El acceso vascular funcional es un requisito previo para el tratamiento renal sustitutivo en pacientes con enfermedad renal crónica. Las fístulas autólogas se consideran superiores a las prótesis vasculares y los catéteres venosos centrales; sin embargo, las fístulas no están exentas de problemas. Las trombosis de la fístula autóloga se han convertido en un reto en la práctica clínica de nefrología, con importantes implicaciones clínicas para pacientes en diálisis. Varios estudios han informado sobre la viabilidad y la tasa relativamente alta del éxito clínico del abordaje endovascular de fístulas trombosadas en los últimos años. Sin embargo, como las repetidas intervenciones suelen ser necesarias para lograr la supervivencia a largo plazo del acceso, el mantenimiento de una fístula anteriormente trombosada podría ser una política muy cara. Los objetivos de este artículo son proporcionar al lector una idea de los múltiples enfoques endovasculares para fístulas autólogas trombosadas, teniendo en cuenta su eficacia clínica y las implicaciones financieras.
Functional vascular access is a prerequisite for adequate haemodialysis treatment in patients with end-stage renal disease. Autogenous arteriovenous fistulae are considered superior to synthetic grafts and central venous catheters; however, fistulae are not without problems. Fistulae thrombosis has become a clinical challenge in nephrology practice, with relevant clinical implications for dialysis patients. Several studies have reported on the feasibility and relatively high-clinical success rate of the endovascular approach to thrombosed fistulae in recent years. However, as repeated interventions are usually required to achieve long-term access survival, maintenance of a previously thrombosed fistulae could be a highly expensive policy. The goals of this article are to provide the reader an insight into the multiple endovascular approaches for thrombosed arteriovenous fistulae, bearing in mind its clinical effectiveness and financial implications.