Se presenta el caso de una paciente en diálisis peritoneal que desarrolló un tipo infrecuente de hernia diafragmática de Morgagni-Larrey asociada a hernia de hiato.
Se trata de una mujer de 70 años, con enfermedad renal crónica secundaria a nefroangioesclerosis, a la que se realizó una placa de tórax, en el estudio preoperatorio, para la implantación de catéter peritoneal, y que no informó alteraciones. A la semana del inicio del programa de diálisis presentó problemas de drenaje del catéter, secundarios a estreñimiento, motivo por el cual se realizó nueva placa de tórax, que mostró una masa paracardíaca derecha, informada como probable quiste pleuropericárdico. Se solicitó ecocardiografía y tomografía computarizada (TC) de tórax para confirmar el diagnóstico (fig. 1).
Figura 1. Masa paracardíaca derecha localizada en la parte anterior del ángulo cardiofrénico, con borde convexo nítido.
Durante la realización de la ecocardiografía entró en fibrilación auricular, por lo que se anticoaguló.
Ya resueltos los problemas de drenaje con laxantes, no mostró otra clínica salvo mareos inespecíficos.
La TC mostró la presencia de hernia de Morgagni asociada a hernia de hiato.
La hernia de Morgagni-Larrey es la más rara de todas las hernias diafragmáticas congénitas, y representa solo el 2-3% de todos los casos. Las hernias diafragmáticas congénitas se producen en 1 de cada 2.000-3.000 nacidos vivos. Existen 3 tipos: la hernia de Bochdalek, la hernia de hiato y la hernia anterior de Morgagni1.
Se cree que la hernia congénita de Morgagni está causada por un fallo en la fusión del septo transverso del diafragma y los arcos costales, que posteriormente se agrava por el aumento de la presión intraperitoneal producido por estreñimiento, tos crónica, embarazo, obesidad, ascitis, traumatismos, etc., que da lugar a la hernia. En nuestro caso, la infusión del líquido intraperitoneal de la diálisis fue, junto con el estreñimiento, sin duda, el factor desencadenante2.
Es un defecto congénito en el diafragma retrosternal y anterior. La hernia aparece usualmente en el mediastino anterior o en el lado derecho, tal como se aprecia en nuestra paciente. Con frecuencia contiene grasa omental acompañada por el colon transverso. Nosotros observamos la herniación anterior de grasa y el contenido líquido de la cavidad abdominal hacia el tórax3.
Se presenta con síntomas no específicos en adultos, como malestar abdominal, flatulencia, indigestión, estreñimiento, pérdida de apetito o incluso compromiso respiratorio. Sin embargo, también se han reportado casos de obstrucción intestinal y estrangulación4. La única sintomatología de nuestra paciente fue el estreñimiento, los mareos y la arritmia cardíaca. Algunos pacientes incluso pueden permanecer asintomáticos y ser diagnosticados incidentalmente por una radiografía de tórax. En ella se plantea el diagnóstico diferencial con quiste pleuropericárdico, hematoma paracardíaco, lipomas, sarcomas, timomas e incluso tuberculosis pulmonar.
Actualmente, la TC es la prueba diagnóstica más sensible dando detalles anatómicos y posibles complicaciones. También se han publicado casos diagnosticados por resonancia magnética, ecocardiografía, enema opaco o estudio de tránsito esofagogastroduodenal.
El tratamiento es quirúrgico cuando ocasiona clínica. El abordaje clásico es por laparotomía, pero en los últimos años se han descrito diversos procedimientos por vía laparoscópica o toracoscópica5,6. Nosotros solicitamos valoración por el servicio de cirugía para su corrección y la paciente se transfirió a hemodiálisis, con mejoría radiológica y desaparición de los mareos.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses potencial relacionado con los contenidos de este artículo.
Correspondencia: Aránzazu Sastre
Servicio de Nefrología.
Complejo Asistencial Universitario de León.
Altos de Nava, sn. 24071 León.
aranchasastre@hotmail.com
Revisión por expertos bajo la responsabilidad de la Sociedad Española de Nefrología.