El acceso vascular (AV) utilizado para efectuar la hemodiálisis crónica (HD) es un aspecto clave para los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y condiciona por sí solo el éxito o el fracaso de un determinado programa de HD1. De los 3 tipos de AV existentes, es decir, fistula arteriovenosa nativa (FAVn), fistula arteriovenosa protésica (FAVp) y catéter venoso central (CVC), la FAVn se considera el mejor para la mayoría de pacientes2,3. A pesar de ello, el porcentaje de pacientes incidentes y prevalentes que se dializan a través de una FAVn en España dista de ser óptimo4,5. Por ejemplo, el porcentaje de pacientes incidentes con ERC que han iniciado HD en los últimos años en Cataluña difícilmente supera el 50%5. Es decir, un aspecto tan importante como es el AV no está resuelto y continúa siendo una asignatura pendiente en nuestro país1.
El perfil clínico actual del paciente con ERC en España es distinto al de hace 20 años por su mayor edad y comorbilidad, pero este dato solo justifica en parte la excesiva proporción del CVC en relación a la FAVn de muchas unidades de HD españolas. No cabe duda que los factores organizativos modificables dependientes de diferentes niveles de la estructura sanitaria tienen un peso específico considerable1,5. Ejemplo de ello es la demostración de que se puede aumentar la tasa de FAVn mediante la introducción de la figura del coordinador del AV y la priorización de la lista de espera quirúrgica6. En este sentido, los cambios implementados en EE. UU. por la iniciativa «Fistula First» se han traducido en un aumento del porcentaje de pacientes prevalentes dializados mediante FAVn desde el 32% en 2003 hasta el 63% en 20147.
Han pasado más de 10 años desde la publicación de la Guía de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) de Acceso Vascular8. Esta Guía ha sido hasta ahora todo un referente para toda una generación de profesionales vinculados al campo de la HD, se ha convertido en un documento de consulta frecuente en todas las unidades de diálisis y ha sido referenciada en múltiples foros y artículos científicos. Pero el tiempo transcurre de forma inexorable y se hacía imprescindible una modernización de la misma según la evidencia actual de diversos aspectos polémicos. Por ejemplo, era necesario revisar cuál es el mejor AV para iniciar la HD en el paciente anciano, revalorar los diferentes abordajes terapéuticos de la patología del AV, actualizar los métodos de monitorización y vigilancia del AV, redefinir el concepto de estenosis significativa o reconsiderar el papel de la ecografía Doppler9,10.
El formato resultante de la presente Guía Clínica Española del Acceso Vascular para Hemodiálisis11 es similar al de la Guía de la SEN de Acceso Vascular ya que se ha mantenido la estructura de 6 capítulos. El tema de «Indicadores de calidad», que era un anexo en la Guía de la SEN con solo 5 indicadores se ha convertido en el Apartado 7 de esta nueva Guía con 29 indicadores. Por lo que respecta a la metodología y contenido de la Guía, se ha mantenido un enfoque mixto en cada Apartado, es decir, por una parte se han elaborado una serie de recomendaciones sobre los aspectos más novedosos y/o polémicos del AV mediante la colaboración de expertos de las distintas sociedades científicas involucradas siguiendo las directrices del sistema GRADE y, por otra parte, no se ha renunciado a la vertiente docente que ya estaba presente en la anterior Guía de la SEN.
Los factores clave para elaborar esta Guía han sido los siguientes:
- 1.
El factor humano. Se trata de los miembros del grupo de trabajo compuesto por 25 especialistas del AV. Aunque este grupo estaba únicamente centrado en la comunidad nefrológica en sus inicios, posteriormente se ha desarrollado en un formato multidisciplinar con profesionales de diversas especialidades encargados del manejo de diferentes aspectos del AV. Han participado especialistas en nefrología, cirugía vascular, radiología intervencionista, enfermedades infecciosas y enfermería nefrológica procedentes de las respectivas sociedades científicas españolas. De este modo, esta Guía se ha llevado a cabo mediante el trabajo en equipo de diversos profesionales comprometidos en el campo del AV. Este compromiso ha servido para involucrar a las correspondientes sociedades científicas dando lugar a la creación del Grupo Español Multidisciplinar del Acceso Vascular (GEMAV)12.
- 2.
Las sociedades científicas. Ha existido un apoyo incondicional de las 5 sociedades científicas involucrados en la elaboración de esta Guía, es decir, Sociedad Española de Nefrología (SEN), Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y su Sección de Radiología Vascular e Intervencionista (SERAM-SERVEI), Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) con el Grupo de Estudio de Infección Hospitalaria ahora denominado Grupo de Estudio de la Infección Relacionada con la Asistencia Sanitaria (SEIMC-GEIH/GEIRAS) y, finalmente, Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN).
- 3.
El soporte metodológico. El apoyo metodológico del Centro Cochrane Iberoamericano13,14 ha sido imprescindible para la elaboración de preguntas clínicas estructuradas, la revisión sistemática de la literatura, la síntesis de la evidencia y la formulación de recomendaciones de acuerdo con las directrices del sistema GRADE15,16.
En resumen, nuestro objetivo es que esta Guía Clínica Española del Acceso Vascular para Hemodiálisis sea un instrumento de utilidad en la toma de decisiones durante la práctica clínica diaria para todos los profesionales involucrados en el manejo del AV, es decir, en uno de los aspectos fundamentales para desarrollar un programa de HD de calidad.