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Sr. Editor: En relación con el comentario editorial Hacia una inmunosupresión basada en la evidencia científica en el que se alude en diversas ocasiones a un comentario editorial publicado por mi (Nefrología XXI, número 3: 232, 2001), quisiera hacer una serie de consideraciones. El comentario editorial expresa opiniones, evidentemente personales, sobre la posible evolución futura de la inmunosupresión dada la introducción de varios nuevos inmunosupresores que podría permitir personalizar de manera gradual las terapias a aplicar. No es por tanto una revisión exhaustiva, ni pretende constituir una guía de la inmunosupresión a personalizar. Con relación a ello, se considera que en la personalización se tendrá en cuenta las características del órgano trasplantado y del receptor. 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En contraste con el presente comentario editorial, en mi comentario en ningún momento se dan consejos, sino únicamente se describen posibilidades terapéuticas Correspondencia: Dr. Josep Maria Grinyò Servicio de Nefrología Hospital de Bellvitge Feixa Llarga, s/n. L'Hospitalet de Llobregat 08901 Barcelona a explorar y no precisamente por capricho. Nótese la diferencia en el empleo de los tiempos de los verbos entre ambos comentarios. Con respecto al uso de los anticuerpos antilinfocito, es cierto que su uso ha disminuido en los últimos años puesto que con el empleo de xenobióticos en asociación con anticalcineurínicos se obtienen tasas muy bajas de rechazo agudo. El mismo autor que suscribe esta carta los abandonó en regímenes de profilaxis tras la introducción de micofenolato. 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Hacia una inmunosupresión basada en la evidencia (respuesta)
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NEFROLOGÍA. Vol. XXI. Número 6. 2001 Hacia una inmunosupresión basada en la evidencia (respuesta) J. M. Grinyó Hospital de Bellvitge. L'Hospitalet. Barcelona. Sr. Editor: En relación con el comentario editorial Hacia una inmunosupresión basada en la evidencia científica en el que se alude en diversas ocasiones a un comentario editorial publicado por mi (Nefrología XXI, número 3: 232, 2001), quisiera hacer una serie de consideraciones. El comentario editorial expresa opiniones, evidentemente personales, sobre la posible evolución futura de la inmunosupresión dada la introducción de varios nuevos inmunosupresores que podría permitir personalizar de manera gradual las terapias a aplicar. No es por tanto una revisión exhaustiva, ni pretende constituir una guía de la inmunosupresión a personalizar. Con relación a ello, se considera que en la personalización se tendrá en cuenta las características del órgano trasplantado y del receptor. 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