NEFROLOGIA. Vol. XVIII. Núm. 2. 1998 ¿Se puede mejorar el problema del transporte en hemodiálisis? J. A. Traver y G. Barril S. de Nefrología. Hospital La Princesa. Madrid Señor director: Desde el comienzo del tratamiento sustitutivo con hemodiálisis en España los pacientes han tenido la opción de que la Seguridad Social se hiciera cargo de los gastos de desplazamiento desde su domicilio hasta el centro donde reciben las sesiones, en unas ocasiones por indicación médica, en otros por motivos sociales. Lo que al principio parecía absolutamente imprescindible, dadas las condiciones físicas que, en aquel momento, presentaban la mayoría de los pacientes, consecuencia de las limitaciones del procedimiento en aquellos años es, hoy día, en el que la rehabilitación de los enfermos ha avanzado de manera considerable, un sistema que debemos revisar por el enorme gasto que supone, cifrado por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias1 en 426.000 ptas./persona/año para 1996 que, multiplicado por los más de 15.000 enfermos en tratamiento sustitutivo, da una cifra aproximada de 6.390.000.000 ptas./año. Por ello nos parece absolutamente imprescindible intentar racionalizar este aspecto, tanto en aras de una mejor distribución de los recursos, siempre limitados, como por el hecho del aumento considerable de pacientes de la tercera edad, lo que hace que sea preciso adecuar de la manera más justa posible, tanto las indicaciones médicas como las sociales. Para intentar una primera aproximación a la realidad hemos pasado una breve encuesta a pacientes en hemodiálisis de 4 centros diferentes, 98 menores de 65 años (grupo A) y 99 mayores de esa edad (grupo B), junto con otra al personal de enfermería encargado de los mismos. La pregunta realizada a los enfermos fue: ­ ¿Qué medio de transporte utiliza usted para venir a las sesiones de HD? Las preguntas a las enfermeras fueron: 1.­ ¿Qué medio de transporte utiliza el paciente? 2.­ ¿Considera que el medio de transporte utilizado por este enfermo es el adecuado para él? En caso negativo indique cual podría ser éste. Hemos obviado presentar los datos de la pregunta a los enfermos y de la primera efectuada a las enfermeras por existir una coincidencia del 100% en las respuestas. En la tabla I observamos las respuestas del personal de enfermería a la segunda pregunta. Como podemos observar no hay diferencias entre los dos grupos en cuanto a la utilización de taxis, pero sí existen en los otros dos medios de transporte: los mayores de 65 años utilizan más ambulancias que los menores de esa edad, mientras que los menores de 65 años usan más los medios propios algo, por otra parte, absolutamente lógico. Tabla I. Transporte (viene/precisa (%)) Grupo A Grupo B Grupo A Grupo B Hombres Mujeres Hombres Mujeres Taxi Ambulancia Medios propios 54/48 19/10 28/51 48/44 37/28 16/28 51/39 20/10 30/51 56/38 19/11 25/50 48/38 31/22 21/39 49/53 45/38 5/8 Correspondencia: Dr. J. A. Traver Servicio de Nefrología Hospital La Princesa Madrid En la misma tabla vemos dicha contestación separada por sexos dentro de cada grupo, en las que sólo observamos diferencias en que las mujeres mayores de 65 años utilizan más ambulancias y menos medios propios que los hombres de esa edad. En la segunda parte de ambas tablas podemos ver lo que el personal de enfermería considera más apropiado para cada uno de los pacientes. Como podemos observar estas personas, que son las que mejor conocen las necesidades reales de cada paciente, consideran que los pacientes menores de 65 años precisan menos ambulancias de las que utilizan (baja del 19 al 10%) y podrían utilizar más sus propios medios (del 28 al 51%); en cuanto a los mayores de 65 años también existen estas diferencias, aunque menos acusadas. 176 CARTAS Por sexos, en el grupo A, menores de 65 años, tanto hombres como mujeres deberían utilizar menos taxis y, en menor medida, menos ambulancias a favor de una mayor utilización de medios propios; en el grupo B, mayores de 65 años, pasa lo mismo, aunque mucho menos acusado, siendo de destacar que las mujeres de este grupo utilizan y podrían utilizar pocos medios propios para su traslado. Agrupando globalmente estos resultados (fig. 1) podemos observar que se considera que todos los que utiliza sus propios medios para el transporte, es éste un sistema adecuado para ellos, como no podía ser menos. Pero el 20% de los que usan taxi podrían venir por sus propios medios y que el 10% de los que usan ambulancia podrían venir en taxi y, sobre todo, otro 10% podría venir por sus propios medios. Mucho podríamos especular sobre las razones que motivan esta situación, pero excedería del límite de una carta que, únicamente, pretende llamar la atención sobre este hecho. Así pues, del estudio de las respuestas podemos sacar una primera conclusión: el 100% de los pacientes han contestado verazmente, chequeando sus respuestas con las obtenidas del personal de enfermería. Segunda conclusión: una parte importante de los pacientes estudiados, que ahora utilizan un transporte sufragado por la Seguridad Social, podrían venir por sus propios medios; obvio es decir el considerable ahorro que esto podría suponer para la Seguridad Social. Tercera conclusión: no creemos que, en este momento, se pudiera llegar a una solución ideal, pero sí deberíamos estudiar todas aquellas posibilidades que tenemos a nuestro alcance para acercarnos a la solución de este grave problema económico (transporte colectivo, etc.). Un estudio de las características de cada paciente durante su tratamiento con hemodiálisis es algo absolutamente imprescindible para estar seguro de que tanto las indicaciones médicas como las sociales son las adecuadas para cada uno de los pacientes. BIBLIOGRAFIA 1. Evaluación de los diferentes tipos de membranas de hemodiálisis. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Madrid, junio, 1996. 120 Medios propios 100 Ambulancia Taxi 80 % 60 40 20 0 Taxi Ambulancia Medios propios Fig. 1.--Medios de transporte. 177