la filtración de proteínas que al reabsorberse dan lugar a alteraciones tubulares. En los glomérulos cuya hemodinámica está alterada, tanto por isquemia como por hipertensión intraglomerular, se activan factores humorales (por ejemplo, la angiotensina II y el factor de crecimiento transformante ) que alteran el metabolismo de la matriz extracelular y facilitan la esclerosis70-72. Las alteraciones tubulares secundarias a las proteínas reabsorbidas desencadenan una reacción inflamatoria y fibrótica intersticial, mediada por factores humorales, donde además de los ya mencionados destacan la endotelina-1, la aldosterona y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas70-72. El concepto de susceptibilidad genética para el desarrollo de nefrosclerosis hipertensiva sugiere que la respuesta anómala de la arteriola aferente a la hipertensión estaría genéticamente determinada73. Esta posibilidad se ve apoyada por la identificación experimental en la rata de la región cromosómica donde residiría esa susceptibilidad74, así como la observación clínica de que esta nefropatía presenta agregación 24 ENFERMEDAD RENAL Y PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR. BASES... familiar75-76. Por otra parte, se sabe que las personas de raza negra están más expuestas al desarrollo de nefrosclerosis hipertensiva que las de raza blanca, independientemente de cuál sea la duración y la severidad de la hipertensión77. Finalmente, se ha propuesto que ciertos factores ambientales (ingesta exagerada de sal, consumo crónico de anti-inflamatorios no esteroideos, intoxicación por plomo) también pueden facilitar las alteraciones de la hemodinámica glomerular en los hipertensos que desarrollan nefrosclerosis67,78. Dos estudios recientes efectuados en sujetos no diabéticos han propiciado el surgimiento de la hipótesis de que la resistencia a la insulina desempeña un papel crítico en el desarrollo de insuficiencia renal en los pacientes con nefrosclerosis hipertensiva79. Por un lado, Andronico y cols.80 han demostrado que el descenso progresivo del FG en la hipertensión está ligado a la resistencia a la insulina. Por otro lado, el análisis de los datos del NHANES III (National Health and Nutrition Examination Survey) revela que existe una asociación positiva y altamente significativa de la resistencia a la insulina y el riesgo de insuficiencia renal crónica en los hipertensos81. Esta asociación es independiente de la edad, el sexo, la raza y otros factores de riesgo como la PA, la obesidad, el colesterol y el tabaco. LAS NEFROPATÍAS SECUNDARIAS A LA ATEROSCLEROSIS La relación etiológica de la aterosclerosis con las nefropatías es doble: de un lado, la aterosclerosis se desarrolla en un contexto hemodinámico y metabólico que per se puede favorecer el desarrollo de una nefropatía y, por otro lado, ciertas lesiones ateroscleróticas localizadas en el sistema arterial renal causan nefropatías específicas. En un reciente estudio poblacional efectuado en una gran muestra de sujetos, que inicialmente no presentaban signos sugestivos de nefropatía, se comprobó que los factores de riesgo de aterosclerosis predecían el desarrollo de una nefropatía (Figura 5)65. La interacción se comprobó no sólo para la hipertensión y la diabetes, como cabía esperar, sino también para la dislipidemia (tanto aumento de LDL-colesterol, como disminución de HDL-colesterol), el tabaquismo y la obesidad. De igual forma, se ha documentado que el síndrome metabólico es un factor de riesgo independiente y potente para el desarrollo de nefropatía, existiendo una relación gradual entre el número de componentes del síndrome y el riesgo de nefropatía66. La enfermedad aterosclerótica de las arterias renales tiene tres formas de presentación82: la estenosis asinto- Riesgo relativo (IC95%) 6 5 4 3 2 1 0 0 1 2 < ,=3 Factores de riesgo presentes basalmente Fig. 5.--Relación entre el número de factores de riesgo (hipertensión, diabetes, dislipidemia, tabaquismo, obesidad) presentes basalmente y el riesgo de desarrollar una nefropatía a largo plazo (12 años de seguimiento promedio) tras ajustar los datos para la edad y el sexo. [Adaptada de referencia 65]. mática de la arteria renal, la HTA vásculo-renal y la nefropatía isquémica. La prevalencia de esta enfermedad en la población general es desconocida, pues aún no se dispone de un procedimiento diagnóstico sencillo y fiable para su diagnóstico a gran escala83. La HTA vásculo-renal se produce porque la disminución del flujo sanguíneo renal estimula la síntesis de renina en los riñones afectos, con la subsiguiente activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona84. La nefropatía isquémica se desarrolla cuando el flujo sanguíneo renal está tan gravemente comprometido por estenosis de las dos arterias renales en sujetos con dos riñones o de la arteria renal en sujetos con un único riñón, que disminuye la masa nefronal y se compromete la función renal85. Esta nefropatía es responsable de un elevado porcentaje de los casos de IRC en los sujetos ancianos o con aterosclerosis clínicamente manifiesta en otras localizaciones86. Además, hallazgos de diversos estudios han puesto de manifiesto que la presencia de nefropatía isquémica es un importante factor de riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular en esta población87. Finalmente, en los ancianos con aterosclerosis, y generalmente tras la realización de cirugía aórtica o arteriografía coronaria o renal, se puede producir una diseminación intravascular de microémbolos de colesterol, con el desarrollo de una reacción proliferativa de las células de la pared que acaba con la oclusión de la luz de los pequeños vasos renales (150 a 200 micras de diámetro), dando lugar a la enferme- 25 J. DÍEZ dad ateroembólica renal (Figura 6)88. La isquemia intrarenal resultante cursa con la inducción/agravamiento de hipertensión y el desarrollo/aceleración de insuficiencia renal. Con cierta frecuencia la enfermedad aterosclerótica arterial renal, fundamentalmente en su variante de nefropatía isquémica, y la enfermedad ateroembólica renal coinciden; para tales casos se ha propuesto la denominación diagnóstica de nefropatía aterosclerótica89. CONCLUSIONES De los párrafos precedentes se desprende que las interrelaciones fisiopatológicas entre el riñón y el sistema cardiovascular tienden a crear círculos viciosos que agravan/perpetúan la nefropatía y la enfermedad cardiovascular cuando coinciden y que, consecuentemente, empeoran el pronóstico global del paciente. Por todo ello, la actitud clínica más razonable debe ser la de instaurar las medidas terapéuticas adecuadas, tan agresivas como sea necesario, para impedir esas interrelaciones, lo que dará lugar a una mejor protección renal y a una menor morbi-mortalidad cardiovascular del paciente. Actualmente, hay varios estudios clínicos en marcha destinados a evaluar si ese planteamiento teórico se traduce en beneficios clínicos significati- Fig. 6.--Imagen microscópica de un riñón con cristales de colesterol ocluyendo la luz de una arteria arcuata en un paciente con enfermedad renal ateroembólica. vos90. Mientras llegan los resultados de dichos estudios parece obligado que el nefrólogo preste una atención diagnóstica y terapéutica especial a la patología cardiovascular de sus pacientes. 26
Descargar PDF
Idiomas
Nefrología
Opciones de artículo
Herramientas
es en

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?